José Molina Molina. Doctor en Economía, Sociólogo y miembro de Transparencia Internacional
Publicado en el blog Economía a pie de calle

Los ciudadanos desean más sinceridad y más honestidad

La encuesta realizada por Metroscopia para Transparencia Internacional ha recogido el clamor popular de que se mejore el nivel de información al ciudadano. Se manifiesta un rechazo a la opacidad, al clientelismo, a la corrupción y especialmente a todo lo que se aleje de lo que el ciudadano desea que cambie de forma clara y concreta. Sin excusas y sin las explicaciones absurdas que suelen hacer nuestros políticos cuando dicen que sí, que son transparentes, pero que las encuestas y quienes investigan distorsionan. Los ciudadanos contestan categóricamente que desean más sinceridad y más honestidad.
En la campaña para las anteriores elecciones europeas los políticos no mencionaron la corrupción y, ahora, justo cuando precisamos una actitud beligerante ante la corrupción en lo público y en lo privado, otra vez están intentando los interesados tapar el problema. Transparencia Internacional ha divulgado y remitido a todos los partidos políticos unas propuestas muy claras contra la corrupción que se pueden resumir en las siguientes medidas:

Primera: Claridad en las cuentas de los partidos políticos. Colgadas en Internet, tanto sus ingresos como sus gastos, con un desglose claro de todos los conceptos, así como el patrimonio. Cuentas auditadas por profesionales independientes, sin vinculaciones con los auditados. Publicar, asimismo, su presupuesto anual global, con desglose de cada nivel de gestión (regional, provincial y local) y los datos auditados de las entidades, asociaciones y fundaciones vinculadas a la formación política..

Segundo: Identificación de las personas incursas en cualquier proceso penal o de otro tipo, su imputación en el caso y situación del proceso.

Tercero: Propuesta de una directiva europea por la que se establezca un procedimiento de listas abiertas para elegir a los parlamentarios, en todos los países de la Unión, de modo que los votantes puedan cambiar el orden de los candidatos que aparecen en las papeletas de voto y se puedan tachar algunos de los propuestos por los partidos. Para un mejor conocimiento de los candidatos, publicar su biografía y curriculum.

Cuarto: Promover que la financiación ilegal de los partidos sea un delito penado por ley homologada por una directiva. Prohibir que las entidades financieras y empresas perdonen las deudas a los partidos políticos y que el coste de los servicios sea comprobado que se realiza homologado a precios de mercado. Toda la información colgada en Internet.

Quinto: Eliminar el aforamiento de los políticos. Todos iguales ante la ley y, por tanto, todos sin privilegios ante los tribunales. Protección para los ciudadanos que colaboren con denuncias del incumplimiento de los políticos o de sus organizaciones. Reducir los supuestos de indultos y prohibirlos para los políticos corruptos.

Sexto: Introducir en todos los niveles educativos actividades para una educación cívica, de modo que se divulgue un código de conducta explicando a los estudiantes lo destructiva que resulta la mala semilla de la corrupción, para no ser condescendientes con el corrupto ni con el corruptor, es decir ni con el que ‘pone el cazo’ ni con el que lo llena. Es importante que desde la educación básica se explique con claridad que el futuro de la democracia o es más ética, más participación y más equidad, o viviremos en un modelo socialmente destructivo y, lo que es peor, cautivos de un clientelismo político de lo más desaprensivo.

Si queremos una sociedad en la que el ciudadano no se convierta en un ser explotado en todos los sentidos, no hagamos oídos sordos al clamor popular. Cuanto antes rectifiquemos, el impulso ciudadano procurará una Europa verdaderamente de todos.

José Molina Molina. Doctor en Economía, Sociólogo y miembro de Transparencia Internacional

Es autor de Ciudadano y Gasto Público, 2.014 Editorial Aranzadi (2ª edición).