Maria San GilMariano RajoyEsperanza AguirreTengo que decir en primer lugar, que envidio el sistema de decidir los liderazgos en los partidos políticos que tienen los EEUU, con el sistema de primarias. Me parece un ejercicio de democracia muy saludable, que sean los votantes o simpatizantes de un partido, los que tras una campaña en condiciones decidan quien es el candidato que les representará en las elecciones.
Todo lo contrario que el modelo europeo, en el que el proceso da impresión de opaco y obscurantista y en el que son en la práctica las burocracias de los partidos las que eligen los candidatos.
Así que en ese sentido las tesis que desde dentro del PP avalan un proceso de primarias, me parecen lógicas y además creo que es la única manera de resolver de verdad las diferencias.
El sistema de primarias debería pues implantarse no solo en el PP, sino en todos los partidos. Sería una buena manera de dinamizar los partidos y sobre todo de acercar la política a los ciudadanos.
Dicho esto, pasemos a analizar que está sucediendo en el PP.
Por una parte hay razones de fondo que aconsejan al PP iniciar un viraje hacia el centro, si es que quiere ganar las próximas elecciones. La experiencia ha demostrado que siguiendo el guión marcado por El Mundo y la COPE no solo no se ganan elecciones, sino que se producen fracturas políticas y se alientaN fracturas sociales. En ese sentido la postura de Mariano Rajoy de iniciar ese camino hacia el centro político es de lo mejor que le puede suceder a este pais.
Otro aspecto positivo en las decisiones de Rajoy es el de deshacerse de los reductos aznaristas que le han estado marcando el guión. El PP debía saber que cada vez que Acebes salía en TV a decir cualquier cosa, perdía cientos de votos(por cierto que lo mismo le sucede al PSOE con el Sr. Blanco). En ese sentido la decisión de cambiar de personas y rejuvenecer el partido es una decisión no solo valiente sino imprescindible para recuperar el poder.
La postura de Aguirre ha constituido una pequeña decepción. Hubiera sido muy positivo para la democracia y para el PP, que hubiera dado un paso adelante y defendido con decisión su alternativa. Asistimos ahora a la espantada de San Gil, basada por una parte en discrepancias de fondo ante la posición del PP frente a los partidos nacionalistas y por otra al parecer en una desconfianza en el "nuevo" Rajoy, por lo que no se descarta que antes del Congreso, se pudiera organizar una candidatura alternativa. En mi opinión sería muy positivo que ese debate se hiciera con transparencia.
El PP cubre en la práctica todo el espectro político, desde el centro derecha, hasta la derecha más extrema, así que no es de extrañar que las propuestas políticas que existan en su seno sean distintas. Eso en sí mismo es bastante saludable y dirimir esas diferencias con democracia interna es la mejor receta para resolverlas. Esperemos por bien de todos que así se haga en el próximo congreso.