PRESENTACIÓN
Las actuaciones de la Administración regional en el BIC-Jardín Histórico El Bosque, erráticas y contradictorias, se han saldado con la degradación estética del entorno del estanque (2008-2010), la monstruosa transformación del espacio alnorte del Palacete (2017-2019) y de la terraza de la Huerta (2021), la alteración de una de las rampas laterales del sistema (2019-2021) y varias obras fallidas o mal resueltas(desde 2003). Por si no fuera suficiente, la misma Administración renuncia a recuperar las estructuras viarias originales de la alameda axial, según consta en el último proyecto autorizado. De nada han servido los informescríticos, perfectamente fundamentados, que presentaron el Grupo Cultural San Gil y la Plataforma para la Defensa de El Bosque de Béjar (PDBB) durante años: el ciego rodillo institucional no se detiene.
Pero no crean que las desgracias terminan aquí: la amenaza ya se cierne sobre la terraza del Jardín Románticocon un proyecto pendiente de aprobación en el que se ha decidido, entre otras perlas, suprimir la ría, el puentecillo y una de las fuentes de burlas, talar varios árboles y desmontar diversas piezas para construir una fuente inventada, capricho de su redactor. De nuevo, el ego del arquitecto por encima del respeto a un bien cultural, la Administración cómplice o complaciente y el dinero de nuestros impuestos listo para pagar otra ronda de despropósitos.
Intentaremos detener un nuevo atentado en este BIC, por enésima vez, ahora con esta serie de artículos dedicada al Jardín Romántico, demostrando los errores de datación, interpretación y valoración que destila el inicuo proyecto, y lo haremos partiendo de los informes redactados a petición del Grupo Cultural San Gil y la PDBB, basados en nuestra tesis doctoral sobre El Bosque de Béjar (1).

Fig 1Fig 2Fig 3Fig 4PARTE 1
Dos modelos para un jardín ecléctico-paisajista

Antes de analizar los componentes de nuestro Jardín Romántico conviene situarlo en su contexto europeo y nacional, siquiera brevemente, aunque para ampliar referencias recomendamos la lectura del artículo publicado por Isabel López Blázquez, «El Jardín Romántico de El Bosque, un hijo de su tiempo» (2).
Este tipo de jardines decimonónicos, denominados románticos por coincidir en el tiempo con la tendencia artística y literaria del mismo nombre, deben entenderse como soluciones eclécticas favorecidas por los avances técnicos en los medios de transporte y la industria e inspiradas por el jardín pintoresco y paisajista del siglo anterior, aquellos grandes parques creados en Inglaterra, como Twickenhan(1719), Chiswick House (1729), Stowe (desde 1735), Rousham (1737), Stourhead (1750) o Blenheim (1764), en los que se buscaba incorporar las formas libres de la Naturaleza al puro artificio que es todo jardín (3).
El nuevo gusto jardinero se expandió por el ancho mundo occidental, especialmente en Europa y Estados Unidos. Desde Francia, con ejemplares tan destacados como Ermenonville(ca. 1770-1776) y la parte paisajista del Petit Trianon de Versalles (antes de 1781, fig. 1), llegó a España de la mano dejardineros como Pablo Boutelou, Jean Baptiste Mulot o Pierre Provost y, obviando el curioso precedente del Jardín delRobledo cerca de La Granja de San lldefonso (ca. 1765-1770), se implantó por primera vez en el Jardín del Príncipe de Aranjuez (desde 1772, fig. 2) y en El Capricho de la Alameda de Osuna (1783-1839, fig. 3), creado por iniciativa de la duquesa de Osuna y de Béjar.
Fig 5Fig 6Fig 7Fig 8Fig 9Fig 10Con el nuevo siglo, pero no antes de acabar la Guerra de la Independencia y sus secuelas, se multiplicaron los jardines ecléctico-paisajistas españoles en Madrid y en otras ciudades importantes: el Casino de la Reina en Lavapiés (desde 1817, fig. 4), la Quinta de Vista Alegre en los Carabancheles (desde 1832, fig. 5), el Jardín del Barranco en la Moncloa (desde 1833, fig. 6), la reforma del Real Jardín Botánico (desde 1857, fig. 7), los primeros Campos Elíseos de Madrid (ca.1860, fig. 8), la reforma del Parque del Retiro (principalmente desde 1878, fig. 9) o el más tardío Parque del Oeste (1893-1906), «canto del cisne del jardín paisajista en España», según Martínez-Correcher (4); fuera de la capital cabe citar el jardín del Señorío de Bértiz en la localidad navarra de Bértiz-Arana (ca. 1848), ejemplos sevillanos como el Parque de María Luisa (fig. 10) y los jardines del duque de Montpensierjunto al palacio de San Telmo (ambos desde 1850, es decir, antes de la intervención de J. C. N. Forestier), el Jardín Botánico de la Concepción en Málaga (desde 1855), el Jardín de Monforte en Valencia (1859) y un largo etcétera cuya mención alargaría innecesariamente este artículo: basta echar un vistazo a los planos del Parcelario Urbano de Madrid (1872-1874), o de otras capitales de provincia, para comprobar hasta qué punto se había expandido el modelo, aunque también, por comparación con la planimetría actual, para lamentar el número de ejemplares que han desaparecido (5).
Los jardines del siglo XIX quedaron dominados por la línea curva y sinuosa, las composiciones arbóreas, arbustivasy florales de apariencia natural, los escollos rocosos y la evocación acuática de arroyos y lagos (las rías artificiales), un programa que con frecuencia se completaba con fuentes y estatuas, templetes y otras arquitecturas integradas de aspectoclásico, popular, oriental o premeditadamente ruinoso. Tales son los principales componentes y características de este tipo de jardín en su versión extendida y campestre, pero también en su versión suburbana y urbana, de menores pretensiones y al alcance de la emergente burguesía.
Este sería el caso de El Bosque, adquirido al duque de Béjar en diciembre de 1869 por el mayor empresario textil de la ciudad, Cipriano Rodríguez-Arias Corón (1803-1890), que también era un notable terrateniente y un político de ámbito nacional, siempre dentro del partido conservador como diputado en Cortes (1866-1868) y como senador por Salamanca (1877-1881 y 1884-1886). Por tal motivo había fijado su residencia en el nº 4 de la calle Preciados de Madrid–aquel Madrid de Galdós–, a 50 m de la Puerta del Sol y a tiro de piedra de los mejores jardines capitalinos de su tiempo(6). Buena parte de las características de estos espacios de placer se reconocen en la terraza del Jardín Romántico bejarano, como enseguida veremos.
Fig 11Fig 12Fig 13Fig 14Poco después de comprar El Bosque, Rodríguez-Arias encargó un plano firmado por J. Illán y fechado en enero de 1871, uno de los pocos testimonios gráficos que se conservan (fig. 11). El documento ha sido interpretado como representación de un supuesto estado reformado de la propiedad en ese momento (así se hace, de forma errónea, en el Plan Director y en el proyecto de restauración actual), cuando en realidad se trata de un estado parcial de proyectoque probablemente no se llegó a completar. En el plano, la terraza del jardín se muestra con un trazado curvilíneo, pero ordenado mediante dos ejes ortogonales de simetría, cuyas formas ovaladas y recortadas recuerdan algunas de las soluciones madrileñas del siglo XIX (el llamado «Plano de la Flor» en el Real Jardín Botánico, la parte suroeste del Retiro o el jardín principal del Palacio de Liria, por ejemplo, según mostramos en figuras anteriores y en la fig. 12). Sin embargo, el trazado actual difiere radicalmente de esa composición en doble simetría para resolverla mediante un aparente desorden, regido por el principio del horror vacui, a base de piezas curvas de contorno irregular que ocupan toda la superficie disponible sin ajustarse a ningún eje (compárense los planos de las figs. 13 y 14). Lejos de suponer un estado degradado del diseño de 1871, como interpretamos en su momento, se trata de otro modelo de inspiración paisajista muy presente en los jardines madrileños que conoció Rodríguez-Arias, en perfecta coexistencia con los arreglos simétricos: los dos modelos que dominaban el gusto de la época.
La documentación disponible permite asegurar que el jardín de cuadros, todavía reconocible en la Vista de Béjar de Ventura Lirios (1726-1727), conservó el trazado renacentistahasta la operación de compraventa de El Bosque en 1869, pues al menos en 1867 se mencionaba «el Buxussempervirens cultivado y bien dirigido» en sus diseños ornamentales (7), muy distintos de lo representado en el plano de 1871 y de la composición actual. Por otra parte, entestimonios coetáneos se dan por terminadas las obras del jardín en el verano de 1874, cuando Rodríguez-Arias abríaaquellos nuevos y «deliciosos pensiles» al disfrute de algunos bejaranos (8).
Fig 15Estas referencias no permiten concretar si el nuevo trazado seguía el diseño simétrico de 1871 o la composición irregular que todavía se conserva, pero del análisis de variasfotografías antiguas se deduce que este segundo modelo ya estaba implantado en El Bosque, como mínimo, en la primera década del siglo XX. Así se muestra en la tarjeta postal editada por M. Gómez entre 1905 y 1913 (fig. 15), en la que se aprecia parte del cuadrante noreste de la terraza con las ramas de un alto ejemplar de conífera (ángulo superior derecho) y un seto de boj en torno a la fuente de burlas, un elemento que no coincide con el diseño de 1871 y sí con el que ha llegado hasta nuestros días. La tarjeta es posterior a la generalización del modelo postal con el anverso ocupado por la imagen y el reverso libre para la escritura (implantado en 1905) y forma parte de una colección anterior a la de los novedosos foto-cromos a color que publicitaba su editor en 1913. Además, el aspecto maduro del seto demuestra que para entonces ya había recibido varias podas de formación, lo que requiere entre ocho y diez años de labor jardinera. Por tanto, el trazado actual forzosamente tuvo que implantarse antes de 1903-1905 o incluso antes de 1895-1897; esta última datación es algo posterior a la edad estimada para las dos secuoyas que tuvo el jardín, plantadas en torno a 1875-1877, según detallamos en nuestra tesis doctoral en curso (retomaremos este tema en la última entrega de la serie). Así pues, los intervalos expuestos acreditarían una exigua duración de entre 24 y 34 años para el diseño representado en el plano de 1871 (en el supuesto de que verdaderamente se llegara a implantar), cifra muy alejada de los 300 años del primer jardín renacentista y de los 117-127 años probados para el jardín actual, lo que, en todo caso, nunca justificaría la cuestionable (re)implantación del diseño de 1871 ni la alteración del actual.
De acuerdo con estas consideraciones, lo más probable es que Rodríguez-Arias rechazara el diseño de 1871 y se decidiera por el modelo irregular que ha subsistido hasta hoy, tan común en el Madrid que conoció, con sus senderos curvosentre piezas de césped o plantas tapizantes festoneadas porsetos, su arbolado exótico y diverso y los componentes singulares que iremos datando y analizando en próximas entregas: la ría y sus piezas asociadas, las fuentes de arte industrial, las burlas o zampilli, el mobiliario de jardín, los árboles centenarios y su cortejo arbóreo, arbustivo y floral, en buena parte amenazados por el inaceptable proyecto de la Dirección General de Patrimonio.

NOTAS
1. Muñoz Domínguez, José, La villa suburbana El Bosque de Béjar. Entre la casa de campo hispánica y los modelos del Renacimiento, tesis doctoral dirigida por Miguel Ángel Aníbarro Rodríguez, Departamento de Composición Arquitectónica, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid.
2. López Blázquez, Isabel, «El Jardín Romántico de El Bosque, un hijo de su tiempo», publicado en el semanario digital Bejar.biz en enero de 2021, disponible en tres entregas desde los enlaces siguientes: https://bejar.biz/jardin-romantico-bosque-un-hijo-su-tiempo-aproxima
​https://bejar.biz/jardin-romantico-bosque-un-hijo-su-tiempo-aproxima2
​https://bejar.biz/jardin-romantico-bosque-un-hijo-su-tiempo-aproxima3.
3. La bibliografía sobre esta tapa histórica del jardín es extensa, nutrida de obras tanto monográficas como de carácter general; entre estas últimas recomendamos laedición en castellano del libro de Von Buttlar, Adrian, Jardines del Clasicismo y el Romanticismo. El Jardín Paisajista, Nerea, Madrid, 1993, con la parte dedicada a los «Jardines de la lustración y el Romanticismo en España» a cargo de Victoria Soto Caba.
4. Martínez-Correcher Gil, Consuelo, «Los jardines del mundo de Manuel de Falla», en Aracil Ávila, Alfredo, Música y jardines, Archivo Manuel de Falla y Junta de Andalucía, Granada, 2003, p. 67. En el artículo, su autora ofrece un sugerente recorrido por los jardines ligados a la geografía vital de Falla entre las décadas finales del siglo XIX y las primeras del XX.
5. Esta excelente planimetría se puede consultar en el sitio web del Instituto Geográfico Nacional (IGN),https://www.ign.es/web/catalogo-cartoteca/apibadasid/cartoteca/searchbyLugar/Madrid, así como en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España (BNE), http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000000790, con muchos más ejemplos de los que podemos mostrar aquí.
6. Vid. Archivo de Protocolos de Madrid (APM), P. 27695, Escritura de venta de unas fincas y derechos censales de la administración de Béjar, propia del excmo.Sr. Duque de Osuna [...] en favor del Sr. Don Cipriano Rodríguez Arias vecino de aquella ciudad, Madrid, 4 de diciembre de 1869.
7. Téllez y Martínez, Pedro, «Catálogo, dispuesto por el sistema natural de clasificación, de las especies vegetales que se crían y cultivan [...] en los distritos de la ciudad de Béjar, Candelario, Becedas y villa del Puente Congosto», en El restaurador farmacéutico, t. XXIII, Imprenta de J. M. Ducazcal, Madrid, 29 de septiembre de 1867, p. 622.
8. Anónimo, «Paralelos», en El Porvenir. Revista semanal política, literaria y de intereses morales y materiales, nº 57, Béjar, 16 de agosto de 1874, p. 1.

PIES DE FOTO
Fig. 1. Plano del Petit Trianon de Versalles antes de la creación del Hameau de la Reine (fragmento), colección de Richard Mique, 1781.
Fig. 2. Jardín del Príncipe de Aranjuez. Fragmento del plano de Pablo Boutelou de 1784 con el área paisajistaen la punta del cabo fluvial (Archivo General de Palacio, AGP).
Fig. 3. Jardín de El Capricho. Plano de Pablo Boutelou de 1784 (AGP).
Fig. 4. Casino de la Reina. Fragmento del Parcelario Urbano de Madrid de 1872-1874 (BNE / BDH).
Fig. 5. Vista Alegre. Fragmento del plano de la Real Posesión de Vista Alegre, 1845, sin nortear (AGP).
Fig. 6. Jardín del Barranco en La Moncloa. Croquis deJavier de Winthuysen de 1919 (Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid, CSIC, Fondo Winthuysen).
Fig. 7A y 7B. Real Jardín Botánico de Madrid. Fragmentodel Parcelario Urbano de Madrid de 1872-1874 (BNE / BDH) y detalle de uno de los parterres.
Fig. 8. Campos Elíseos de Madrid. Fragmento del plano de Merlo, Gutiérrez y Ribera, Madrid, 1841-1866 (BNE / BDH).
Fig. 9. Parque del Retiro. Fragmento del Plano de Madriddel Instituto Geográfico y Estadístico, Distrito del Congreso, 1910 (IGN).
Fig. 10. Parque de María Luisa en Sevilla. Fragmento del plano del Instituto Geográfico y Estadístico de 1895(IGN).
Fig. 11. El Bosque de Béjar. Fragmento del plano de J. Illán de 1871 (reproducción depositada en el Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes).
Fig. 12. Palacio de Liria. Fragmento del Parcelario Urbano de Madrid de 1872-1874 (BNE / BDH).
Figs. 13 y 14. Jardín Romántico de El Bosque. Detalle del plano de 1871 y plano del estado actual con restitución hipotética de las áreas degradadas (José Muñoz Domínguez, 2022).
Fig. 15. Jardín Romántico de El Bosque. Tarjeta postal editada por M. Gómez (ca. 1905-1913).