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En el tema del empleo se puede jugar con la cadena, pero no con el perro
El fomento del empleo, que es el pollo del arroz con pollo de toda la política española en este presente que va de prieto a negro, es el tema. El Tema con mayúsculas. Prevalece en las campañas de todos los partidos para las elecciones generales y estuvo, en su momento, en las del resto de las administraciones públicas, incluido el ayuntamiento de Béjar.
Si bien es cierto que la prioridad es urgencia y que la urgencia no espera, el empleo es un tema que se presta a la demagogia, y los gobiernos, de todas las instancias, están obligados a crear y ofrecer si no los resultados que revertirían una situación extra nacional y extra territorial, al menos una voluntad palpable de que están haciendo todo lo que está a su alcance. Y para dar esa impresión, que más que impresión es evaluación de hasta dónde son capaces las administraciones de ponerse al lado de los que peor la están pasando, tendrían que suceder algunas cosas de una objetividad a prueba de bombas.
Las palabras, todo el mundo lo sabe, se las lleva el viento. Y el presente y las perspectivas de presente andan tan de capa caída, que la gente necesita algo en lo que pueda creer. Por eso, tal vez sea el tema del empleo un punto y aparte que requiera de un tratamiento público muy especial, sobre todo a nivel local, que es donde la política se ve a simple vista y ahora, en particular, dentro de la casa de cada ciudadano.
Las soluciones mágicas no existen. Verdad de Perogrullo. Y es incierto que algunos sí y otros no tengan las formulas precisas para generar empleo. Nadie las tiene y el que lo diga, miente. Como nadie tuvo la fórmula para evitar el desastre, ni en el Gobierno ni en la oposición; sobre todo en la oposición que sólo hacía eso… oposición.
En estas circunstancias, nuestro mundo es más pequeño. Los problemas macroeconómicos y las soluciones globales están más allá de Guijuelo por el norte y Hervás por el sur. Los nuestros son puramente locales, que es donde tendrán que aparecer los medios de vida; a menos que emigremos. Es en ese pequeño espacio de territorio donde tendremos que trabajar para continuar viviendo en el agobio de las deudas y sobreviviendo de la mejor manera posible, lo que ya sería un resultado.
Atendiendo a esa realidad, que es la práctica de todas las teorías posibles, el tema del empleo no es un tema más. Es, reitero, el Tema. El gobierno local, que lo tiene en el primer punto de su programa electoral, tendrá que demostrar que es capaz de favorecerlo en las condiciones de hoy, que eran las que ya se conocían cuando se redactó su programa para las elecciones municipales. La seguridad de poder hacer lo necesario para que los bejaranos tengan trabajo dejan de ser palabras volátiles y son una muy seria responsabilidad del Consistorio y, en particular, del Equipo de Gobierno que llegó ostentando la mayoría absoluta, lo que le pone en la mirilla de la mayoría de los votantes.
Amén de la línea del programa electoral que se ejecuta desde el Ayuntamiento y que dice: “Fomentaremos la creación de empleo”, que es mucho en tan pocas palabras, ahora se impone darle forma a la voluntad y transformarla en un hecho tan elocuente como un salario en el bolsillo.
A la gente, le interesa todo lo que acontece en la ciudad y todo lo que gestiona y cómo lo gestiona el Ayuntamiento; pero con toda seguridad podrían perdonarle al Equipo de Gobierno que muchas de aquellas ciento setenta y cinco promesas electorales dejen de cumplirse, aún por el hecho de que ya eran incumplibles desde que se enunciaron (lo que no es nada nuevo en períodos electorales), si el tema del empleo fuera atendido con alma, corazón y vida, como dice un bolero.
Tal vez sea necesario no esperar a que vayan apareciendo los logros o lo contario a los logros por cuentagotas, en las ocasiones puntuales en que venga al caso. Quizás, los bejaranos puedan o deseen o estén de acuerdo en tener una participación directa en la gestión de la creación de empleo. Sería lo más racional y más importante que la queja que yo es noticia de que “la cosa está chunga”. A nadie le caen las oportunidades del cielo y no veo por qué deban titubear los vecinos para hacer suyo un tema que a nadie más pertenece.
Hablo de una Plataforma por el Empleo en la que la participación no esté encausada por el partidismo; una organización ciudadana que tenga a su cargo la vigilancia de lo que institucionalmente se hace para crear empleos en la ciudad, y a la vez, genere las iniciativas que el Ayuntamiento podría respaldar; porque sería lamentable dejar solo al Equipo de Gobierno en una tarea que es superior a sus fuerzas, aunque éste creyera lo contrario. Hay aspectos en que el Ayuntamiento es quien tendrá la responsabilidad de actuar en beneficio del empleo; pero habría muchas más en las que éste no podría suplir la imaginación colectiva; pues la necesidad es la principal fuente de las buenas ideas.
Por último, existe un índice que tendría que estar en una pizarra electrónica en La Corredera: el desempleo. Actualizado, día por día. Para ver en qué sentido de los dos posibles andamos: hacia adelante o a tomar por el culo. Podría pedirse la aprobación por el Pleno de un punto fijo en el orden del día en que se ofrezca oficialmente el dato del desempleo, mes por mes. Y evitar así enredarnos en las palabras para tener la respuesta clara y precisa que ofrecen las matemáticas.
No hay que olvidar que la crisis en Béjar es vieja y que nunca la ciudadanía ha tenido acceso abierto a las cifras, que no mienten ni escamotean razones sino simplemente dicen qué es lo que hay. La gravedad de la situación hoy es tal, que en el tema del empleo se puede jugar con la cadena, pero no con el perro. O sea, para los ciudadanos podría ser muy revelador conocer cómo irá bajando el paro y el por ciento de desempleo de la población laboralmente activa –lo que jamás se ha divulgado– al compas de los esfuerzos conjuntos entre ellos y los gobernantes; o entender por qué sigue subiendo a pesar de todo.
Hoy, sumidos en la crisis, se habla de una cifra que ronda los 2,500 parados en Béjar; pero tengamos en cuenta que en enero de 2006, en condiciones muy diferentes, los desempleados eran 1,278. Matemáticamente es un problema sencillo: la mitad de paro de hoy ya estaba en 2006, cuando los ladrillos aún no nos habían caído en la cabeza. Sin poder comentar cuál es la proporción de la población laboral sin empleo, se me ocurre imaginar que nuestro dato de paro podría tener un Récord Guinness y que para salir de ese socavón tendremos que saber, en detalles, todo lo que se hace o se deja de hacer. Y tendrían que tener los ciudadanos un mecanismo propio de control y predicción de si están en el camino correcto a van de cabeza al desastre definitivo, al menos para tener tiempo de recoger los bártulos e irse con la música a otra parte.
- Me he tragado el último
hace 2 horas 24 mins - No van a ir al juzgado
hace 5 horas 4 mins - Al juzgado?? para que? Pues
hace 5 horas 30 mins - Si fuera verdad, ¿NO
hace 14 horas 54 mins - Enhorabuena
hace 1 día 6 horas - Más que merecido
hace 2 días 19 horas - Una buena noticia , me
hace 2 días 21 horas - DEsde que te levantas hasta
hace 4 días 5 horas - Toda la vida es política,te
hace 4 días 21 horas - ¿En serio? Con las
hace 5 días 4 horas
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