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Crónicas hispano-cubanas: El español cubano: caso cerrado
Colonos canarios. Siglo XIX
Leonor Pérez. Canaria. Madre de José MartíEl español cubano existe. Es la forma peculiar que adquiere el idioma en la Isla, gramatical y fonéticamente, así como por las nuevas palabras: los cubanismos. Es un “idioma” que resulta extraño para el oído español, pero tiene sus causas y sus consecuencias, sin que se pueda responsabilizar a los cubanos de haber distorsionado la lengua de Cervantes.
En cualquier caso, no resulta más diferente del castellano que hablan los andaluces (españoles, a quienes La Habana debió un lugar de fábula: "er Cormao er Cangrejo") y bastante parecido a la forma en que se expresan los canarios (españoles también). Y para no dar más rodeo os digo, les digo, que la culpa –lo que se llama la culpa (la curpita) – es de los unos y los otros. Por tanto, al oír a un cubano hablando no os preguntéis: “¿De dónde estos tíos habrán sacado esa jerigonza?”. Ya sabéis quien puede daros la respuesta.
¿Por qué?, seguramente deseáis conocer. La historia es larga y trataré de hacerla corta, para que la lean sin aburrirse y me envíen, sus comentarios. Pero os aseguro, apreciados lectores, que esto nada tiene que ver con el Ayuntamiento. ¿Vale?
La historia la explica todo. El asunto comenzó con Cristóbal Colón. Realmente, algo después. ¡Habría que ver el castellano que hablaba Colón! Comenzó con los que empezaron a llegar en oleadas al Nuevo Mundo (tan viejo como el Viejo Mundo). Y, como ustedes bien conocen, ese mundo de oro puro fue apareciendo poco a poco. La conquista de México no se inició hasta 1519. Pizarro exploró el Perú hacia 1525. La Florida estuvo desde 1513 hasta 1529 siendo “descubierta”. Y así por el estilo. En tanto, los enjambres de conquistadores se concentraban en las islas de Santo Domingo y Cuba, que eran los cuarteles generales de donde partían las expediciones de exploración o conquista de los territorios americanos.
Ya estarán imaginándoselo: aquellas prolongadas estancias, conviviendo españoles de toda España, dio inicio a una manera “indiana” de hablar, a un acento que, tímidamente, comenzaba a diferenciarse de los infinitos acentos y maneras de hablar del pueblo español. Fue un acento más.
Junto con los conquistadores Cuba exportó aquella novedad lingüística; sobre todo, no ya con los conquistadores sino con los colonos, que mayoritariamente recalaban en La Habana y aguardaban allí la posibilidad de cruzar a centro y Suramérica. Y aquí suceden un par de cosas imprescindibles de conocer para concentrarnos después en el español cubano. Primera: los colonos que fueron al continente, tropezaron con diferentes culturas, lenguas y acentos aborígenes que transformaron su castellano semi metamorfoseado , imprimiéndole en cada región sus maneras peculiares. De modo que era la norma y no la excepción que en el siglo XVI un cura salmantino en su iglesia mexicana de Zapotitlán dijese a sus fieles: “¡Órale, mis jijos, que ahoritita mismo andamos de misa!”.
La segunda: la otra isla, Santo Domingo –sin aborígenes sobrevivientes casi desde el comienzo, al igual que Cuba – perdió importancia con relación a La Habana en cuanto a lugar de tráfico de emigrantes españoles (también se perdió la soberanía de media isla tomada por los franceses) y bien pronto estuvo poblada de esclavos africanos y personas de ese origen, por lo que a finales del siglo XVIII éstos eran mayoritarios. Eso produjo que lo mismo que imprimieron las culturas suramericanas al español lo imprimieran los africanos en Santo Domingo. Lo que se hace evidente en el acento.
Por fin llegamos a la tercera: Cuba, y el asunto sigue siendo de mezcla entre españoles. Por su estratégica posición geográfica, fue el punto de encuentro, el lugar de partida, el hostal de cuantos españoles transitaban hacia y desde América. Es decir, una torre de Babel de tonos, semitonos, de fusas y semifusas. Toda la escala musical del castellano se escuchaba en la Isla. Esto, para un Holmes elemental, no puede significar más que un batido de papaya con azúcar. “Babel es mierda”, diría Don José Agustín Mendoza.
Más tarde, cuando en el siglo XIX la América española se limitaba a Cuba y Puerto Rico, fue más intensa la emigración española hacia la primera. Desde España y desde las ex colonias. A mediados del siglo XIX, la mitad de los cubanos habían nacido en la Península. Y hasta los años treinta del pasado siglo, eran la tercera parte de la población. Y ese fenómeno migratorio, en el que canarios y andaluces estaban en la vanguardia, fue lo que vino a culminar el proceso de influencias que arroja los resultados de hoy.
Folclore campesino cubanoLos canarios en Cuba no eran “gallegos”, como se les llamaba a todos los españoles aunque no fueran de Galicia. Eran los “isleños” y sus hijos cubanos, los “isleñitos”. Estaban más próximos por su origen insular. La influencia canaria, que compartió con los andaluces la creación de esos sonidos jerigonzianos que os llaman la atención, fueron los pobladores del campo cubano, los fundadores de buena parte de los pueblos y ciudades de la Isla y para allá se llevaron todo lo que tenían: vestuario, música, instrumentos musicales, costumbres, recetas de cocina…. Y dieron origen al folclore cubano y desarrollaron la agricultura de la Isla. De paso, llevaron la guagua (autobús), la vaina del machete, el epitafio del sonido de la C y de la Z y la cadencia del habla. ¡Qué cosa máj grande, chico! ¡Quién teloiba a desil!
- Creo que el Ayuntamiento
hace 23 horas 11 mins - Ese derrumbe no es novedad,
hace 1 día 2 horas - Los pequeños accionistas
hace 2 días 5 horas - Da gusto leerle. Saludos.
hace 2 días 21 horas - Pues si le afecto el tema,
hace 3 días 2 horas - Qué cosas pasan !!!! Lo
hace 3 días 17 horas - Jo,Sr.Illan,parece mentira
hace 3 días 17 horas - Patada y adelante, ese es le
hace 3 días 22 horas - Recurrir la sentencia: lo
hace 3 días 23 horas - Y como defines a los que lo
hace 4 días 1 hora
Reynaldo ¿Estás seguro que la "curpa curpita" no la tiene cipri? Cojonudo leerte para aprender. Saludos. S.N.
está más cercano al modo de hablar dominicano...
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