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Es lo que hay 3: Los Santos. La Paz de las buenas ideas
J. Francisco Fabián
Tendría que haber escrito en caliente el tercer artículo de esta serie con el rotundo título de “¡No hay manera!”. Con ello hubiera tratado precisamente de eso: que no hay manera, porque voy y escribo sobre los comentarios que suscitó mi primer artículo (https://bejar.biz/es-lo-que-hay-2-comentar), exponiendo que, siempre, a la menor se monta el cisco, sea con el tema del artículo o con otro que no tenga nada que ver, lo escribo, lo denuncio y se vuelve a montar igual o peor, sacando los mismos temas que en los comentarios del primero: la Ayuso, los muertos en las residencias de Madrid con el Covid… etc. etc. etc. Se vuelve a liar una buena con (mi amigo) Pepe Muñoz de nuevo atrincherado con su ametralladora repleta de munición, repartiendo ráfagas a diestro y siniestro. Por decirlo más claro: han pasado de mí y la mayoría de los comentaristas han seguido a lo suyo. Me han utilizado como excusa para sacar sus temas, esos que tienen ahí guardados en las recámaras, utilizándolos con motivos o sin ellos, porque creen que son de lo que hay que hablar y no de otra cosa. Vale. Comprenderán que me sienta utilizado, aunque tal cosa no me preocupe mucho. Sigo pensando que estas situaciones me enseñan cómo funciona el mundo, que es algo que considero una pasión social en mi vida por encima de cualquier otra. Dado que soy un ser humano que forma parte del mundo, saber lo más posible de lo que va esto, intentar entender los mecanismos que componen lo malo y lo bueno, es lo menos que puedo hacer sin perder para ello la oportunidad de observar y recoger pruebas.
Pero -decía- qué fácil se monta la gresca por lo que sea. Si hay motivo, porque lo hay y si no lo hubiera, también. Con qué facilidad se echa mano a la solapa y al cuello del contrario y se le zarandea por sus ideas. Con qué sectarismo se selecciona una opción nueva que admite disyuntiva (por ejemplo, una de las últimas: Broncano o Pablo Motos, entre tantas otras opciones que aparecen a cada poco). A veces, muchas, cuando aparece un tema propicio para la polémica, no tenemos opinión hasta que no sabemos qué bando lo defiende y cuál lo ataca. A partir de ahí nos pronunciamos. Reitero que no es siempre y en todos los opinadores, pero observo que se da con mucha frecuencia a juzgar por cómo se defienden las razones para atacar al contrario. Estoy indica una superficialidad propia solo del fútbol. Como ser del Madrid, del Barça, del Atlético o del Atleti (Club). Somos de uno de los dos porque somos, porque queremos, pero no porque sepamos decir una razón de peso para serlo.
No sé qué demonios nos estará pasando, ni sé todas las razones que nos están llevando a esta situación de encono, de vehemencia desatada, de pre violencia, de mostrarnos tan enterados y seguros de todo y defenderlo ante hermanos, primos, cuñados, compañeros de trabajo o amigos en un tono que parece que nos vaya la vida, sea con más o menos documentación o, también, tantas veces, con la superficialidad que da el “juliganismo” político que tanto prolifera a día de hoy. (¡Vaya frase más interminable! Lo siento si se quedó usted sin respiración. Mi amigo José Antonio S. Paso me va a poner de vuelta y media). La respuesta a esta cuestión no es tan compleja: se está tan atrincherado en búnkeres ideológicos tales que, de salirse alguien, que se salga el otro, y viceversa. Así las cosas, no queda más remedio que aguantar esta tormenta (que ya está durando) y esperar a que escampe, sea cuando sea y que no lleve a males mayores, que ya tenemos suficientes antecedentes, que aquí somos muy de reñir. Es que ha dejado de ser debate, es encono. Emana de lo que vemos arriba y trasciende abajo. Desanima. Preocupa a la gente de bien.
Pero volvamos al principio y a lo que en realidad quería tratar aquí. Decía que tenía que haber escrito en caliente acerca de que no hay manera, pero me vine un tanto abajo, dejé pasar unas semanas y me fui al valle de Sangusín y de allí al pueblo de Los Santos, aprovechando las primeras lluvias y el ambiente de otoño, que en esa zona goza de una paz encomiable. Insisto en que el valle de Sangusín es un sitio al que hay que ir más. Por su paisaje, por su soledad, por la intimidad que transmite. De él hablaré otro día con más tiempo, de Los Santos, ahora.
Los Santos es un pueblo que nos suena, que habremos pasado por allí alguna vez, que sabemos que tuvo una mina de wolframio hasta hace poco, pero como pueblo no forma parte mucho de nuestras preferencias. Eso lo debemos revisar porque es un buen sitio en el que echar una mañana o una tarde, ahora que el otoño es muy otoño, con sus colores, su humedad, sus nubarrones y todo lo que en conjunto pueden producir. Los Santos es un buen sitio, lo es por su posición en el paisaje, por lo apacible y por el parque que hay en sus inmediaciones, con el que me topé, sorprendido, sin querer. Es un parque temático del granito.
Hubo en Los Santos una cantera de granito de esas que le dan una buena mordida al paisaje como consecuencia de las extracciones industriales. Estos sitios, en la mayoría de los casos, cuando se abandonan, dejan una mella en el paisaje que nadie se ocupa de reparar ni de obligar a ello. El paso de restaurar los paisajes mordidos, es una asignatura pendiente en nuestro país. Se deja pasar el tiempo y este, en un siglo más o menos, poco a poco va haciendo lo que puede. Tenemos por todas partes cosas de estas, parecen caries sin tratar. Forman parte de nuestra “cultura”, de la delicadeza con la que tratamos a lo común, de la falta de sutileza con lo pequeño y de lo poco que nos preocupamos como sociedad organizada que debiéramos ser sobre lo que hay más allá del umbral de nuestra casa, que parece que a la mayoría es lo único que nos importa. Bueno, pues en Los Santos, donde había una de estas mordidas en el paisaje y era considerable, a un señor llamado Amable Diego, artista, se le ocurrió una buena idea: ya que cierta gente había vivido del trabajo de extraer piedra, lo cual significaba una actividad económica legal, necesaria y demandada por la sociedad y que ello había provocado un impacto en el paisaje, nada mejor que minimizarlo, reciclando el destrozo en arte, aprovechando, además, para contar algo al visitante sobre la cantería.
El arte, cuando lo es, es una oferta de belleza, de imaginación, de reflexión y un regalo al alma de quienes saben apreciarlo y disfrutar de ello. No todo lo que se intenta en este sentido es arte, ya lo sabemos. Los genios salen solo de vez en cuando, pero con ellos hay quienes hacen obras de valor. En Los Santos, a mi juicio le salió arte a Amable Diego, alguien a quien no conozco. Este hombre, ayudado por su espíritu de artista en un proyecto y apoyado por el Ayuntamiento local, puso su imaginación a funcionar y su cultura, utilizando los desechos que habían quedado de las canteras, amabilizó el paisaje y le salió un amplio parque para transitar por un paisaje de base agreste, que ahora se ha transformado en un lugar en el que el alma se siente complacida. De paso ha eliminado las molestas mordidas en el paisaje que suelen provocarnos desánimos sociales a quienes creemos que la contemplación del paisaje nos hace más felices o infelices, según. Este artista lo ha hecho con sencillez y sobriedad, simplemente para mirar y sentirse bien en ello y con ello, como por ejemplo cuando miramos algo de Miró o de Tapies, entre tantos otros, en cuyas obras no hay nada concreto y evidente que identificar, pero provocan al mirarlo una sensación de felicidad que está en la intención y en la idea última y primordial del arte.
No hay que extenderse más en ello. Miren las fotografías que les dejo, vayan y véanlo un día que se hayan levantado positivos y con ganas de seguir siéndolo, incluso vayan si no fuera así, es posible que mejoren, por lo que vean y por el hecho de que se hagan estas acciones con tanto acierto en una “cultura” de la dejadez, que, si bien va conociendo progresos, todavía le queda y mucho para ser lo que debe. No son esculturas de Miguel Ángel, ni de Rodin, porque hay otras formas de exponer la belleza, ni llegan en su estilo a las de Chillida, pero en sus formas y en la sana intención que las ha motivado, exponen belleza y han amabilizado el paisaje. Si va usted al sitio y conecta, de algunas de las formas con que se conecta con el arte que nos gusta, se sentirá bien viéndolo, en el paisaje y en el gesto de esperanza que estas cosas producen de poso cuando se vive en un ambiente de tensiones y vehemencia constante que para nada produce felicidad.
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Creo que "te se" han olvidado las fotos que mencionas. Habrá quien no conozca el parque de Amable Diego en Los Santos, una intervención interesante entre el Land Art y la evocación de Stonehenge o del megalitismo ibérico (aunque no me puedo quitar de la cabeza cierto regusto a Cuelgamuros, sin duda no intencionado). En general, tampoco me gustan los parques temáticos, pero ese es mi problema (todavía podría ser peor: montar allí una exposición "inmersiva" o una exhibición de "video mapping", esas chorradas modelnas o posmodelnas de los nuevos engañabobos del Arte y el Patrimonio a quienes lo auténtico les da repelús y tienen que adornarlo con gilipolleces). Posiblemente no te parezca bien que en este comentario escore la atención hacia esas caries perpetradas en el paisaje que siguen ahí, apestando, mucho mayores que el casco urbano de Los Santos (adjunto captura de Google Maps o, en su defecto, de este enlace). La amable intervención de Amable ocupa una superficie amplia al suroeste del pueblo, pero ridícula comparada con esa herida abierta y supurante situada al este: seguro que se pueda hacer más y mejor por restaurar el paisaje; seguro que la Ley obliga a más.
Pero cambio de tercio. Como aportación al conocimiento de esa zona, no estaría de más recordar que Los Santos fue conocido por sus canteras de mármol antes que por las de granito. En realidad, la veta metamórfica no se encontraba en este municipio, sino a unos cuatro kilómetros al noreste, en el limítrofe de Endrinal, muy cerca de la confluencia entre los términos municipales de Los Santos, Fuenterroble de Salvatierra y Casafranca. Es posible que haya más afloramientos de mármol en esa zona, tan cercana al pico Monreal, pero yo me refiero a la cantera ya clausurada de El Inestal, a la que supongo se refiere la cita histórica, de hacia 1715-1724, recogida en un documento conocido como "Agenda del duque de Béjar". El fragmento se refiere a la renovación urbana de la Plaza Mayor de Béjar y dice así: "la fuente se ha de hacer de mármol blanco del de la villa de Los Santos, que es tan bueno como el que viene de Italia, de Maza y Carrara" (¡ahí es nada!). En realidad, muchas de las anotaciones de la agenda fueron inspiradas por el arbitrista bretón Nöel o Emmanuel Jouin, castellanizado Manuel Jovin (Saint-Malo, Bretaña, 1672-Sevilla, ca.1740), entonces al servicio del duque Juan Manuel II. El texto se encuentra en la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, Fondo Osuna, C. 258, D. 79, fechada entre 1715 y 1724 por datos contextuales y fue parcialmente publicado (transcrito con algunos errores) por Juan Muñoz García, «Proyectos de Don Juan Manuel II», en el semanario "Béjar en Madrid", nº 1091 (30 de enero de 1943), p. 4.
Y de Ayuso hablamos cuando quieras...
José Muñoz Domínguez
Bien Fabián, gusta volverte a leer por aqui desatascando un poco el ambiente del que nos alimentamos a diario aqui y allá. Espero que no te salgan de nuevo con la Ayuso, que parece una obsesión para unos cuantos, pero no se obsesionan con otros temas de la misma manera. Haces bien en hablarnos de ese sitio de Los Santos animándonos a ir a verlo. Desde luego que voy a ir, porque estas iniciativas hay que aplaudirlas. A ver si se toma nota y vamos acabando con la costumbre de mellar el paisaje y dejarlo así. Saludos.
Señor administrador: ¿sería posible añadir el enlace donde pongo "enlace"? Gracias. José Muñoz
Me corrijo a mí mismo antes de que alguien me lo restriegue por la jeta, y con razón: el fragmento citado entre comillas no se encuentra en la agenda del duque, sino en un informe que el propio Manuel Jovín presentó a Juan Manuel II, y se puede consultar en Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, Fondo Osuna, C. 274, D. 193, fol. 4 r-v, sin fecha, pero posiblemente de 1719.
Pepe Muñoz
Lo debe hacer Vd mismo
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Al señor Fabian no le gustan mucho que opinemos. Le voy a respetar
Al señor Fabián (por alusiones directas y sin que sirva de costumbre contestar) le parece muy bien que opine usted o quien sea sobre el tema de lo que ha escrito. Es lo suyo y estoy encantado de que se opine y haya debate. Pero que se opine sobre el tema tratado, no de otro que nada haya tenido que ver. Si se quiere opinar de otro distinto, la sección Tribuna está abierta a participar. Hágalo ahí y le leeremos, pero salirse del tema no parece lo adecuado, es una mera cuestión de orden, creo yo. Si usted me grita ahora:¡¡Libertad de expresión, coño!! Pues le diré que si, que toda, pero que lo adecuado sería hacerlo donde corresponda. Por una cuestión de orden (le) insisto.
El Sr. Fabián
Querido compañero de pupitre. El parque temático de Los Santos me parece una gratuita alteración del paisaje natural sin justificación alguna. Para mí es un magnífico ejemplo de fealdad y de lo que no hay que hacer, salvo que queramos rendir homenaje a Pedro Picapiedra y a Bilma. En tu proximo periplo (que me perdone Cusac por utilizar la palabra periplo) por este pueblo, repara mejor en los magníficos ejemplares de castaño que hallarás justo al otro lado en la dirección opuesta. El castaño del tío Trazas te impresionará.
Ah, y conste que yo también soy seguidor de Ayuso. Confio en su futuro como ciclista.
Absolutamente de acuerdo en el valor de los castaños, pero no tanto con el tema de la alteración del paisaje natural teniendo "unas vistas preciosas" de la mina de Los Santos/Fuenterroble, esa que debían de restaurar a su estado inicial y que está igual que cuando la cerraron...
Casi prefiero las piedras, antes que la mina que encima eran unos morosos:
https://www.lagacetadesalamanca.es/provincia/la-mina-de-los-santos-propo...
Como bien dicen los andaluces: Hay gente pa tó. Pues eso, que pueden gustar los castaños milenarios y también estas cosas en el paisaje. Incluso las dos cosas, como es mi caso. Lo he buscado por internet y entre lo que he visto y lo que ponía Fabián, me gustan las dos cosas como distintas que son. Que no le guste a usted es muy respetable, pero no le quita valor a la acción de haberlo hecho y con la causa de fondo detrás, a lo que se ve. Pero que no le guste, me parece bien. A mi el cubismo me parece una chorrada y ya ve, hay gente que se pierde por él. Pues esto, lo mismo. Tiene su valor, aunque no sea Chillida. Hay gente pa tó.
Con todo el respeto Señor Fabian, hasta que usted llega al Valle de Sangusín, nos mete un buen repaso.
AYuso,las residencias los muertos..Pepe Muñoz atrincherado,Broncano ,Pablo Motos, nos llama superficiales como los del fútbol, no sabemos porque somos de un lado o de otro.
Pues a mi el paraje de Los Santos no me gusta mucho. Me gusta mas nuestro monte y mas en esta época del año que ya empezara a colorear el Castañar con todo su tonalidades, me relaja mirar a esa zona y se me olvidan hasta los muertos, la ametralladora del Pepe Muñoz, los superficiales que somos,pero cuando cierro la ventana y bajo la persiana vuelvo a la realidad y hasta aquí puedo contar.
Tengamos una visión más amplia y dejemos las trincheras para causas que lo merezcan (cada uno desde su propia subjetividad, claro). Yo no voy a dejar la metralleta mientras crea poder aportar una visión crítica con argumentos (y, por cierto, me gustaría que otros respondieran de la misma forma), pero hay asuntos en los que sin duda podemos estar de acuerdo o mantener abiertas las opciones: el paisaje de berrocales de Los Santos es tan interesante como nuestro entorno agreste aunque nos pueda gustar más uno que otro, pero la verdadera prioridad, a mi entender, es la restauración de ese paisaje tras la mordida a cielo abierto de la cantera. No creo que un parque temático con mega-esculturas sea la mejor opción, pues sigue siendo una alteración del paisaje original; tiene a su favor el plus de tratarse de una intervención artística, un valor añadido sobre el desastre de la actividad extractiva anterior, pero yo preferiría la restauración de ese entorno mediante mínimos movimientos de tierra y piedra y, sobre todo, vegetación autóctona abundante, lo que no implica incompatibilidad. Si nos fijamos en el famoso Chillida Leku, comprobaremos que las esculturas de gran formato y el paisaje local pueden coexistir sin conflictos y hasta potenciarse mutuamente: arte, prados, arbolado, vacas pastando y público disfrutando de todo ello. La intervención de Amable Diego en Los Santos quizá peca por exceso: demasiadas estructuras y poco paisaje local. José Muñoz Domínguez
Puse este comentario en otro hilo:
Las caries vistas desde satélite:
https://www.google.es/maps/place/37768+Los+Santos,+Salamanca/@40.5395466,-5.784513,2399m/data=!3m1!1e3!4m6!3m5!1s0xd3efec1573b418f:0xc5e93d2a49d2db4c!8m2!3d40.545201!4d-5.797121!16s%2Fm%2F012bzn0g?hl=es&entry=ttu&g_ep=EgoyMDI0MTAyNy4wIKXMDSoASAFQAw%3D%3D.
907,407 m2 perforados, más de 90 hectáreas de herida en el paisaje. Hará falta un ejército de odontólogos para tapar eso.
José Muñoz Domínguez
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