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Despoblación y envejecimiento de una comarca dormida
Carlos Castaño
Dado que no soy un experto en la materia, lo que expongo a continuación no es más que mi opinión personal sobre el tema que nos ocupa: DESPOBLACIÓN Y ENVEJECIMIENTO EN NUESTRO ENTORNO.
Llevo toda mi vida afincado en Béjar y cuando mi barba aún era incipiente comenzaron a cerrarse las empresas textiles (única vía de subsistencia de nuestro pueblo), y empezaron a esfumarse las oportunidades de una vida y un trabajo digno para sobrevivir por estos lares. Las fábricas siguieron cerrándose hasta nuestros días en las que apenas queda rastro del bullicio y la alegría de aquellas gentes que vivían de su trabajo. Los bejaranos comenzaron a marcharse en busca de lugares donde ganar el sustento para sus familias; si a esto le unimos que la textil atrajo a las gentes de los pueblos de nuestro entorno y poco a poco se fueron vaciando, pueblos a los que la gente no ha regresado por falta de oportunidades, nos encontramos con una comarca desangelada, ocupada por personas en edad avanzada que camina inexorablemente hacia su desaparición. Tanto es así que cuando llegó la crisis y cundió la alarma, yo no dejaba de repetirme que llevamos anclados en ella desde que yo era joven, y cada crisis que pasa no hace sino aumentar lo que por aquí llevamos años padeciendo.
¿Culpables? culpables lo somos todos, cada uno en su medida. Cuando entramos a formar parte de la Comunidad Económica Europea empezó a llegar dinero para modernizar nuestro país y ponerle a la altura de la Europa Central. Sí, el país se modernizó y los que se llevaron el bocado más exquisito, fueron las regiones mejor preparadas (la nuestra no era una de ellas) y los grandes núcleos de población, para el resto quedó la parte de esas infraestructuras que por allí pasaban y un reparto desigual de las subvenciones europeas, mal gestionadas por nuestros gobernantes y de las que fundamentalmente sacaron provecho los codiciosos que viven de rastrear el dinero gratis (acuérdense de los campos de lino que nadie recogía, por ejemplo). Nuestro gobierno sucumbió o tuvo que sucumbir ante los demás estados-miembro que como contraprestación a esas subvenciones acabaron con la posibilidad de competencia de nuestros productos frente a los suyos. Sirva como ejemplo el de la leche. De la noche a la mañana desaparecieron de nuestra vista esas vacas manchadas que tantos años nos habían surtido del líquido elemento al ser intercambiadas por dinero (pan para hoy y hambre para mañana). Todo ello debido, en parte, a la edad de los ganaderos y a que sus hijos habían marchado a estudiar o trabajar sin intenciones de volver a una zona rural desprovista de servicios.
Los diferentes gobiernos que hemos tenido también tienen un porcentaje de culpa pues no han identificado el problema del éxodo rural hasta hace muy poquitos años y ahora empiezan a considerarlo un serio problema. Dilapidaron el dinero proveniente de Europa en lavar la cara de un país que sigue dando bandazos sin tener muy claro dónde está la meta. Se desperdicia el talento mientras los amiguismos campan a sus anchas consumiendo los recursos de un país que ha abandonado al mundo rural y lo que en mayor parte poseemos, la tierra.
Lo mismo podemos decir de nuestro gobierno autonómico que ha sido incapaz de reconocer y solucionar el problema del despoblamiento que se le supone más cercano. Tengamos en cuenta que en Castilla y León hay más de 2000 municipios de menos de 1000 habitantes, el 89% del total. Todos ellos pierden población, de lo que no se escapan la mayoría del resto de municipios de más de 5000 habitantes e incluso las capitales de provincia. Tan solo se salvan Valladolid (centralismo) y algunos de los “municipios periurbanos”, como Santa Marta y alguno de los incluidos en “Áreas de dinamización económica”, como Guijuelo. También hay municipios entre los denominados “Áreas dinámicas estancadas” que ni pierden ni ganan población, como Peñaranda. Quedan las “Áreas afectadas por la crisis”, como Venta de Baños que pierden entre un 0% y un 9% y el último grupo cuya denominación lo dice todo, “Espacios problemáticos” al que pertenecen tan solo ocho municipios que han perdido entre 1996 y 2017 más del 10% de su población, entre los que se encuentra Béjar con una pérdida en el mismo periodo del 20,65%. Podemos decir sin miedo a equivocarnos que Castilla y León se despuebla a un ritmo mayor del que puede soportar. A pesar de que este problema en nuestra autonomía viene de lejos y cada vez se agudiza a mayor velocidad, el gobierno regional no ha sido capaz, en primer lugar, de reconocer el problema y en segundo, de poner en marcha políticas que lo ralenticen y después lo reviertan.
Por supuesto, los gobiernos locales también son culpables, han ignorado el problema o ni tan siquiera lo han considerado y ahora que es tan evidente parece como si no quisieran hablar de ello. Se han empecinado en que el turismo es la solución cuando por su volubilidad solo puede servir como apoyo a otro tipo de propuestas, bien sean culturales, agroalimentarias, industriales… Y si el turismo lo tenemos que atraer mediante La Covatilla, las procesiones basadas en leyendas o que intentan emular a lugares en los que la tradición lleva arraigada desde la edad media, ese turismo será ocasional, poco duradero en el tiempo y que en nada ayudará a retener población.
Por último, estamos los bejaranos que tenemos nuestro porcentaje de culpabilidad. ¿Cómo es posible que seamos capaces de llenar una plaza con banderitas para protestar por lo que acontece a 1000 Km y no seamos capaces de salir a la calle a pelear por nuestro hospital, por la sanidad, la educación, por un trabajo digno, por la falta de oportunidades? En ocasiones, dándole vueltas a estas cosas, me froto los ojos como queriendo despertar de un mal sueño pero no, es la cruda realidad. Vivimos anclados en el pasado en los tiempos de “los más ricos de Béjar”, esperando que una mañana al despertarnos esté todo solucionado. Pero si ha de ser así, la espera será larga, esperemos sentados. Nos han embobado con banderas y sus juras, hombres de musgo y santos, fuentes y asfaltados y nos han devuelto al nacional-catolicismo más rancio, más incluso que el que nos trajo el dictador hace ya años. En lugar de esto, deberían, como bejaranos, habernos sacado a la calle a luchar por nuestros derechos, por los de nuestro pueblo, todos en un único pueblo, pero se contentan con hacerse ver cuando llegan las elecciones, tres años sin nada y un año –preelectoral- para enseñarnos el bien que hacen por su pueblo. O lo que es lo mismo, tres años de oscuridad y uno de engaños.
Las soluciones. Las soluciones no son fáciles y menos después de tantos años, pero bien haríamos en unirnos todos los bejaranos, en olvidar nuestras diferencias y en un esfuerzo conjunto, darle el soplo de vida que Béjar y su comarca necesitan. Debemos de recuperar los servicios que tanta prisa se han dado en desmantelar. Necesitamos nuestro hospital modernizado con especialistas en las distintas ramas y que evite los viajes continuos e innecesarios de los pacientes de Béjar y su comarca a Salamanca y que reduzcan las listas de espera. Necesitamos un centro de salud dinámico, sin aglomeraciones y con los médicos de familia necesarios. Necesitamos servicios y cuidados públicos y de calidad para nuestros mayores, residencias públicas que eviten que también se vayan nuestros ancianos. Necesitamos una enseñanza de calidad, una formación profesional adaptada a los tiempos tecnológicos en que vivimos y que prepare a nuestros hijos para los trabajos que en nuestra comarca se requieren. Una Escuela de Ingeniería con una oferta más diversa enfocada a los recursos que nuestra tierra tiene como la agroalimentación, los montes, etc. Si Béjar no ofrece unos servicios dignos, no parará la hemorragia poblacional ni hará suficientemente atractiva la vida como para que otras gentes y empresas prefieran instalarse aquí. Sería necesario que las instituciones que nos gobiernan invirtieran en estas cuestiones, ya que el sueño de que nuestro pueblo vuelva a ser industrial queda bastante lejos. Las industrias están asentadas en otras regiones con mejores infraestructuras y comunicaciones. Es verdad que estamos ubicados en pleno centro de la “Ruta de la Plata”, que nos une a toda la zona oeste del país, pero no es menos cierto que la comunicación con Madrid o Portugal dejan bastante que desear, así como el acceso a la red ferroviaria que reduciría seguramente las emisiones contaminantes y podría ayudar a atraer a otras empresas.
Hoy en día es imprescindible, el acceso a la red, a un internet de calidad que haría atractivo nuestro pueblo para emprendedores y empresas tecnológicas que hoy están en auge. La red de que disponemos es lenta e insuficiente para Béjar y prácticamente nula para el resto de la comarca. No es de recibo que a pesar de ser de las más caras de Europa solo sea accesible en las grandes ciudades y el mundo rural, no disponga de ella.
En resumidas cuentas, necesitamos políticas locales que doten a nuestra comarca de servicios públicos de igual calidad que los de la ciudad, que modernicen nuestro medio rural, que hagan realidad la igualdad de oportunidades y que propicien la generación de empleo.
Hay otro sector al que siempre hemos dado la espalda que no es otro que el Agroalimentario: la transformación de los productos que genera nuestra tierra, la posibilidad de la venta on-line de estos productos, las plantas aromáticas que se adaptan a nuestro entorno y que tienen una gran demanda. la agricultura y ganadería ecológicas que tan buenos resultados ha dado en otros lugares y una educación al ciudadano para consumir los productos de temporada que se generan en nuestro entorno evitando así gastos de transporte innecesarios que serían beneficiosos tanto para el consumidor como para los pequeños agricultores y ganaderos. Y no olvidemos la explotación y limpieza de nuestros montes.
Y por supuesto, el turismo. En este campo tenemos una variada oferta pero descuidada o abandonada. El senderismo, las rutas ornitológicas que enseñan a nuestros visitantes la belleza natural que nos rodea, pero para eso, además de señalizar y limpiar los caminos hay que mantenerlos. Nuestro casco antiguo, abandonado y ruinoso que podría ofrecer, bien rehabilitado, vivienda social y lugares donde hospedar a nuestros visitantes, comercios y locales para los artesanos de nuestros pueblos y una zona por la que pasear y disfrutar que harían de él un lugar dinámico y bullicioso. El patrimonio industrial, de gran valor y también abandonado, que deberíamos revitalizar, remozarlo y albergar en él espacios culturales, de ocio o incluso empresas que devuelvan la vida a estos lugares adosados a nuestro río. Poseemos un tesoro muy preciado, un jardín renacentista como El Bosque, único lugar de estas características en nuestro país que define en un solo lugar lo que es todo nuestro entorno y que con una buena gestión, amén de puestos de trabajo, serviría de reclamo a ese turismo de calidad que necesitamos que venga a visitarnos. Y también tenemos La Covatilla que completa el abanico de ofertas turísticas de nuestra comarca pero que, además de mal gestionado, recibe todo el dinero que bien se podría haber dedicado al resto de las opciones que ya hemos enumerado. Hay que poner en orden de preferencia todas estas oportunidades que el entorno nos brinda para que ese turismo que no se conforme con visitarnos una vez y repita.
Todos deberíamos hacer una apuesta común por nuestra comarca a través de nuestros ayuntamientos, aunando esfuerzos y, sin renunciar a los proyectos locales, ser capaces de imaginar un futuro más amplio y cohesionado para toda la comarca de Béjar.
- ¡Menudo zasca, señor
hace 14 horas 37 mins - Pues no. Lo de "ay
hace 19 horas 38 mins - Pues ya lo sabe usted
hace 1 día 7 horas - Lo de "todólogo" es cosa
hace 3 días 14 horas - Con lo de Todólogo te
hace 3 días 16 horas - No preocuparse que aquí ha
hace 3 días 18 horas - Creo que el Ayuntamiento
hace 5 días 15 horas - Ese derrumbe no es novedad,
hace 5 días 18 horas - Los pequeños accionistas
hace 6 días 21 horas - Da gusto leerle. Saludos.
hace 1 semana 13 horas
El problema es que tratan la despoblación como algo que sólo pasa aquí y es algo que está ocurriendo en todo Europa. La gente quiere, como es lógico, las máximas comodidad y vivir en zonas donde los niños no puedan tener amigos porque hay cuatro niños en el pueblo, para comprar se tenga que esperar a los ambulantes que pasan por allí, las comunicaciones por carretera sean de pena, las citas medicas sean una vez por semana...
Como es lógico, salvo los que están acostumbrado a esa vida y algún que otro románticos, la gente quiere un mínimo de comodidades y eso sólo se consigue en pueblos con un mínimo de habitantes por lo que aquí, en el resto de España y Europa los pequeños pueblos están condenados a la desaparición por mucho que se quiera evitar.
Curiosamente todos los que proponen soluciones no suelen vivir en pueblos pequeños y piden a otros que renuncien a lo que ello no renunciarían.
Tristemente el tiempo probablemente me de la razón y en unos años la mayoría de esos pueblos habrán desaparecido.
Te aseguro que no es un problema de toda Europa, tan sólo de las regiones del sur. Date una vuelta por ejemplo por Alemania y no verás ningún pueblo con la mitad de las casas abandonadas como aquí.
dese una vuelta por la antigua Alemania del. Este y los verá.
Muy bien escrito, tienes toda la razón. pero yo creo que te falta una cosa, y muy, pero que muy importante EL CARÁCTER BEJARANO, creo que habría que hacerselo mirar. (y me da que no tien solución) Creo que más del 50 % de la culpa es por ese carácter. El que está se quiere ir y los que llegan están deseando marcharse, todos despavoridos. han sido más de 20 años de educación y inculcamiento de que los de fuera son malos, nos vienen a quitar el trabajo, etc, etc, etc, y este cambio no se producirá hasta que no venta otra generación, esperemos.
Respecto a la recuperación de Béjar, ya lo dudo, en los próximos 10 años bajaremos de los 10.000 habitantes, si no es antes, y todo ello que se siga vendiendo JAMÓN a este ritmo, que si no 5.000 y con media de edad de 65 años.
En serio, a los que salen fuera de los picos de Valdesangil y de Puerto de Béjar, pregunten, pregunten que opinan de los berajos..... que os digan a opinión sincera... No voy a poner aquí ningún descalificativo, me gustaría que hablasen con sus amigos y conocidos que no son de aquí. Y pegunten a sus jóvenes que salen a trabajar, estos nunca volverian "al pueblo".
Sean realistas, tienen lo que se han ido buscando durante estos últimos 25 años.
Estoy de acuerdo con un invitado que habla de que el problema especial lo tiene Béjar. No hace falta irse Alemania, Ciudad Rodrigo, Hervás, Alba de Tormes no están como Béjar.
Qué pasa con los bejaranos? Somos gente trabajadora y lo llevamos en los genes, currantes natos vamos.
Cómo ha tratado Béjar a la generación que ha sufrido las consecuencias de la mayor debacle de su historia. Con bailes folclóricos y calderillos para el bejarano ausente,con precariedad máxima comparada con otras zonas para los que se han quedado, demasiado buenos han sido. En otras zonas se hubiera armado la de Dios.
Ciudad Rodrigo no está para tirar cohetes, a perdido casi 3000 habitantes en los últimos años.
En Béjar hay mucho pensador y poco inversor.
Que inviertan los que ganan sueldazos,con tener para comer tenemos bastante como para invertir
Desde 1998 hasta 2017 Ciudad Rodrigo ha perdido 1887 habitantes, Cuántos ha perdido Béjar? Que nivel de conservación arqitectonica tiene Béjar y Cuàl Ciudad Rodrigo.
Bejar se ha convertido en un feudo del PP, como la Galicia interior pero algunos no vamos a pasar por tontos. Allá los gallegos.
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