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Diario de un confinado por el bicho. 7.-La cola de la farmacia también es foro
Esta mañana en la cola de la farmacia, que como la del pan, es radio macuto (mil noticias por minuto), un señor ha contado que el alcalde de Badalona ha mordido a un mozo de escuadra porque no quería dejarse hacer un control de alcoholemia, y no solo eso, sino que le ha dicho aquello tan pintoresco de que no sabía con quién estaba hablado y, además, le ha enseñado un papel donde se veía el membrete de su partido, el PSC, digo yo que para impresionarle, aunque no sé cómo hubiera podido ser eso. Yo no me lo he creído en principio, porque en estos días funcionan muchos bulos maliciosos de topo tipo, algunos con una considerable mala baba. Mientras seguían hablando de ello, he sacado el móvil y he indagado sobre el asunto. ¡Era verdad! El alcalde de todo un Badalona (220.000 habitantes), que por una cuestión de cantidad le hacía yo un tipo bien organizado, ha mordido a un mozo de escuadra tal y como decía el señor, de forma que cuando yo lo he ratificado, me ha dicho que a ver si es me creía que él se inventaba las cosas. (Creo que se ha callado un “¡notejode!” final). Desde que lo he sabido no he dejado de imaginarme la escena del alcalde mordiendo al mozo de escuadra y éste diciendo «¡Quite, pero quite, hombre! ¡Qué hace!» («¡Traieu, però tregui, l'home! ¡Quina fa!!», que me imagino que se lo diría en catalán, porque si encima se lo dice en castellano, se le cae el pelo al policía).
Como hay que hablar alto por la distancia entre personas, lo han oído otros de la cola y teniendo en cuenta que el tema seduce, uno ha contado que un senador canario del PP hace unos años hizo una parecida, pero en este caso sin llegar a morder a nadie. Al parecer, el senador, estando en compañía de su hijo (!) y de otro sujeto, armaron una gorda en Madrid en una sauna asistida por señoritas, terminando la cosa en comisaría, donde el senador creía que por serlo le tenían que tratar de otra forma. La cosa se ha ido animando cuando un chico más joven que los circunstanciales tertulianos ha contado que altos cargos de la autonomía andaluza, cuando era del PSOE, gastaron una buena cantidad de dinero en prostíbulos tirando de tarjeta oficial. Yo todo lo iba comprobando disimuladamente con mi móvil, resultando que siempre era verdad.
Como la cola iba lenta y estábamos al final, nos hemos enredado a hablar de política y de la gente que vive de ella, que es en lo que, por lo que sea, tenemos todos siempre mucho que decir. Una señora, visiblemente contrariada, ha contado que en enero se habían creado una serie de direcciones generales totalmente nuevas, para las que no había que ser funcionario, es decir que se podía ser director general a dedo. Esta mujer ha citado algunas de ellas, por ejemplo: Dirección General de los derechos de los animales, Dir. Gral. de igualdad de trato y diversidad étnico-racial o una que me ha dejado especialmente muy impactado: Dirección General de Políticas palanca para el cumplimiento de la Agenda 2030. “Políticas palanca, políticas palanca”… me he estado repitiendo un buen rato, Dirección general de políticas palanca… No he sido el único. La señora se preguntaba, pero no le hemos sabido responder, si estas cosas no son creaciones de la nada y para poco o para nada, pero en las que hay que colocar a tu gente, para darles trabajo y como cimiento para consolidarse ese partido. (Esto último ya lo dijo uno de los creadores de la marca política que se va a beneficiar de estos nombramientos). En mi afán de imaginarme cosas, pensé en la pareja (no voy a decir esposa o esposo, que no cuadraría) o en la madre de quién haya resultado nombrado tal cosa, diciendo en la peluquería que su pareja o su hijo/a es el Director General de políticas palanca… Yo creo que dirá un eufemismo para que no piensen que es un organismo de cachondeo o simplemente para que no piense la peluquera que vaya, vaya y vaya con las políticas palanca, que debe ser la leche una cosa así.
Otro de los tertulianos a metro y medio y con rigurosa mascarilla, decía que dicen que van a cambiar las cosas cuando esto se pase, que el mundo va a ser distinto. Pero un señor, con años y kilómetros ya suficientes para ser escéptico, apuntó que van a cambiar muchas cosas del funcionamiento del mundo, como por ejemplo la forma de protegernos, de vender y, a lo mejor, hasta de relacionarnos, pero en la política, mientras seamos humanos y por tanto bastante gilipollas (fueron palabras suyas), que esto no va cambiar ni en los políticos ni en nosotros, que es de donde salen ellos. Un tipo muy vehemente que dijo ser peluquero nos ha estado diciendo lo que había que haber hecho para solucionar esto desde el principio y como debemos seguir. Esto no es ninguna novedad, porque si para algo ha servido la epidemia es para saber que más del 90% de los españoles estamos preparados para gestionar la próxima pandemia que venga. Por lo tanto, a la próxima, lo que hay que hacer es un sorteo entre la población y, los que resulten elegidos, ser ellos lo que solucionen la pandemia de un día para otro. Da igual a quien le toque, siempre será gente que sepa lo que hay que hacer, aunque sea con procedimientos diferentes.
Uno con pinta de profesor, artista, intelectual, de muy leído o de qué se yo, al que le veo a menudo llevar sombrero, como todo el que se precie de intelectual o artista desde hace poco, y que hasta ese momento no había dicho ni una palabra, solo nos escuchaba, se ha arrancado con una reflexión que ha dejado a todos sin poder hacer enmiendas. Ha tenido que ver con la crítica general a los políticos, a los que ya les teníamos ganas desde hace tiempo por muchas razones, unas veces con más argumentos y otras con menos.
Este señor ha dicho desde la seguridad, que verdaderamente tenemos una clase política de muy medio pelo en todos los bandos, porque a ella se cuela gente de cualquier pelaje, dando como resultado a veces a grandes mayorías de mediocres, que pueden tener buena voluntad y ser incluso muchos de ellos buena gente, pero para que esto no valen lo que debieran, aunque ahí están, decidiendo cosas, repartiendo mucho dinero a su modo y manera y, claro, como dan de sí lo que dan lo que dan, las decisiones que toman son en consecuencia. Estos tipos -decía el señor- se atrincheran ahí porque les viene muy bien, trabajan para sus amos con lealtad, a sus amos les gusta tener tipos así, los mantienen, ls ascienden y entre unos y otros dan una cuenta de resultados tan mediocre como ellos mismos. Una cuenta que cuando todo va bien, vale, porque no se nota, ni nosotros nos paramos a pensarlo, pero, cuando vienen dificultades, nos hacen ir a todos de cráneo. (Él en realidad dijo “de puto cráneo”). Y ha dicho una cosa que no podríamos discutirle y es que con tanto mediocre como hay por ahí, que piensan más en lo suyo (lo suyo es lo propio y lo de su jefe en una larga cadena de lealtades), que en lo común, que es para lo que deberían haberse metido en política, estando en la oposición, se oponen a las medidas que toma el gobierno, pero si estuvieran en el gobierno lo harían muy parecido o igual y los que están en el gobierno ahora, por el contrario si estuvieran en la oposición, les criticarían, aunque estuvieran haciendo lo que hacen ellos ahora. Vamos, que lo importante es decir lo contrario, ese es su funcionamiento logístico para que les veamos diferentes y piquemos cada cuatro años. En fin, que de ver estas cosas una y otra vez, les vemos como a una gente que viven flotando en un mundo muy de ellos y sus partidos y sí, hacen cosas por nosotros, o lo intentan, no se lo vamos a negar, pero viven, además y muchas veces sobre todo, en una realidad paralela donde el partido que les da una buena vida, y el superior que les ha encumbrado, parecen estar por encima de todo, cuando quizá debiera estar debajo de lo verdaderamente importante. Si se lo denunciamos nos llaman demagogos. Claro, se tienen que defender y a su manera eso es lo qu eles da de sí a muchos la inteligencia.
Otra vez me he vuelto a casa pensativo después de ese foro de debate que son las colas y que sirven para expresar una idea de la realidad. Por cierto, que un señor ya de bastantes años ha lanzado una reflexión, justo cuando me tocaba entrar a la farmacia, que me ha hecho equivocarme dos veces a la hora de pedir el ibuprofeno. Dejaba en el aire el hombre esta reflexión tan preocupante: «Dicen que todo va a cambiar, que viene otro mundo. Más vale. ¿Pero se imaginan ustedes regresar a la vida normal, cuando eso sea y tener que volver, por ejemplo, a la matraca nacionalista, con los vascos reclamando los suyo-lo suyo-lo suyo y los catalanes su nosotros-nosotros-nosotros, otra vez jugando los unos y los otros a lo mismo de siempre, a su particular juego de mentiras, puñeterías, patrañas y jodiendas todo el tiempo, como si no tuvieran nada mejor que hacer, como si la única solución para arreglar el mundo fuera la añorada independencia de algunos? Va a dar mucha pereza -ha continuado el señor- escuchar de nuevo todo eso rollo tan cansino y farragoso y pensar que tanta calamidad como ha sucedido y quizá falte por suceder, en eso no va a servir para nada. Se cerrarán muchos bares y otros tipos de negocios, cambiarán hábitos, concebiremos quizá la vida de otras formas, trabajaremos desde casa, quizá respetemos mejor a la Naturaleza, tal vez entendamos que es mejor estar unidos ante la adversidad… no sé, mil cosas posibles que tal vez cambien el mundo para un tiempo, pero ¿se imaginan que esos plastas sigan sin cambiar un palmo? ¿Se imaginan volver a ver a ese “político” desafortunado como es Rufián, con ese aire de chuletilla empoderado, creyéndose un referente?»... Me he dicho para mí mismo: Si pasa encierro voluntariamente para una larga temporada, de verdad.
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Gracias Fabino (así te llamaba el profe de F.E.N., q.e.p.d) por arrancarnos sonrisas y reflexiones en esos tiempos en los que escribas lo que escribas, te lloverán collejas hasta en la foto del deenei.
No llegaste a identificar al señor de bastantes años que lanzó la reflexión final cuando entrabas en la farmacia. No me extraña: se quitó la barba y ahora el poco pelo que tiene es blanco, también luce perfil de aficionado a la cerveza y hasta le ha cambiado la voz. Era tu compañero de pupitre en COU.
Si, le recuerdo perfectamente, cumple los años el mismo día que yo y recuerdo siempre con mucho cariño.
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