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España en 2010: ¿Prolongará el paro la salida de la crisis?
A propuesta de un lector inauguramos esta nueva sección de economía. En la misma queremos profundizar sobre la situacion actual de la economía globalizada en la que vivimos haciendo el énfasis adecuado en el contexto nacional, regional y local de Béjar.
Estamos abiertos para recibir colaboraciones de los lectores, que deberán enviar a director@bejar.biz.
Empezamos la sección con un análisis de la Warthon University.
La casualidad ha querido que sea España, en la presidencia de la Unión Europea (UE) durante el primer semestre del año, la encargada de liderar la salida de la crisis del bloque comercial. Pero el escenario, en 2010, es sombrío: el país se ha convertido “en el enfermo de Europa”, tras seis o siete trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB (Producto Interior Bruto) y un desempleo galopante que prácticamente duplica al de la media europea. En 2007, la tasa de paro española se situaba en el 8,3% de la población activa, dos años después, los datos de la agencia europea de estadísticas Eurostat lo situaban, al cierre de noviembre, en el 19,4%, frente al 10% de los 16 países que comparten el euro. Y es que la crisis económica ha arrasado con el mercado laboral, convirtiéndose en la principal china en el zapato del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y en una de las mayores preocupaciones de los españoles.
Es el mayor desequilibrio de la economía española y, en opinión de Rafael Pampillón, Profesor de Entorno Económico y Análisis de Países del Instituto de Empresa, no tiene visos de mejorar. “El gran desempleo que genera la crisis -1,6 millones de nuevos parados- junto con la rigidez del mercado laboral nos va a situar a lo largo del año en una tasa de paro que, como media, estará por encima del 20% de la población activa, lo que significa unos 4,5 millones de parados”. Un dato que coincide con las previsiones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y de la Comisión Europea.
La mayoría de los expertos señala que la destrucción de puestos de trabajo no habría llegado a su fin y que sólo se mejorará la tasa de paro si sigue disminuyendo la población activa, como consecuencia de la reducción del número de demandantes ante la imposibilidad de encontrar trabajo. Para generar empleo, España debe crecer en torno al 2% o 2,5%, algo que, por ahora, no parece factible. “Y es que el desequilibrio del mercado laboral, como el resto de los que afectan a la economía española dependerán, en gran medida, del crecimiento económico”, puntualiza Pampillón.
Este crecimiento, sin embargo, será extremadamente débil. Las estimaciones preveen desde un decrecimiento del PIB de tres décimas en 2010, por parte del Gobierno, hasta una contracción del 0,7%, según el FMI (Fondo Monetario Internacional). Esto significa que la pérdida de riqueza de la economía el año que viene reducirá su ritmo y los expertos no esperan crecimientos positivos interanuales hasta finales de 2010. Pero Pampillón advierte que “aunque veamos crecimientos positivos, serán muy pequeños. Es posible que hacia la mitad de año se crezca en torno a un 1% respecto a trimestres anteriores. Crecimientos del 2% o del 2,5% no los veremos hasta 2013 o 2014”.
El déficit público
Hay otros de desequilibrios que, en 2010, seguirán amenazando la salud de la economía española. Uno de los más importantes es la profundización del agujero de las cuentas públicas a lo largo del año. Pampillón señala que “el déficit público se produce, por un lado, por la caída de la recaudación fiscal y, por otro, por la desastrosa política del incremento del gasto público improductivo. El gasto público debería crecer en aquellas actividades que mejoran la competitividad de la economía y mejoran la productividad de las empresas”. En su opinión, el Plan E, como se denomina al paquete de medidas puestas en marcha por el Gobierno para incentivar la economía (ayudas a la compra de automóviles, construcción civil, etc.), y el gasto que se ha generado “no mejoran la situación. Este desequilibrio fiscal esta produciendo un rápido endeudamiento de las administraciones públicas y la reducción de la solvencia del Reino de España, cuya consecuencia es un aumento de la prima de riesgo y los tipos de interés que hay que pagar por la financiación exterior”.
La recesión está permitiendo reducir la apelación al ahorro externo desde niveles máximos cercanos al 10% del PIB, hasta el 3,6% del tercer trimestre de 2009, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística). “Esta tendencia continuará en los próximos trimestres, pues el aumento del gasto e inversión pública será incapaz de compensar el fuerte retroceso de la demanda privada. De manera que en 2010 las necesidades de financiación podrían situarse por debajo del 3% del PIB”.
Esto, dice Pampillón, “está permitiendo reducir la posición deudora neta de España frente al resto del mundo”.
La calificación de la deuda, ¿en peligro?
Robert Tornabell, profesor de Finanzas de Esade, señala que el déficit público es uno de los mayores desafíos a los que España se enfrenta. “No existe nada peor que tener tres factores negativos encabezados por un elevado déficit, crecimiento negativo del PIB y niveles de paro en aumento, que empeoran las tasas de morosidad de bancos y cajas, y encarecen el coste de la financiación de las empresas y, en otro círculo pernicioso, impiden que la actividad económica se recupere”.
Estos tres factores, dice, han propiciado la advertencia de la agencia de calificación, Standard & Poor´s, al rebajar la calificación de España de estable a negativa. “En este aspecto, tenemos algún elemento positivo, como el bajo endeudamiento público sobre el PIB con el que entramos en la crisis, pero en 2010 podemos alcanzar el 67%, frente al 55% con el que posiblemente cerraremos 2009”. La parte negativa es que el entorno más vulnerable de la Zona euro -Grecia, Irlanda y España- ahora tiene que pagar costes crecientes por la deuda pública. “Bastó la degradación de la deuda de Grecia (en Diciembre) para que tuviera que pagar 200 puntos básicos (un dos por ciento) por encima del coste de la deuda de Alemania (que sirve de referencia). Para España, el impacto evidentemente fue inferior, pero pasó de un sobre coste de 50 puntos básicos a 70”.
En su opinión, lo más probable es que empeoren los tres factores que pueden llevar a una pérdida de calificación de la deuda del Reino de España. “Eso supondría añadir a los 20 puntos básicos de diciembre 80 puntos más. Y un encarecimiento del uno por ciento de nuestra financiación exterior nos llevaría a una carga adicional sobre el déficit de no menos de casi 70 puntos básicos sobre el PIB”.
Los expertos señalan que es muy poco probable la reducción del gasto público ante el previsible aumento del paro y el aumento de las prestaciones por desempleo. Si a esto sumamos los gastos en pensiones, sanidad pública (ya que la cobertura en España llega a toda la población), etc., así como el pago de intereses de la deuda pública viva, “al cierre de 2010 podemos llegar a un déficit público que sobrepase el diez por ciento del PIB”, añade Tornabell.
Previsiblemente, el desplome de los ingresos públicos, retrasará el crecimiento del consumo, más cuando el ejecutivo planea subir los impuestos del IRPF y el IVA. Pero el consumo no se recompondrá hasta que se pierda el miedo a perder el empleo o a la posibilidad de recuperarlo. Por eso, existe un amplio consenso en la absoluta prioridad y relevancia de acometer una reforma del mercado laboral.
Las reformas prioritarias
De momento, el Gobierno español ha planteado una reforma light basada en la empleada por el Gobierno alemán. Este plan busca evitar el despido de trabajadores en la industria y consiste en la reducción de horas de trabajo, pagando el Estado un subsidio compensatorio. Los expertos señalan que su eficacia en el modelo de crecimiento español será muy limitada, ya que éste se ha basado en el ladrillo y los servicios, sectores que todavía están sufriendo el ajuste de la crisis. En países como Francia y Alemania, dice Pampillón, “que ya tuvieron crecimientos positivos en el segundo y tercer trimestre, están poniendo a trabajar a sus parados en los mismos sectores que antes de la crisis, pero en España, no. Necesitamos un cambio en el modelo productivo”.
En eso está trabajando el Gobierno con la Ley de Economía Sostenible (LES), que no verá la luz hasta mediados de 2010, y cuyo principal objetivo es alcanzar un modelo económico basado en la eficiencia energética y las nuevas tecnologías. El proyecto, que ya ha sido aprobado por el Parlamento español, ha recibido críticas por no incluir reformas estructurales, como la del mercado laboral. Pero, independientemente de su eficacia, sus efectos no serán inmediatos.
Hasta ahora, el elevado grado de internacionalización de muchas empresas las ha ayudado a resistir bien ante la recesión, señala José Ignacio Galán Zazo, Director de la Cátedra Iberoamericana en Dirección de Empresas y RSC de la Universidad de Salamanca. “El punto fuerte de la economía española está en la demostrada solidez de la gran banca (con entidades financieras como Santander y BBVA, que se encuentran entre las más saneadas de la esfera internacional) y también de otros sectores como, por ejemplo, el de la energía (donde el grupo Iberdrola, con su filial Iberdrola Renovables, es el líder mundial), el textil (con el grupo Inditex, propietario de las firmas de moda Zara, Berskha, Máximo Dutty) y el de telecomunicaciones (la compañía de telefonía Telefónica, que tiene presencia en la mayoría de los países iberoamericanos)”, añade. “La debilidad se encuentra en las empresas pequeñas y medianas de alcance más local”.
Por eso, Galán añade que a la reforma laboral sería prioritario sumar la del sistema educativo. “Los puntos débiles de nuestra economía son el elevado desempleo y la baja productividad, ambos interconectados”, dice. Y añade que “un país que desee estar a la vanguardia del desarrollo y competir en el plano internacional necesita disponer de mercados y de un sistema educativo acorde a los países de referencia. Por ello, se necesita un sistema educativo más evolucionado que promueva la excelencia académica y la interacción con la empresa y la sociedad. Esta reforma, además de urgente, es la variable estructural más relevante en el SXXI para generar competitividad y desarrollo social y económico”.
El sector inmobiliario y la banca
Pampillón destaca, además, el desequilibrio de “la diferencia entre la capacidad productiva instalada y la que está siendo utilizada, lo que genera un exceso de capacidad ociosa”. En su opinión, este desequilibrio tiene múltiples efectos. Por ejemplo, dice, “las oficinas bancarias tienen un exceso de capacidad, ya que muchas se crearon para dar créditos hipotecarios, etc. pero ahora que ese crédito se ha reducido, sobran oficinas. Lo mismo ocurre con el comercio minorista, ese desequilibrio se corrige cerrando tiendas. El ajuste entre ese desequilibrio se hará a costa de ir cerrando empresas que son las que producen esos bienes y servicios”.
Por otro lado, actualmente existe un desequilibrio entre la oferta y la demanda de inmuebles, “que se manifiesta en el más de un millón de viviendas nuevas sin vender y de segunda mano que rondarían las 300.000, y en unos precios que no se ajustan”, añade. Los expertos coinciden en señalar que el ajuste del sector está siendo demasiado lento, lo mismo que el del sector financiero.
El sistema financiero español está inmerso en un proceso de reestructuración, protagonizado principalmente por cajas de ahorros, que no ha hecho más que comenzar y afronta un ejercicio 2010 muy complicado. En primer lugar, Pampillón relata cómo “muchos bancos y cajas de ahorros tienen activos ligados a inmuebles, créditos que tienen concedidos que no se van a poder pagar porque hay una conexión muy estrecha entre el aumento del paro y la morosidad”. En su opinión, esta morosidad se va a traducir en que, al final, los bancos se van a quedar con las viviendas hipotecadas. “Éstos van a poner en sus activos menos créditos y más inmuebles. El valor de mercado de dichos activos puede llegar a ser, hoy en día, entre un 30% y un 40% menor, aunque The Economist, en un reciente artículo, los situaba en un 50% menos del precio de mercado del que está en los libros”, comenta.
Pampillón dice que esta diferencia va a generar pérdidas que afectará a la concesión de créditos. “Tanto si los bancos venden esas casas o las ponen a precio de mercado (Mark to market) serán unas perdidas importantes en sus cuentas de resultados. Por tanto, las instituciones financieras van a reducir el capital, los fondos propios, etc. la única salida es a través de un FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), una capitalización de esas instituciones con dinero público”. Al final, añade, “el Estado se tendrá que hacer cargo de esas cajas o bancos, lo que en definitiva sería una nacionalización”.
Para complicar aún más las cosas, la progresiva retirada de las líneas de financiación del Banco Central Europeo y la previsible subida de los tipos de interés encarecerán la financiación de las entidades. El retraso en la reestructuración del nuevo mapa financiero español, como consecuencia de la divergencia entre los criterios de carácter económico y político (que domina las Cajas, muy ligadas a los gobiernos autonómicos), tampoco ayuda al sector y al flujo del crédito al sector privado.
El deterioro de los servicios sociales
Y si a corto plazo el horizonte pinta negro, a medio plazo Pampillón señala que “tendremos que conformamos con crecimientos muy bajos y, por tanto, con recaudaciones fiscales muy bajas”. Y añade que “aunque la recaudación empezará a crecer un poco por el crecimiento de la economía, aun así estaríamos a niveles muy inferiores a los de 2007. Por tanto, el endeudamiento seguirá aumentando y antes o después habrá que reducir el gasto social que significa un deterioro de los servicios sociales y un peor servicio público de docencia o sanidad. La situación es lamentable a medio plazo”. María Jesús Valdemoros, directora del Departamento de Economía del Círculo de Empresarios, coincide con el diagnóstico y advierte que “costará unos años (al menos 3 ó 4) recuperar los niveles de bienestar existentes antes del comienzo de la crisis”.
Y Galán señala que auque las perspectivas económicas internas no son muy buenas, sin embargo, “los países de referencia tirarán de la producción mundial y ello nos afectará positivamente en un mundo interconectado y globalizado”. De fuera vendrá también el gran reto de la recién inaugurada presidencia española de la UE. A la vista de los datos, que España sea la encarga de solucionar la crisis del continente ha levantado ciertas críticas por parte de medios internacionales, como Financial Times, que publicaba “Una España torpe guiará a Europa”. Pero este gran reto también es, según Galán, una gran oportunidad que consiste “en sentar las bases de unas políticas económicas, educativas y de investigación sólidas, que permitan la competitividad, el progreso y el desarrollo social y económico de la UE, de modo que nos permitan competir con EEUU, China y otras potencias emergentes. Así, cuando hablemos de crisis, hablaremos del pasado”.
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El informe es demoledor. Al final más impuestos, más paro y menos prestaciones sociales. Todo un récord. Al igual que lo ocurrido en el periodo del Sr. Aznar, cuyos planteamientos fueron seguidos por el actual gobierno de una manera contemplativa, esperando el maná que lloviera del cielo, confundiendo que la intervención en los mercados debiera ser para aumentar su eficacia, no para controlarlos con vista a sus intereses políticos. Al final discutimos si tardaremos cinco años en recuperar el nivel de empleo del año 2007, como dice el Gobierno, o si serán diez como dice la Caixa. Esas son nuestras perspectivas. ¿No fué bastante mejor el gobierno del Sr. Aznar?. Eso sin entrar en otros temas, manipulación política de la Justicia (Según el Sr. Peces Barba hasta el Sr. Zapatero está presionando al Tribunal Constitucional por el tema del estuto de Cataluña), Plan Hidrológico Nacional, trasnsformando el agua en algo para enfrentamiento entre las comunidades autonómas, política emigratoria, política autonómica con la reforma del estuto de Cataluña, que ya veremos en donde acaba, etc. etc. Quizás la explicación la encontremos en lo que dijo el Sr. Zapatero en una entrevista ante un periodista hace algunos años "la derecha nunca me ha enseñado nada". Ya se nota.
Se preveen años de oscuridad en nuestra economía, la política es todo humo, humo y más humo, menos de 5 años para levantar cabeza en condiciones no nos los quita nadie.
Yo incluso soy mas pesimista, porque no veo que exista por parte del Gobierno un Plan de Actuación concreto, basado en nuevos sectores productivos, que sustituyan a los tradicionales ( Turismo, Ladrillo etc ).
El "Plan de Economia Sostenible" es un puro bla,bla,bla con brindis al sol. Como dice el Invitado anterior, humo, humo y mas humo para ingenuos, pero los Organismos Internacionales y sobre todo los Mercados, saben perfectamente quien es España en este momento. Un bluff.
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