Foto de A.ZaballosLa conmemoracion del 30 aniversario de las primeras elecciones democráticas en Béjar, ha servido para la celebración de un acto en el que han participado las personas que han desempeñado los cargos de alcalde o concejal. La iniciativa, que se ha repetido en casi todos los municipios de España, respondiendo a una convocatoria de la Federación de Municipios y Provincias, ha servido para reafirmar los valores democráticos y agradecer a las personas que han desempeñado cargos públicos su esfuerzo y dedicación.
No está de más ni una cosa ni la otra.

Por mucho que en ocasiones criticamos a nuestros representantes, lo que desde este medio hacemos a menudo, no podemos olvidar que esos concejales o alcaldes son los que han elegido los ciudadanos. Cada 4 años, se vuelven a presentar candidatos que hacen balance de todo lo que ha pasado, y hay unas nuevas elecciones, con la oportunidad de que, si a la ciudadanía no le ha gustado el resultado de la accion de gobierno del grupo que ha gobernado, elige a otro.
Afortunadamente, desde hace algunos años existen medios independientes que aportan información objetiva a los ciudadanos para que la elección se haga con conocimiento de causa.
Esta es la grandeza de la democracia y debemos recordar, en especial para muchos bejaranos que no han conocido otra cosa, que costó sangre, sudor y lágrimas que la hubiera en este país, por lo que celebrar esta efemérides nos parece de lo más oportuno.

El segundo tema del que quiero hablar es sobre el papel de los alcaldes y concejales. Sin entrar en valoraciones de la acción de gobierno, lo cierto es que estos ciudadanos que han desempeñado estos cargos, por la elección de los bejaranos, han realizado un trabajo que ha requerido y requiere un gran esfuerzo y dedicación, que además en el caso de Béjar se hace sin remuneración.

En estos tiempos en los que impera el individualismo, no es habitual trabajar por el bien colectivo en lugar de preocuparse exclusivamente de sus cosas. Por ello, los bejaranos deben estar agradecidos a estos señores y señoras. No resulta nada fácil dedicar el tiempo libre al trabajo de todos, escamoteando tiempo a la familia o a las aficiones para trabajar en un organismo que se ocupa de la colectividad, arrostrando en ocasiones críticas que hay que encajar con deportividad, porque así lo exige el ser un cargo electo.

Finalmente insisto en recordar que las críticas forman parte del juego democrático y que, por encima de las distintas y legítimas opciones políticas, está el interés general y el cumplimiento de la ley.