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Carta de dentro (4): Béjar, 24 de octubre de 2009
Querido Juan, espero que hayas recuperado el resuello.
La verdad es que he estado tentada de tardar otro mes en contestarte, (a ver si así te dabas cuenta de que los demás podemos preocuparnos cuando desapareces); pero luego he pensado en los lectores que siguen estas misivas y que no tienen culpa de tus ajetreos y mis aburrimientos y contesto fielmente, como de costumbre.
Para empezar espero que l’enfant terrible se recuperara; pero dime Juan, ¿a que tú, encantado de la vida de tu excursión a París?
¡!!Cómo no iba a ser París!!!, aún recuerdo, cuando después de cinco años de haberte marchado de aquí, me llegó un sobre muy raro, delicadamente pintado a mano, y los gritos del cartero voceando desde el portal: “mamoiselle” Lucía, una carta para: mammmm?¿**?!!!esooo, (se enteró todo el barrio). Dentro venía una foto de un barbudo rodeado de tipos extraños con cara de intelectuales, luego leí cómo me explicabas que el barbudo eras tú y que tus amigos pertenecían al mejor elenco de exiliados de medio mundo. Naturalmente todos muy presentaditos en el “bistro", junto a una francesita!!!! La conservo, “savabian”!!!!; las fatiguitas que pasé yo durante tres años con mi francés a cuestas para tratar de seguirte la estela.
Y ahora treinta años después, me vuelves a plantar para dedicarte a “la Seine” y a las conferencias.
Ayudar al amigo “tre bian”, pero medio mes de vacaciones allí y no aparecer por Béjar, eres un hijo ingrato y un amigo impresentable, ya te vale. Sí, no me he movido de aquí porque teníamos una cita en el regajo ¿recuerdas?
Luego me vienes con las nostalgias, las envidias por los que “pertenecemos a la tierra” y tus adulaciones; las adulaciones lo peor “Juanolas”, estamos mayores para según qué cosas y menos mal que, por lo menos, lees atentamente la revista. Felicitaciones, vamos a ello:
A mi entender, no son tres polémicas sino una sola, y relativamente virulenta porque los comentarios de la revista, siendo como son anónimos, pueden ser todos de un puñado de personas, aparentar ser un ejercito y en realidad no ser representativos dentro del vecindario.
Como has incidido tanto con el Plan de Ordenación local, me he interesado por él, y la verdad es que entiendo poco, me pierdo, pero yo lo resumiría en cuatro cosillas y una canción. Si se trabaja con la base hecha por el Sr. Velasco en el año1983, prórroga tras prórroga y con todo lo que ha llovido, (incluido el cambio de leyes), es natural que esté desfasado, y como se ha ido ampliando a conveniencias particulares, no hay quien se aclare. Quizás por eso me he enterado que lo han intentado hacer varias empresas y alguna lo dejó por imposible, esperemos que ésta sea la “definitiva”, aunque yo no veo claro el hacer tanta vivienda, desde Santa Ana a Don Paco, incluido el Valle de las Huertas con no sé cuántas alturas, si francamente no hay industrias que den trabajo.
Construir en el Valle es lo razonable y dejar sitio para ampliar el hospital, que allí estamos todos a buena distancia, como proyectaba Manuel Velasco en el Plan de 1983, pero más gigantones, no sé, tienes razón, Juan, es posible que se equivoque el ayuntamiento, y todos con él, podemos perder el espacio y ese paisaje tan bonito para que se queden los pisos vacíos.
SÉ QUE ME DIRÁS QUE HAY QUE PENSAR A LARGO PLAZO, QUE SIEMPRE PECAMOS DE MIRAR CORTO; pues sí, ese es uno de nuestros pecados como pueblo, pero que se reindustrialice y aumente la población yo no lo veo ni a corto ni a largo plazo, por el momento.
Recuerdas cuando en la plazuela cantábamos eso de: “tengo una vaca lechera, no es una vaca cualquiera, me da leche merengada, ¡!ay que vaca tan salada!!!! Tolón tolónnnnn”!! Pues casi es lo mismo; salvando las distancias, aquí todo el mundo pide leche merengada: los industriales, los curritos que les retiran de las cárnicas, los hosteleros, los vecinos de las obras del plan E y los del Casco Histórico que se lleva años cayendo. Y fíjate que nadie se preocupa de atender a la vaca, me explico: el alcalde Carbajo dejó proyectada la obra de la Plaza, el alcalde Cela el Pantano, la Depuradora, el Parque de la Antigua; el alcalde Calvo el Cervantes, los inicios de la Covatilla y del Bosque (que yo recuerde o asocie, puedo equivocarme), se fueron sucediendo las personas y los siguientes han ido recogiendo, inaugurando, haciendo, de cara a nuevas necesidades, el alcalde Riñones el Parador, el Matadero, la Cerrallana, (CASI TODO EMPANTANADO por cierto y han sido muchos años) y de momento no sabemos mucho más de lo que tiene entre manos el actual alcalde González. Y digo yo, Juan ¿cómo pedimos leche merengada si ni siquiera sabemos si nos queda vaca????
En fin, no sé si estoy a la altura de tus “Nuevas Relaciones, Nuevas Soledades” PERO YO DESDE DENTRO ES LO QUE VEO, por suerte no tengo que dar conferencias, y como tengo la teoría de que las elecciones no se ganan, sino que las pierde el que está gobernando, pues se verá qué pasa con “la vaca” y por deducción “la leche”!!!! Proteste quien proteste más o menos dirigido por el contrincante, tiempo al tiempo.
Estos planteamientos son lo que yo llamo mi escuela Epistolar-Cinéfila, Juan, tú me indicabas: tienes que ver “El disputado voto del Sr. Cayo” o “La muerte de Miquel” o “El Último Tango en Paris”. Las vi, querido amigo, y fue muy edificante para hacerme una idea sobre política, nacionalismo, o sensualidad, ya ves.
Alguno de los comentarios sugieren que los inteligentes hijos pródigos de esta ciudad deberíais implicaros más directamente en su vida o en su muerte. No seré yo quien te obligue a semejante “sacrificio” por estas X, (como decíamos entonces, cruzando los índices), mejor: Te lo juro por la “real politik”.
¿Por qué mienten los políticos? (___), ¿por qué mentimos todo el mundo siendo tan fácil desenmascararnos?.*******
Naturalmente que espero tu conferencia por mail. A pesar de los pesares, siempre he estado muy orgullosa del “profesor-trotamundos” que hace patria chica por dónde va, créeme.
En fin, enamoradizo no tanto, recuerdo sólo ¿¿¿tres o cuatro???? (para tu consuelo he de decir que ciertamente siguen muy pijas), feo, tampoco tanto!!!!, egoísta bastante, y brillante para las cosas importantes, mucho, Juan, MUCHO!!, igual que torpe para las cosas del amor: ¿por qué no me preguntaste nunca quién me gustaba a mí? (amplia sonrisa)
Pero bueno, chico, siempre nos quedará Paris.
Un abrazo con tintes “escocidos”.
Lucía.
- Usted no sabe nada de mis
hace 10 horas 44 mins - Estimado "Odia Estado":
hace 11 horas 34 mins - Ya me he caído de la burra,
hace 21 horas 7 mins - En paz le dejo, a usted y a
hace 1 día 7 horas - Entiendo que usted sea un
hace 1 día 8 horas - Muy bien José Muñoz,
hace 1 día 10 horas - ¡Y dale con lo de
hace 1 día 23 horas - Han convertido a Béjar en
hace 2 días 2 horas - He visionado el pleno y
hace 2 días 3 horas - Tu la primera
hace 2 días 5 horas
Fernando Roch,catdrático de urbanismo ofrece esta interesante entrevista en http://revista.consumer.es/web/es/20091001/entrevista/75164.php
Creo que sus planteamientos coinciden con los del Señor Velasco. El plan que dirigió es más vangarduista que los actuales, no os dejeis cegar por los becerros de oro. Bueno aquí os la dejo..... tiene mucha aplicación a Béjar.
Fernando Roch, catedrático de urbanismo
: "Los adosados son lugares sin futuro"
Construir ciudades en las que las personas sean felices. No se puede negar atractivo ni dificultad a esta meta, que es, o debería ser, el objetivo de los urbanistas, una disciplina oculta al gran público por las bambalinas de la arquitectura. Fernando Roch, catedrático de Urbanismo, cree que la deriva urbana actual no conduce precisamente a ese fin. Por ello, defiende la recuperación de la ciudad como teatro cívico y crisol social, funciones ambas heridas, a su juicio, por la especulación y la cultura del adosado.
¿Qué labor realiza un urbanista?
Es una buena pregunta. Alguno diría que somos los colaboradores indispensables del desastre nacional, de esta especie de festival del ladrillo en el que nos hemos embarcado. Y puede que haya algún urbanista que lo haya hecho. Siempre hay una colaboración necesaria en todo crimen. Pero creo que no, que la mayoría no ejercemos ese papel. Un urbanista trata de hacer buenas ciudades. ¿Qué es una buena ciudad? Aquella donde los ciudadanos son felices. Nosotros trabajamos la dimensión espacial de una sociedad (vida pública, relaciones sociales, relaciones productivas...), un objeto por cierto extraordinariamente complejo. Si uno no sabe navegar en él, se pierde. Los urbanistas, o somos buenos navegantes o nos ahogamos en un océano demasiado complicado.
¿De qué se compone ese océano?
De todo. Es el mundo, la vida misma, trufada, y hoy por hoy dominada, por intereses económicos. El principal problema que tenemos es que la economía se ha convertido en la única disciplina que habla de la ciudad. Hemos convertido un fenómeno social, la ciudad, en un fenómeno económico.
"El 60%-70% de las licencias de construcción que se conceden en Francia son para rehabilitar viviendas. Aquí eso supone un 10%"
Y la economía no piensa precisamente en la felicidad de los ciudadanos.
Piensa en el beneficio. Las ciudades en este momento son el espacio principal del poder. Hubo un tiempo que era el campo, o una combinación de los dos ámbitos. Ahora no, ahora sólo es la ciudad. Y eso ocurre en todo el mundo. Incluso en África, en las zonas con menor desarrollo, aparece un mundo francamente urbanizado. Las poblaciones rurales van a la ciudad como sea, a las ciudades de allí o a las ciudades de aquí, y se juegan la vida si es necesario. Esto ha creado un problema mundial de difícil solución, que son estas mega-ciudades, rodeadas de periferias informes donde se acumulan millones y millones de personas.
¿Qué consecuencias tiene?
Nuestras ciudades se dibujan más y están al servicio de los ciudadanos medios, ya estratificados y agrupados por niveles de renta y patrones de consumo. En lugar de ser una ciudad de ciudadanos libres, un gran teatro cívico en el que se discute, en el que la diversidad es la norma, hablamos de un mundo estratificado, estanco, que empieza ya en la vivienda, porque la vivienda es el primer espacio de habitación y la primera forma de consumo. En la vivienda se dibuja tu manera de vivir.
¿Cómo es esa manera de vivir?
Bueno, casi ya no hay ni comedor, porque se come rápido o fuera. Hay dormitorios, muchos cuartos de aseo y un sitio para ver la tele. Eso es una vivienda moderna. Hace 40 años, fui a París a cursar el doctorado y había en el metro unos carteles que decían "metro, trabajo, tele y a dormir". Yo no he visto en los tratados de urbanística una mejor descripción de la vida del ciudadano medio. Y no sólo sigue siendo así, creo que se ha acrecentado. Ahora, los fines de semana se ha incluido la barbacoa con el cuñado, que forman un tándem inseparable. Ayer veía un programa de televisión fantástico sobre las periferias de estos adosados interminables. Y sus propietarios estaban encantados de vivir allí, pese a que ni el jardín es un jardín, ni la piscina es una piscina... Todo es simbólico, ideológico. La única compensación que tenían estas personas, que todos los días tenían que recorrer cien kilómetros en coche atravesando Madrid, era la barbacoa con la familia.
¿Es tan nociva la cultura del adosado?
Lo primero que hay que decir es que quien gobierna la construcción de la ciudad es el sistema inmobiliario, una máquina de crecimiento que no se puede detener. Éste es el grave problema. Hemos construido un mundo físico que está por encima de nuestras necesidades. Es como esos perros que están de moda, que tienen una piel que parece de un hermano mayor y que se pliega por su cuerpo. A mí me intranquilizan mucho porque cuando los veo, veo el sistema inmobiliario. El sistema inmobiliario español está basado en la creación de vivienda nueva, que conduce a la creación de más periferias, de más infraestructuras de transporte... Madrid debe tener como 2.000 kilómetros de autovías para abastecer todo un sistema metropolitano que está a 30, 40, 50 kilómetros de la ciudad. ¿Y qué ocurre? Que un tercio de los pisos de Madrid están vacíos. Esto se ha hecho aquí, pero no se ha hecho en Francia. El 60%-70% de las licencias de construcción que se conceden en Francia son para rehabilitar viviendas. Aquí eso supone un 10%. Ésa es la diferencia. Ellos recuperan un patrimonio urbano que ya tiene las calles, el alumbrado y los servicios hechos... Es muy barato y eficiente, es un capital social que tienes a tu disposición. Frente a eso, la persona que tiene que ir a 25-30 kilómetros, que mira a su alrededor y ve un desierto. ¿Sabes cuál es la clave de esas viviendas? La nevera. Sin un espacio de acumulación de productos, estás perdido.
Usted no vivirá en un adosado.
No, no. Vivo cerca de la facultad. Vengo a trabajar andando. Vivo bien porque no tengo un adosado y a mi cuñado le veo poco. Esto último es broma.
"Nuestras ciudades distan mucho, pero mucho, de ser las mejores que podíamos tener"
Y en este sistema inmobiliario del que habla, ¿qué papel juega el urbanista?
Es quien firma. Todas estas periferias no tienen sin embargo un proyecto urbano. Vivimos una paradoja. Nunca la Humanidad ha dispuesto de mejores medios, pero el progreso material no se corresponde con el progreso de las ciudades. No tenemos las mejores ciudades de la Historia, ni mucho menos. Nuestras ciudades distan mucho, pero mucho, de ser las mejores que podíamos tener.
¿Y eso es porque a los urbanistas no se les tiene en cuenta?
Hombre, ha habido un usurpamiento de poder. Hay un crecimiento inmobiliario que me parece patológico. Por fortuna, parece que hay un cambio de actitud ya en Europa a favor de recuperar la ciudad. Intentemos que las ciudades vuelvan a ser habitables.
¿Cómo se puede conseguir?
Hay que cambiar la fiscalidad, las leyes del suelo... Las leyes del suelo actuales son leyes de crecimiento, para seguir ampliando el perímetro de las ciudades.
La construcción se ha convertido en el problema y no en la solución.
Sí, y a diferencia de lo que sucedió en la crisis de 1929. Esa crisis curiosamente tuvo una salida inmobiliaria. Así fue en Estados Unidos. La construcción es una locomotora que arrastra al resto de la economía. Cierto. Y para ello crearon algo tan particular como el suburbio, ese que sale en películas y que se ha fijado en el imaginario colectivo.
Y que llega hasta la cultura del adosado que vivimos en nuestro país.
Sí. Podríamos decir que es un corolario degradado, castizo, de aquella historia, que por cierto dejó las ciudades vacías. Es verdad que el suburbio ya existía entonces, pero estaba limitado a la gran burguesía, que vivía en la ciudad jardín. Pero aquí lo que se hizo fue masificar el fenómeno, porque la industria funciona con masas. Fue perfecto. La cuestión era también vender un automóvil. No puedes vivir en la periferia si no tienes un vehículo para moverte. Consecuencia: los centros históricos de las ciudades se vaciaron un 80%. Hubo que cambiarles su imaginario. No sé si el cine, el cine negro, tuvo mucho que ver en ese plan de convertir la ciudad en un escenario inseguro. La inseguridad es importante. Tú a una persona le creas inseguridad en un espacio determinado y acaba abominándolo y yéndose a otro. Además, se construyeron suburbios estancos. Si en la ciudad histórica las clases habían vivido más o menos entremezcladas, en el suburbio no se mezclan. Hay una descomposición social que adquiere forma espacial. Y los centros históricos los ocupan los sectores más marginales.
"La ciudad ha dejado de ser un fenómeno social para convertirse en un fenómeno económico"
¿Y eso es lo que está ocurriendo aquí?
En cierto modo. Se habla de las ciudades mediterráneas, como la dieta. Creo que la gente piensa que tienen menos colesterol. Bromas aparte, sí es verdad que vivir en una ciudad goza en España aún de cierto prestigio.
¿Cómo se pueden recuperar entonces los centros históricos?
Cambiando el imaginario colectivo, el prestigio. Si lo mejoras, se produce un movimiento, sobre todo de las clases medias profesionales, de revalorización de espacios, que arrastra al resto.
¿Alguna idea para atraer de nuevo a los ciudadanos a las ciudades?
Hay que reelaborar el patrimonio edificado. Tenemos unas ciudades con un parque de viviendas que necesita mejoras. Necesita, entre otras cosas, pisos más amplios, justo lo contrario de lo que se está haciendo. Se construyen pisos más pequeños porque salen más rentables, claro. Un amigo lo justificaba diciendo que cada vez hay más divorcios. Claro, cómo no se van a divorciar dos personas que tienen que convivir décadas en 40 metros cuadrados. Lo que es milagroso es que se mantenga la unión. Además, en un espacio así no caben niños. Cómo vas a favorecer la natalidad si no tienen espacio. Un niño significa el destierro, porque en la periferia es el único sitio en el que pueden tener una habitación para él. Además, nuestras dotaciones urbanas no están pensadas para tener niños. Sales a la calle y el niño se asfixia, no tienen parques, no hay guarderías... Hemos hecho que la vida de un niño sea muy difícil en la ciudad tradicional, porque antes no lo era. Esos son los problemas. Nosotros necesitamos recualificar nuestros espacios históricos. Necesitamos albañiles para rehabilitar edificios, no para construir adosados a 50 kilómetros.
¿La ciudad garantiza la integración social?
En las ciudades históricas, el sustrato material todavía está muy mezclado. Viene de sociedades donde esta práctica social no había adquirido la precisión con la que hoy se construye ese espacio, y que se refleja en esas hileras de adosados. Por eso hay que reivindicar una ciudad compleja, mezclada. Si hay algo de eso que todavía pervive, hay que buscarlo en el centro de las ciudades, no en las periferias. ¿Cuál es el papel de los urbanistas? Rescatar esos espacios, esa fórmula espacial. Si no es así, la ciudad se estanca, y con ella la sociedad. Es una utopía, pero marca la dirección.
En lugar del teatro cívico que usted ha citado, la ciudad se ha convertido en un espectáculo.
Sí. La ciudad ha dejado de ser un teatro social para convertirse en un espectáculo propagandístico en el que se compite para ver quién acumula un mayor número de obras de arquitectos de renombre. Y que conste que no tengo nada en contra de los arquitectos, yo mismo soy arquitecto y me llevo bien conmigo mismo.
¿La relación entre arquitectos y urbanistas es la deseable?
No. Lo cierto es que no hay una relación fluida. Y estaría bien que la hubiera.
"Se ha abandonado el carácter de teatro cívico del espacio urbano para transformarlo en un espectáculo"
En el cambio que usted propone, ¿qué pasaría con las periferias que ya se han creado?
Las periferias actuales repletas de adosados son lugares sin futuro ideados para un hombre medio uniforme, todo lo contrario a la diversidad social que está en la esencia de la ciudad. Hay que terminar con eso, pero no es fácil, en primer lugar porque las personas que viven en esas periferias no quieren. La solución pasaría por reconvertirlas en ciudad, habría que reintroducir en ellas la ciudad que falta. En estos adosados no hay ciudad, no hay comercio...
¿Queda vida en las ciudades?
En las ciudades queda vida, pero muy poca porque se ha saqueado. Se ha desposeido de vida a las ciudades.
Vivimos cada vez más personas en ciudades cada vez menos habitables.
Vivimos más personas en ciudades a costa de destruir la vida ciudadana. No obstante, hay que diferenciar el concepto de ciudad de las estructuras urbanizadas.
No sólo se está maltratando el entorno natural, también el social.
Exacto. No sólo se esquilma la naturaleza, se esquilman las ciudades, que representan la naturaleza social, lo más complejo que la Humanidad ha sido capaz de crear.
¿Hay alguna ciudad en nuestro país que esté bien urbanizada?
No sé. Se suele nombrar a Vitoria como ejemplo. Es una ciudad agradable para vivir, y ésa es la mejor prueba de su buena urbanización. Una ciudad bien comunicada, en la que si la persona quiere acceder a la cultura o a la práctica deportiva puede hacerlo, de la misma forma que puede quedar con sus amigos para charlar o tomar algo sin que esté marcado por compartimentos o urbanizaciones estancas. Es decir, en la que la diversidad social es real.
¿El tamaño importa?
Sí. El tamaño influye. Cuanto más grande es la ciudad, es más difícil que sea habitable.
"No sólo se esquilma la naturaleza, se esquilman las ciudades, que representan la naturaleza social"
¿Cuáles serían los límites?
Entre el medio millón de habitantes y el millón estaría el límite.
Usted vive en Madrid, una ciudad que, según ese criterio, no sería habitable.
Es verdad. No vivo en una ciudad habitable, pero vivo en un barrio, barrio, en el que la diversidad social es un hecho.
interesantes y amenas cartas de estos bejaranos que apuntan a graves problemas del pueblo. Y muy interesaante entrevista del catedratico Sr Roch. En Bejar llevan demasiado tiempo haciendo el urbanismo los promotores, a su medida y beneficio, y el ayuntamiento, tanto el anterior como este, a sus ordenes sin mirar por el interes general. El casco no se potencia dejando edificar torres y torres de nuevas viviendas en ls Huertas, antes el contrario. y en las Huertas colocar los servicios publicos que hacen falta, es de cajon
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