El Cerro del Berrueco desde el noroesteEl 20 de Noviembre de 2023 apareció en este periódico en la sección Foto Denuncia una noticia (bejar.biz/UPL denuncia el “desprecio más absoluto de la Junta” al Patrimonio tras la destrucción de uno de los yacimientos del Berrueco | bejar.biz) sobre presuntas negligencias en los trabajos de concentración parcelaria en el emblemático yacimiento más o menos en la comarca de Béjar conocido como Cerro del Berrueco. La foto y noticia adjunta citaban la denuncia de Luis García, secretario provincial del partido Unión del Pueblo Leonés y concejal del ayuntamiento de El Tejado haciendo acusaciones a la Junta de Castilla y León y a sus responsables en materia de Patrimonio Arqueológico de lo que según él estaba sucediendo a partir de la reanudación de los trabajos de apertura de caminos en las inmediaciones del Cerro del Berrueco. En una foto aparecían un molino circular y otro de tipo barquiforme que, presuntamente, habrían aparecido durante las obras. Finalmente se hablaba de la destrucción parcial del castro de los Tejares y acusaba a la dirección arqueológica de no estar haciendo adecuadamente bien su trabajo.
En ese mismo artículo, en la sección de comentarios (mi amigo) José Muñoz Domínguez escribía que le gustaría conocer mi opinión y la de Manuel Santonja, por cuanto sabe de la ligazón de ambos con el Cerro del Berrueco. Para no añadir un comentario más a un artículo aparecido hace un mes y medio y del que no he tenido noticia hasta ahora, me permito contestar de esta manera, remitiendo al lector al enlace sobre la noticia para que conozca los antecedentes.
En primer lugar, debo decir que no conozco bien todos los pormenores de la denuncia, únicamente voy a poner a disposición del lector determinados datos para que esté más cerca de pronunciarse con criterio sobre el asunto, puesto que a veces leemos noticias que no reflejan debidamente la realidad, contribuyendo a que nos sumemos al impacto que se pretende sin verdadera razón de peso para ello. Tampoco conozco al denunciante, ni sé de los conocimientos técnicos que maneja para enjuiciar la situación. Sí puedo decir, porque ha formado parte de mi trabajo como Arqueólogo Territorial de Ávila durante casi cuatro décadas que he participado en muchos trabajos de concentración parcelaria en la provincia de Ávila y por ello conozco el procedimiento habitual de base en estos casos, procedimiento que posteriormente se adapta a las circunstancias concretas de los sitios de actuación con algunas variantes personalizadas.
Doy por hecho, en primer lugar, que en el proyecto de concentración inicial se hizo una evaluación de los efectos del trabajo a realizar a base de una prospección arqueológica superficial de toda la zona donde se iban a producir aperturas de caminos, que implicaban movimientos de tierra. Este trabajo es un reconocimiento exhaustivo de la superficie del terreno en busca de indicios por parte de un arqueólogo debidamente autorizado. Allí donde se encuentren restos y en función de la calidad y cantidad de estos puede haber un yacimiento arqueológico, pero también, sin son restos esporádicos, pueden provenir de determinadas circunstancias que el arqueólogo debe valorar, siendo la administración competente la que dicte las acciones a tomar a partir de la valoración de su presencia. El resultado de ese trabajo de reconocimiento arqueológico de la superficie se cruza después con las necesidades de apertura de caminos para ver dónde hay afección. Si la hay, la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Salamanca sin duda habrá fijado una serie de medidas cautelares. Una de ellas habrá sido proteger los yacimientos conocidos en el Cerro del Berrueco y su entorno inmediato afectados por las obras, obligando al desvío de caminos para salvaguardarlos. Me extrañaría mucho que tratándose el C. del Berrueco, de un BIC, esto no se haya hecho, permitiendo la destrucción parcial (como al parecer asegura el concejal) del yacimiento de los Tejares, conocido desde siempre como parte integrante del complejo de yacimientos (11) que componen el BIC Cerro del Berrueco. Doy por hecho también que desde Junta se habrá estipulado que haya un Control arqueológico de los movimientos de tierra, bien en todos los caminos o bien en las zonas donde en la prospección superficial se hayan hallado algunos indicios sueltos que no constituyan propiamente un yacimiento, pero muestren indicios a tener en cuenta preventivamente (“ruido arqueológico” lo llamamos). En estos casos, el arqueólogo contratado para estar a pie de las obras, coordinado con el Arqueólogo Territorial correspondiente, reconoce si hay que algo de consideración o son meros restos sueltos de los que suelen aparecer en un amplio entorno de los yacimientos como consecuencia del trasiego de gentes y sus actividades durante la ocupación del lugar, que luego se convirtió en yacimiento. Es un profesional y lo debe saber reconocer, y sus dudas se las resuelve la administración competente.
En la foto de denuncia aparecen dos molinos, uno que puede ser de la Edad del Hierro, romano e incluso medieval y otro barquiforme que es más antiguo que la cronología del anterior. Puede ser Neolítico, Calcolítico o de la Edad del Bronce. No sabemos si se han encontrado juntos, aunque sean anacrónicos o si se han juntado para la fotografía. Por sí solos, dos molinos no tienen que implicar un yacimiento, puesto que este tipo de elementos de molienda podían estar en las casas o también en los campos cultivados, e incluso ser producto de una acción puntual que el arqueólogo sabrá reconocer a través de otros indicios. Expuesta la noticia sin muchos más datos, puede causar alarma en los no especialistas, pero no lo será tanto en los que lo sean por las circunstancias que he dicho anteriormente. Nos faltan datos sobre si en el lugar donde han aparecido se observa en el corte realizado por el camino, la alteración de estratos de ocupación (normalmente estratos oscuros) o esas piezas estaban en superficie sin más. Si había estratos afectados, habrán sido detectados por el arqueólogo supervisor dado aviso de ello a la administración y por tanto, esta habrá tomado medidas al respecto.
Finalmente decir que, si el proyecto marcaba aportar tierra en lugar de excavar y se hubiera hecho lo contrario, con resultado de alteración del Patrimonio Arqueológico, la administración tiene los mecanismos que contempla la legislación vigente (Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León y Reglamento para la protección del Patrimonio Cultural de Castilla y León, además de la legislación estatal) para afrontar legalmente la situación, cosa de la que no tenemos noticia que haya sucedido. Desconocemos asimismo si hay una denuncia judicial ante la gravedad de los hechos que se exponen, acción que debería haberse hecho primeramente y antes de denuncias con matiz político, puesto que, si los hechos son tan graves como se dicen, pueden tener una primera actuación judicial paralizando las obras.
El Cerro del Berrueco, con su entorno inmediato, es un complejo arqueológico constituido por al menos 11 yacimientos distintos e independientes que implican un compendio de historia remota que comprende un espacio de tiempo de unos 13.000 años (nada menos). Van desde el cazadero magdaleniense de la Dehesa (12.000 a.C.) hasta el tiempo visigodo (siglo VII-VIII). Se trata, dicho sea sin exageración, de uno de los complejos más importantes de la península ibérica por su larga trayectoria histórica, pero hay que decir también que presenta una complejidad de investigación, gestión y protección muy compleja y complicada, debida a todas las circunstancias que confluyen en él. Algunos de los yacimientos que le constituyen han sufrido un ignominioso expolio que nos privará para siempre de obtener datos con lo que reconstruir el pasado adecuadamente. Particularmente uno de ellos, como el castro de las Paredejas, los sigue sufriendo a día de hoy de una forma intensa y lamentable mediante el uso de detectores de metales. Tal vez la administración competente (nacional y autonómica) debiera plantearse hacer una campaña de concienciación ciudadana contra el expolio, como se hacen y se han hecho en multitud de otros aspectos, pero nunca -¡inexplicablemente! ¿o sí?- sobre el expolio del Patrimonio Arqueológico. Y no creo que sea tan difícil ni planteárselo ni hacerlo.