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Editorial nº 335: El gobierno de la ciudad
El filósofo griego Epícteto, decía que «El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos.»
Sabias palabras las de Epícteto, que fue esclavo durante muchos años y devino tras su manumisión, en pensador, filósofo y maestro.
Uno de los males de nuestra democracia es la escasísima participación de la ciudadanía en los asuntos públicos. Esa nula participación se produce esencialmente porque piensa el ciudadano que no le merece la pena participar, no cree que su participación sirva para algo, ya que piensa que no es posible hacer algo positivo para cambiar las cosas.
Sin embargo, esa no participación no significa que no haya alguien que se ocupe, o sea la no participación del ciudadano es ocupada inmediatamente por otras personas que son los que toman las decisiones y normalmente las toman pensando que hacen las cosas que hay que hacer.
Pongamos el caso de una ciudad como la nuestra. Cada 4 años hay unas elecciones municipales a las que se presentan los distintos partidos políticos. Los ciudadanos eligen a sus representantes y estos eligen en función de los resultados a las personas que se ocupan del gobierno de la ciudad. El partido ganador suele gobernar, sobre todo si obtiene la mayoría absoluta, al margen de las opiniones de terceros, aplican su programa con la sola cortapisa de la legislación, que siempre es interpretable.
A la oposición no le queda otra que intentar fiscalizar la acción del gobierno y ofrecer de forma permanente una comunicación a los ciudadanos sobre los avatares del día a día.
Suele haber comentarios de los concejales que gobiernan, echando de menos a los ciudadanos, pues la participación al margen de las elecciones brilla por su ausencia.
Sin embargo en una sociedad sana la participación directa de los ciudadanos en la vida política es imprescindible. El papel de los medios de comunicación resulta también esencial como contrapoder del gobierno de turno.
Los trabajadores del Hospital por ejemplo están dando un ejemplo de participación activa. No se resignan al desmantelamiento programado y mantienen viva la llama de sus reivindicaciones. ¿Podemos decir que esa participación no sirve para nada?
En absoluto. Gracias a su tesón el tema del Hospital está de permanente actualidad y los políticos se ven en la obligación de dar explicaciones sobre la gestión. Podemos decir claramente que sin esa participación, el Hospital correría serio peligro.
Lo mismo sucede con las denuncias que, por ejemplo, aparecen periódicamente en este medio sobre malas actuaciones o inacción del Ayuntamiento. Son ciudadanos, de forma privada, los que se molestan en realizar esas denuncias que sin duda sirven para mantener a raya a nuestros munícipes o recordarles la ley.
Asociaciones como el Consejo de la Juventud, el Casino Obrero, El Grupo San Gil, el CEB, las ONG, los Sindicatos y Asociaciones de empresarios y comerciantes, Clubes deportivos, etc.., son imprescindibles para articular el gobierno de la ciudad, pero para que esas asociaciones cumplan su función se precisa que los ciudadanos participen en las mismas de forma activa.
No sirve quejarse, hay que moverse.
- Precioso relato que emociona
hace 17 horas 19 mins - Dos acotaciones:
1º Se te
hace 1 día 5 horas - Los asuntos que plantea son
hace 1 día 11 horas - y no te da pereza el
hace 1 día 18 horas - "Cuando el diablo no tiene
hace 1 día 18 horas - Que "LUNA" vamos a ver
hace 2 días 48 mins - "CUANDO EL SABIO SEÑALA LA
hace 2 días 4 horas - Los medios de prensa no
hace 2 días 4 horas - Estoy de acuerdo con usted,
hace 2 días 15 horas - A algunos les da pereza las
hace 2 días 21 horas
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