Desde Belén Cela, que dejó bien alto el pabellón, no ha tenido esta ciudad demasiada suerte con los regidores de la Villa. El anterior, desde luego batió todos los records de lo que no debe hacer un alcalde. Dejó la ciudad como un páramo sembrado de sal, en lo económico y en lo moral. Pufos por todas partes, ilegalidades a manta y una serie de trampas envenenadas (Cerrallana, Matadero, Condesa, Glorieta, PGOU,..) en los que el alcalde actual, ha caído como una mosca en la telaraña.
Hace poco me decía un amigo que lo que le ha faltado a este alcalde es abrir las ventanas para que entrara un nuevo aire. En efecto, las ventanas no sólo no se han abierto, sino que las cosas siguen igual.
Siguen unos técnicos ineptos que demostraron hasta la saciedad que sus informes se hacían a la medida del regidor anterior con total desprecio a lo que significa ser un profesional, siguen agravios comparativos insoportables, como el no exigir una deuda a unos promotores y sí a otros ciudadanos que no han podido pagar sus impuestos; siguen las decisiones arbitrarias e incomprensibles, como comprar 8000 m2 de un terreno, cuando en la escritura figuran 800; siguen las decisiones que no puede entender quien esté en su sano juicio, como la de firmar una escritura dando la propiedad de un terreno a alguien que no ha soltado un duro, como si ese terreno fuera suyo y no de todos los bejaranos. Sigue la ineficacia para resolver el tema del nuevo Matadero, de forma que a estas alturas se cierra el anterior por denuncias de los veterinarios y aún no están preparados los accesos ni las infraestructuras de urbanización del nuevo.
En fin, que este equipo de gobierno, que salió de las elecciones de hace apenas dos años ha sido un auténtico fiasco. Salvo Equinoccios y algunos otros juegos florales, que están muy bien, de los temas importantes nada de nada.
Le quedan aún dos años por delante a este equipo de gobierno, antes de las próximas elecciones. Rectificar es de sabios, pero.....¿hay voluntad y, lo que es más importante, capacidad de hacerlo?