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El Bosque, la pasta y la cultura electoral
En la tarde de ayer se realizó una visita guiada a la Villa de Recreo Renacentista El Bosque, de la mano del Grupo Cultural San Gil, a la que asistió un nutrido grupo de personas que tuvo la ocasión de recorrerla y de adentrarse en los detalles de la suerte corrida por ese Bien de Interés Cultural, desde su constrrucción en 1567 hasta nuestros días, gracias a las documentadas explicaciones de Urbano Domínguez.
El recorrido de los más de cincuenta visitantes se inició con una información general de los motivos por los cuales el Duque de Béjar se sumó a una moda renacentista, y continuó por los diversos sitios y parajes hasta concluir en los jardines, algo más de una hora y media después.
Vale expresar que la iniciativa del Grupo San Gil de organizar visitas guiadas todos los sábados del mes de agosto, aproxima visiones de la importancia que desde el punto de vista turístico podría tener El Bosque, que no sólo requiere de la rehabilitación y la conservación, sino también de la iniciativa creadora que lo saque el anonimanto y del inventario de las cosas viejas y valiosas.
Al parecer, el sueño de El Bosque como imán de turismo con las filas de autobuses y los grupos de turistas españoles y extranjeros deleitándose con un lugar maravilloso, sigue siendo un sueño lejano. El Bosque, todavía hoy, es una caricatura de lo que tendría que ser para que el ego de Béjar se satisfaga con la fama de su sitio más famoso y para que suenen las cajas registradoras y los bolsillos de los bejaranos.
Duele la incapacidad histórica de poner en valor El Bosque y de ubicarlo entre los atractivos de España. Es cuestión de dinero, es cierto; pero una buena idea puede tener otras fuentes de financiamiento que no sean solamente las arcas públicas.
Más que pensar y repensar cómo mejorar el aspecto de un estanque de aguas verdes, de un edificio cerrado durmiento el sueño eterno de las quimeras y de un jardín arreglado a machetazos, la villa del Duque de Béjar necesitaría de la audacia; de cabezas que no piensen en términos de programas electorales y en subvenciones que lleguen a cuenta gotas, de manera quen sirvan para restaurar la insuficiente y dudosa última intervención; necesita, sobre todo, que los bejaranos entiendan que una cosa como El Bosque podría situar a Béjar en las rutas de los sitios que tiran del turismo y contribuir de manera ostensible a tapar el hueco económico de donde parece que ni Dios podría sacar a Béjar.
Si El Bosque va a tardar veinte años más en alcanzar, tras muchos millones gastados, esa imagen impoluta con que algunos sueñan, si se tardará tanto volver a dejar la villa tal como la tenía el Duque, posiblemente sea preferible var la vuelta y ver las cosas desde otra óptica: la de comenzar el proceso de resurrección de El Bosque no desde su físico sino desde su alma. En situaciones como ésta la cultura no es un área de trabajo del Ayuntamiento, es el espíritu de un pueblo con orgullo. Y si ese espíritu existiera, otro gallo cantaría.
- bueno seguro que parecido a
hace 10 horas 43 mins - Lo que está pasando en
hace 11 horas 46 mins - tic tac tic tac vamos al
hace 12 horas 54 mins - tu que sabras que no estas
hace 12 horas 55 mins - Tendrian que haber estado
hace 16 horas 42 mins - He escuchado que tanto el
hace 16 horas 48 mins - Ahora mismo están todos
hace 1 día 38 mins - Ponte los calificativos que
hace 1 día 40 mins - Estaba anclado a la incuria
hace 1 día 13 horas - A ti no puedo contarte nada
hace 1 día 13 horas
No se si lo soñé o lo hable con alguien ; Habia en el Bosque un gran vestibulo, donde poder ponerse ropa ambientada en la vida y epoca del lugar, que se confeccionaban en talleres de costura que los expertos pueblos vecinos, modistas y empresas textiles realizaban a la perfección. Quizá fuera buena idea documentar con cosas así, integradas en la naturalidad de la existencia del Bosque y su historia. Animo.
No lo soñaste, que yo también lo ví. Y había una granja escuela donde los visitantes así ataviados podían sentir y aprender como era la vida en aquel entonces.
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