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La ciudad y los perros
Al parecer, no siempre es el perro el mejor amigo del hombre sino también su peor enemigo. La insistencia del Ayuntamiento –expresada en ordenanzas, bandos y multas– para regular de manera coercitiva la disciplina social con una política retrograda y subdesarrollada, centrada en la caca de los perros, no está a tono con lo que se espera hoy de las personas del siglo XXI en el llamado Primer Mundo; un espacio que tiene por divisa todo tipo de libertades.
En una ciudad como Béjar, donde las ruinas de lo que fuera se mezclan con las de lo que ya no es y donde hay cosas tan importantes que hacer, como salir de su primer puesto nacional en ciudadanos en paro –una marca difícil de superar en Europa- hay cosas muy importantes por hacer y entre esas tareas urgentes no está el asunto de la caca de los perros.
Ese tema, que no es sino uno de los aspectos de la convivencia y la disciplina social, tiene importancia y soluciones en casi cualquier lugar fuera de Béjar, al tratarse de hábitos de educación y respeto de los vecinos y a los vecinos. Obviamente, en Béjar los dueños de esos animales, que llevan acompañando y sirviendo al hombre desde el paleolítco, tienen obligaciones sanitarias que cumplir y también las tiene el ayuntamiento, aunque da la impresión que esas obligaciones están diseñada según la Ley del Embudo.
Es absolutamente reprochable la conducta de toda persona que salga a la calle esparciendo la mierda de su perro. Eso nada lo justifica. Pero habría que añadir la pregunta: ¿Dónde pueden cagar los perros de Béjar? El bando recientemente difundido por al Ayuntamiento dice al respecto: “Está prohibido que los perros depositen sus excrementos en las vías públicas, jardines, paseos y en general, en cualquier lugar destinado al tránsito de peatones”. Y habría sido edificante concluir la prohibición con un hecho concreto que pudo redactarse: “Los perros cuentan con un espacio municipal expresamente creado para facilitarle a sus propietarios que lo anterior no suceda”.
Por otra parte, se señala, en franca contradicción, que “en el caso de que los excrementos queden depositados en las aceras, jardines o cualquier espacio peatonal, la persona que conduzca el animal está obligada a su limpieza inmediata mediante la utilización de los utensilios que procedan”. Aquí, se podría opinar que no es necesaria la prohibición y que habría sido más sencillo expresar que "los perros de Béjar pueden hacer su caca donde les venga en gana siempre y cuando el dueño la recoja”.
Finalmente está la prohibición de “la presencia de perros en el interior de zonas ajardinadas y parques infantiles. Y en eso estamos de acuerdo. No obstante, los lugares creados para llevar los perros a estirar las patas, jugar con sus amigos y hacer caca entran en una ecuación a la que le falta un elemento importante. Y esto ya se ha dicho antes. Repetimos: La Ley 5/1997, de 24 de abril, de protección de animales de compañía, aprobada por las Cortes de Castilla y León dispone en su Articulo 10.
Zonas de esparcimiento y enterramiento.
“Los Ayuntamientos habilitaran en los jardines y parques públicos espacios idóneos debidamente señalizados, tanto para el paseo y esparcimiento de los animales como para la emisión de excretas por los mismos. Asimismo habilitaran lugares destinados a enterrar animales muertos o sistemas para la destrucción de cadáveres”.
La caca de perro en la calle no tiene justificación. ¡Hay que recogerla! Pero no se puede tener un pensamiento tan prohibitivo para algo tan simple cuando es el propio Ayuntamiento el que se hace de la vista gorda y deja en manos de la gente lo que también le toca. Así es muy fácil prohibir.
* El título de este comentario reproduce el de la famosa novela de Mario Vargas LLosa.
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Y quien le pone la multa al Ayto.?
Las asociaciones de vecinos deberian de hacer una peticion formal sobre la instalacion de esos recintos para canes.Tambien los partidos de la oposicion podrian tomar cartas en el asunto.Pero me temo que en esta ciudad ni los vecinos en su asociacion ni la oposicon haran nada al respecto, preferimos pisar la mierda cada dia.Ah, y creo que de multas al ciudadano no recogedor de las cacas de su perro, na de na, pues cada dia hay mas cacas en la calle y si se sancionara habria cada vez menos.
Lo de las mierdas de los perros y sus maleducados dueños, además un serio problema de higiene y de convivencia es un indicador de lo que es nuestra ciudad. Somos un pueblo de arrogantes nuevos ricos hundidos en la miseria paseantes de perros y que tenemos asumido que tiene que ser "otro" quien recoja nuestras mierdas.
Soluciones? Cursillos de capacitación, sentido común, respeto, conocimiento de las más elementales normas de higiene a los dueños de los perros, seguros de responsabilidad obligatorios, y por supuesto tasas impositivas.
Si no ponemos remedio a este grave problema, los cuatro que quedamos en el pueblo acabaremos emigrando a otros lugares en donde podamos pasear libres de mierdas de perro y de maleducados nuevos ricos paseaperros.
Hablando de soluciones, pides respeto y sentido común y el mismo respeto merecemos los propietarios de perros. Es de sentido común. Y más soluciones: ¿has probado a salir del pueblo? Se llama viajar. Y ayuda a abrir un poco la mente... Así verías cómo conviven los perros con el resto de ciudadanos en otros sitios, en otros países... ¿Sabes lo que significa Dog-Friendly? Fíjate hay sitios en los que hay establecimientos como bares, tiendas, hoteles..., que tienen una pegatina en la puerta que pone Dog Friendly...
Como en Béjar en ningún lao...
Y otra cosa, yo últimamente lo que veo por el pueblo no son nuevos ricos. Son nuevos pobres.
Pero como en Béjar en ningún lao...
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