En la reunión celebrada el pasado fin de semana se produjo la renovación de la Junta directiva del Centro de Estudios Bejaranos (CEB), con la elección de la candidatura encabezada por Antonio Avilés, que de esta manera se convierte en el nuevo Presidente de la institución.
Vaya por delante mi felicitación al nuevo presidente y a su equipo directivo, deseándole por bien de la institución y de la ciudad éxitos en su gestión.
Me ha alegrado ver que el CEB es una institución viva y que ha sido capaz de renovarse, propiciando una candidatura que puede suponer una nueva etapa en la ya importante historia de la institución. Los mecanismos de funcionamiento, estatutos, Juntas directivas, han funcionado perfectamente y se ha producido una transición modélica.

Hay que destacar el enorme papel que ha desempeñado la Junta saliente, encabezada por su Presidente, Urbano Domínguez y el gran trabajo realizado por la Secretaria: Lola Glez Canalejo.
Leyendo el balance de actuaciones del CEB, podemos ver el gran legado que se ha producido en el periodo en que han estado al frente de la institución. Es por tanto más que merecido el agradecimiento a estas personas que de forma desinteresada han estado trabajando por el CEB y por lo tanto por la ciudad.

Un hito esencial en dicho legado ha sido la publicación del primer tomo de la Historia de Béjar, documento imprescindible, en el que el CEB ha estado trabajando durante 10 años.
Al nuevo equipo le quedan por delante unos años de trabajo muy interesantes. El CEB es sin duda una de las instituciones culturales más prestigiosas de la ciudad, pero se tiene que seguir adaptando a la situación y renovándose.
Los problemas que tiene la ciudad son muy relevantes y el CEB tiene sin duda mucho que decir. No solo es importante entender el pasado, sino alumbrar el presente y concebir el futuro y en ese empeño el CEB debe seguir siendo un referente ético y cultural, de elaboración de conocimiento e investigación.