La gente se pregunta –y me preguntan—qué sucederá en Cuba tras la muerte de Fidel Castro. Eso es algo difícil de conocer viendo la TV de España o leyendo sus periódicos. La repuesta a esas preguntas podría tener un argumento relevante, que no es precisamente el panorama de incertidumbre que se dibuja del futuro de la Isla; como tampoco lo son las reacciones de un sector minoritario de los cubanos residentes en La Florida que abogan a golpe de cazuelas por que todo vuelva a donde estaba: Cuba enemiga con un presidente que revoque las aproximaciones con los Estado Unidos logradas durante el gobierno de Barack Obama, incluida la restauración de la relaciones diplomáticas.

En el presente, la oposición interna al gobierno cubano tiene un polo destacable y no es, ni por el forro, la oposición que promueven desde los Estados Unidos quienes están de acuerdo en volver a la Cuba de 1959 bajo el patrocinio norteamericano. En Cuba sí existe –y ha existido al menos durante más de una década– una fuerza política determinante en el futuro del país, compuesta por los que creyeron en la Revolución, tomaron parte en ella y terminaron comprendiendo que aquel no era el camino y que el mayor responsable era Fidel Casto. Y de esa realidad nació y se ha desarrollado una verdadera oposición política para el cambio.

Explicar las esencias de ese movimiento político independiente y abierto sería demasiado extenso para una nota de prensa. Pero resulta necesario señalar que desde al menos dos décadas atrás se fueron desarrollando separadamente diferentes agrupaciones políticas con una misma posición conceptual y desde una misma perspectiva de unión como partido político para la formación de un gobierno que podría ser un modelo de democracia, progreso y poder popular; para lo cual, en Cuba existen todas las condiciones necesarias y objetivas: no hay acreedores externos que le viren al revés los bolsillos; el país tiene un alto nivel de instrucción –cerca de un 30% de los cubanos son graduados universitarios--, tiene un sistema de salud diseñado para atender gratuitamente hasta la última persona y para ayudar a los países más pobres, tiene una expectativa de vida de 79 años, sólo uno por debajo de España y uno por encina de los Estados Unidos. Y tiene a 11 millones de cubanos con la voluntad de enmendar los errores que produjo la alineación incondicional del fidelismo con lo que fuera La Unión Soviética y que abrigan la esperanza de una vida mejor en un país libre y soberano.

Lo demás se explica más abajo en la síntesis de los motivos que dieron lugar a la proclama de una verdadera oposición en respuesta al último Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en abril de este año, así como en el resumen de las principales ideas contenidas en esa proclama, que son, hoy por hoy, el pensamiento político mayoritario en la Isla.

CUBA. SE FORMA POLO DEMOCRATICO Y SOCIALISTA, REFUNDACION 21, FRENTE AMPLIO DE LA IZQUIERDA DEMOCRATICA CUBANA

Declaración de la izquierda Democrática Socialista Cubana, IDSC, Refundación Socialista, RFS, Nueva Izquierda revolucionaria y Socialista Siglo XXI, NIRSXXI, y Nuevo proyecto Socialista para Cuba, NPSC.

La revolución socialista cubana está muerta, solo subsiste el mito. Agonizante desde hace mucho, el VII Congreso la mató al negarse a la democratización y la socialización y refrendar la política insensible de… sin prisas, con muchas pausas y grandes confusiones.

El tiempo transcurrido desde el VII Congreso y las políticas prácticas implementadas demuestran que nada ha cambiado. Ni hay mayor justicia social, ni bienestar, ni mejor protección a los más vulnerables, ni hay más democracia, ni hay mayor transparencia en los procesos políticos y menos en la esfera mediática, ni hay menos represión, ni menos escaseces, ni diálogo con la izquierda revolucionaria, ni otro principio que no sea mantenerse en el poder y traspasarlo a sus hijos y nietos.

Ningún otro principio que no sea mantenerse ofreciendo privilegios y prebendas a burócratas, militares y elites e intelectuales junto a periodistas plumíferos, para que defiendan lo indefendible.

En consecuencia SE CONSTITUYE EL POLO DEMOCRATICO Y SOCIALISTA, REFUNDACION 21, con objetivo de defender las conquistas obtenidas, luchar por el esclarecimiento y fortalecimiento de los principios emancipadores y la oposición resuelta y activa al camino conservador y contrarrevolucionario emprendido por el Partido Comunista de Cuba.

Conclusiones

En su proceso, y analizando las discusiones sostenidas, el VII Congreso confirmó que no hay un partido único. Hay, al menos, dos partidos, y quizás tres. Comunistas conservadores y comunistas revolucionarios discrepando entre sí, por un lado, y un centro amplio, pragmático y tecnocrático lleno de simuladores y oportunistas, enfrentado a ambos.

1.- En consecuencia, autorizamos el abandono de nuestros simpatizantes de un partido que ya no representa los intereses del pueblo, acordamos la formación de un frente amplio de la izquierda Socialista Democrática y llamamos a la incorporación y unidad de todos los revolucionarios que aún creen que un mundo y una Cuba mejor son posibles.

2.-Tenemos que ampliar nuestro bienestar, nuestras libertades y nuestra democracia, tenemos que ampliar y profundizar la justicia social, nos oponemos al uso de la violencia contra cualquier cubano por pensar diferente a otros y creemos que nuestro principal deber internacionalista es hacer bien el Socialismo en nuestro país.

3.- En consecuencia se pasa del apoyo crítico que hemos ejercido en estos últimos 20 años, a la oposición emancipadora.

Enfatizamos

Hay que acabar con el bloqueo y la agresión exterior, pero también con el interno y la represión anti socialista existente.

Hay que establecer una política más justa entre salarios y precios, hay que establecer una sola moneda, hay que proteger a los más vulnerables.Cambiar y mejorar no es una concesión a las demandas de nadie de fuera del país, sino responder a las demandas claramente expresadas por múltiples vías del propio pueblo y la mayoría de los revolucionarios cubano. Los derechos humanos son una conquista de los revolucionarios, no de la burguesía. El bienestar material no es una deformación consumista, sino una necesidad de cualquier proyecto emancipador.

Hay que forjar una nueva Constitución, como se merece el pueblo y el siglo XXI.

Todo cubano, esté donde esté y piense como piense, tiene el derecho de participar en la construcción de nuestra nación y ser respetado.

Hay que detener la sangría migratoria de nuestra nación y desarrollar una política inclusiva y cordial con la emigración.

Tenemos que aprovechar rápidamente las ventajas y potencialidades de las relaciones con EE.UU. Es oportuno hoy citar a José Martí……“Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos. Ni se debe exagerar sus faltas de propósito, por el prurito de negarles toda virtud, ni se ha de esconder sus faltas, o pregonarlas como virtudes…Lo malo se ha de aborrecer, aunque sea nuestro; y aun cuando no lo sea. Lo bueno no se ha de desamar, sólo porque no sea nuestro”.

No desconocemos que las relaciones con los gobiernos norteamericanos, variante clave en las condiciones cubanas, siempre serán complejas y riesgosas; pero en EE.UU hay todo tipo de tendencias y debemos alentar y hasta trabajar con las más positivas. En todos los hombres de buena voluntad de EE.UU. tenemos aliados. Debemos actuar con realismo y ética, la otra parte también tiene intereses legítimos, debemos actuar con creatividad e inteligencia para aprovechar las oportunidades y coyunturas que nos permitan hacer realidad nuestros ideales... Junto a la firmeza en los principios y el valor, debemos tener la flexibilidad necesaria para triunfar. Estamos en una de esas oportunidades que no debemos desperdiciar. No hay que olvidar la historia pero, hay que dejar de ser rehenes de ella y de estereotipos.

Efectivamente, somos soñadores, pero no utópicos, y en todo caso soñamos con el pueblo sin élites traidoras y conservadoras que creen monopolizan la verdad, la virtud y el valor y han abandonado a más de tres generaciones de combatientes.

Nuestra posición es consecuente con nuestras convicciones, con la seguridad de que hicimos todo lo posible por encontrar la unidad en un nuevo proyecto emancipador para Cuba con propuestas constructivas en el seno del proceso. Y esta división no tiene otro responsable que la política arrogante, excluyente y ambiciosa de la actual dirección cubana.

Por una Cuba independiente, soberana, justiciera, democrática, libertaria y solidaria.