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El Bosque de Béjar y su Jardín romántico amenazado (7)
PARTE 7
Mobiliario de jardín: lujo burgués por catálogo
El espacio ordenado de esta terraza, configurado por sus eras y calles, su arbolado y especies asociadas, sus fuentes y burlas de agua, se completaba con elementos de carpintería de madera, forja o fundición que podemos estudiar dentro de la categoría del mobiliario de jardín, incluso si no se trata estrictamente de componentes verdaderamente muebles, sino fijos y permanentes, en ocasiones combinados con obras de fábrica.
Más allá de lo que se conserva en el jardín romántico, en el conjunto de El Bosque cabe considerar, dentro de esta categoría, las puertas de acceso a la villa de recreo y otras puertas menores de comunicación entre diferentes áreas (llamadas «angarillas» en su versión más rústica); la rejería instalada en los vanos de los edificios y piezas de agua (rejas y balaustradas); las pérgolas, cenadores y arcos de hierro; los bancos y mesas de madera sobre estructura metálica y las piezas ornamentales de fundición (búcaros o jarrones que servían de remate o macetero). Algunos de estos elementos tuvieron su primera versión en carpintería de madera, como el puente de la ría y las mencionadas angarillas. Enseguida trataremos de todos ellos por este mismo orden.
1. Puertas de acceso a la villa y otros elementos de rejería
Desde su creación como villa de recreo renacentista, El Bosque contaba con una puerta de acceso principal, la de la Justa, a la que se añadieron otras secundarias a lo largo del tiempo. Hacia 1726-1727, en la Vista de Béjar de Ventura Lirios, se constata la existencia de cuatro puertas en total cuyos nombres se registran en la documentación de archivo: la Puerta de la Justa al oeste, la Puerta del Palomar al este, otra puerta sin nombre al norte y la Puerta Nueva, asociada a la «calle nueva» o «calle del señor don Pedro», situada igualmente en el tramo occidental, a unos 160 metros al sur de la Puerta de la Justa (fig. 1). También se abrió un portillo en la parte meridional de la propiedad (fig. 2), relacionado con la saca de madera, que facilitaba la comunicación con la parte alta de la Dehesa del Rebollar, conocida como Bañaduras Altas en el siglo XVIII y ahora como Parque Forestal de Montemario (1).
Estas puertas constaban de doble batiente de madera pintada de color verde montaña (verde malaquita) y se integraban en un cobertizo de poco fondo con cubierta a cuatro aguas, según se reconoce en la pintura de Lirios, que interpretamos en nuestra restitución gráfica de la fig. 3.
Los cuatro accesos seguían estando en servicio durante los primeros años de la etapa burguesa de El Bosque, pues aparecen representados en el plano de 1871 como una simple interrupción del trazado de la cerca perimetral, lo que parece indicar que ya se habían suprimido los correspondientes cobertizos. En la leyenda de este mismo plano sólo se nombran dos de ellas, la «Entrada principal» (Puerta de la Justa) y la «Entrada para el público» (puerta norte). La desaparición de los cobertizos y los batientes de madera se presupone en la referencia periodística de 1874 y en la documentación de 1877-1878, cuando terminaban las obras del jardín y se modificaba el acceso norte mediante una estrecha calleja –la actual– que provocó sonoras protestas de los bejaranos; en la reseña de prensa de 1874 se alude a las iniciales C.R.A. (Cipriano Rodríguez-Arias) ya colocadas sobre la puerta principal, sustituidas años después por las iniciales V.O., correspondientes a Vicente Oliva y todavía in situ (2).
Las dos puertas principales se construirían bajo el mismo patrón, aunque diferentes en sus dimensiones y detalles: un vano central de mayor anchura y doble batiente de chapa y rejería de forja, flanqueado por vanos menores de batiente único, los tres coronados con peineta o copete de diseño radial y separados por machones de cantería almohadillada con remate de búcaros de fundición (figs. 4 y 5). La puerta norte exhibiría el mismo diseño tripartito, pues así se aprecia en el croquis realizado por el arquitecto Anselmo Arenillas en 1943 (fig. 6) y se demuestra en los restos recientemente recuperados de uno de estos machones (fig. 7), abandonados durante muchos años en la parte del Prado Chiquero inmediata a la calleja de acceso o bien embutidos en el muro (3). Esta triple puerta debió de ser desmantelada en torno a 1966, cuando se documentan diversas obras de remodelación en el área de la entrada para el público, y sustituida por la actual de dos vanos desiguales.
El esquema compositivo de la Puerta de la Justa (seguramente repetido en el acceso norte) parece inspirado por los modelos que se ofrecían en catálogos comerciales como los de la Fonderie de Brousseval, donde ya hemos documentado la procedencia de otras piezas conservadas en El Bosque. Así se constata en el catálogo de 1886, en el que se encuentran ejemplos de puertas con rejas y machones de cantería almohadillada («Portes grilles et travées de clotures» o «Puertas de rejas y tramos de vallados») como los que se ven en las planchas 126, 126 bis y otras, numerados como 2893, 4218, 4478 o 4483 (figuras 8, 9 y 10), que, sin ser idénticos a lo que se construyó en la villa bejarana, guardan evidentes analogías salvo por la ausencia de remate en peineta semicircular, una pieza sin duda añadida que también parece tomada de este u otros catálogos, pero en los modelos de «archivoltes» («arquivoltas») destinados al cierre de vanos en arco de medio punto, y singularmente el nº 4501 de la plancha 75 (figs. 11 y 12). Las peinetas de las puertas de El Bosque serían el resultado de añadir prolongaciones radiales a alguno de los modelos de los catálogos como medio disuasorio ante eventuales asaltos furtivos a la villa de recreo, aunque también como potente motivo ornamental. Es importante destacar las diferencias en la fabricación de estas puertas metálicas, de fundición o combinación de fundición y forja en el caso de los catálogos y exclusivamente de forja en los ejemplares de El Bosque, lo que parece indicar que no se encargaron a ninguna fonderie francesa, sino que se proporcionó el modelo impreso a alguna herrería local para ejecutarlo mediante técnicas de forja artística, de larga tradición en España.
Las llamativas peinetas radiales de El Bosque tuvieron notable fortuna en la zona y sin duda sirvieron de modelo para otras instaladas en Béjar y comarca en años inmediatos, como se comprueba en algunas ya desaparecidas, reconocibles en viejas fotografías, y en los ejemplares que todavía se conservan: la puerta principal del Parque Municipal de la Corredera, de 1881-1883, ya suprimida (fig. 13); la del balneario de Baños de Montemayor, de 1884 (fig. 14); la del acceso lateral a las escuelas públicas instaladas en el Palacio Ducal ca. 1877 (fig. 15), si bien podría tratarse de piezas desmontadas del primer ejemplo, instaladas allí mucho después (4); las de una vivienda unifamiliar situada en la travesía de Santa Ana, de fecha desconocida, pero sin duda construida a finales del siglo XIX o principios del XX (fig. 16); y la puerta norte del mismo Parque de la Corredera, realizada o reformada por la herrería bejarana B. del Teso en 1942 a partir del diseño de la puerta principal (fig. 17).
En El Bosque, además de estas grandes puertas, se conservan otras menores y de forja más sencilla en los puntos de comunicación entre terrazas y en diversos portillos o angarillas de acceso a los prados o al monte. Dos de ellas, situadas en el muro occidental de la terraza de la huerta (fig. 18), han sido sustituidas por el absurdo diseño moderno que ha creado el arquitecto Valeriano Sierra Morillo, ejecutadas en acero Corten con el mismo aspecto macizo que se ve en los planos (fig. 19), un verdadero atentado autorizado por el Órgano Competente (Dirección General de Patrimonio Cultural) y perpetrado con fondos europeos por la Junta de Castilla y León, que ha recibido la conveniente reprobación del Comité Nacional Español de ICOMOS (International Council on Monuments and Sites) en su informe del pasado mes de marzo (5).
Otras puertas y rejas semejantes, algunas muy maltratadas, se localizan en el perímetro del estanque bajo (fig. 20); en el paso entre las terrazas (fig. 21); en el cerramiento del cubo del desaguadero del estanque mayor; en el embarcadero y su tramo opuesto; en la conexión del área aneja a la huerta con el monte de castaños; en la embocadura de la alameda a los pies del palacete; en la cercana conexión con el Prado Bajo; en los extremos de la calleja paralela a las caballerizas y en su conexión con el Prado Chiquero; en el paso entre los prados Chiquero y Bajo a través de la calleja norte; en el acceso al espacio de la «huerta nueva» de 1583 desde el paseadero norte del estanque; en los accesos entre el sistema aterrazado y el Prado Alto (detrás de la Fuente de la Sábana y junto a la plazuela alta o rotonda); y en una segunda conexión con el monte, también junto a la rotonda y con las jambas de piedra colocadas del revés, lo que deja en muy mal lugar a sus «restauradores» (fig. 22). Una docena de estas piezas, entre puertas y tramos de balaustrada, se muestran en la planimetría del Plan Director, incluidas las que se han eliminado en la reciente intervención en la huerta (fig. 23): ¿por qué se eliminan elementos inventariados, constitutivos de un Bien de Interés Cultural? Dicho de otra forma: ¿por qué la Administración comete un expolio seguido de una alteración radical en un BIC, incumpliendo sus propias normas?
Con las mismas técnicas de cerrajería artística que las puertas mencionadas se forjaron las balaustradas de las puertas-ventana del palacete en la fachada sur y otras varias, las rejas de protección de vanos en planta baja y la elaborada antepuerta de la entrada al edificio principal (fig. 24).
Las piezas reseñadas presentan notables diferencias en cuanto a forma, calidad y época en la que fueron instaladas, desde la excelente cerrajería de finales del siglo XIX o principios del XX, caracterizada por diseños de mayor elaboración y la reiteración del motivo de palmeta (presente, también, en las pinturas murales del palacete), y la anodina factura de algunas puertas de conexión con los prados y el monte, incorporadas en la década de 1960 o posteriores.
3. Cenadores, pérgolas y arcos
Estas pequeñas estructuras de hierro se integran a la perfección en el ambiente vegetal del jardín, tanto por su color como por su ligereza constructiva, dispuestas para enramar plantas trepadoras: jazmines, rosales, madreselvas, lilas, glicinas, clemátides, buganvillas, etc., aportando una riqueza que se echa en falta en la mayor parte de las piezas, salvo en los puntos recién recuperados por el personal jardinero (fig. 25).
El inventario de este tipo de construcciones se resiente con la pérdida de cuatro de sus ejemplares, todos ellos desaparecidos en la etapa pública del BIC: el cenador de planta dodecagonal situado en la Huerta de los Bojes, antesala del jardín romántico (figs. 26, 27 y 28), el túnel de verdor en el tramo norte de la misma terraza, cubierto en su día por una añosa clemátide (figs. 29 y 30), la pérgola sobre el tramo escalonado oriental y, muy cerca, el arco para enredaderas, gemelo del que todavía se conserva (fig. 31). Los cuatro elementos quedaron afectados por la caída de la pícea y el pinsapo en diciembre de 2000, pero, como se ve en imágenes posteriores a esa fecha, sus herrajes eran perfectamente recuperables y no se conocen motivos para su eliminación en torno a 2008-2010, cuando se pierde la pista sobre su paradero (6): la autoridad competente, como el célebre alcalde de Bienvenido míster Marshall, nos debe una explicación.
No todas las piezas conservadas se recogen en la planimetría del Plan Director (fig. 32), lo que obliga a una reseña completa. En la terraza del jardín se cuentan cuatro cenadores, uno por cada ángulo, de los cuales tres muestran planta centralizada poligonal (dos de ocho lados y uno de nueve), casi todos con bancos en derredor (figs. 33, 34, 35), y de planta oblonga el del ángulo noreste (fig. 36); también se conserva una pérgola de planta trapecial sobre la Fuente del Escudo, muy maltratada por la saca de troncos realizada en el invierno de 2000-2001, y otra semicilíndrica sobre laterales planos entre la Fuente del Cisne y el acceso a la terraza de la huerta, igualmente flanqueada por antiguos bancos de madera (figs. 37 y 38).
Por último, aunque fuera de la terraza del jardín, cabe incluir en esta categoría el templete o cenador neo-morisco de la isla (figs. 39 y 40), con la fecha de 1896 troquelada en su veleta (7). La pieza se diferencia por su estilo, pero seguramente es coetánea del resto de cenadores, por lo que la instalación de estas estructuras se podría situar en la etapa de Manuela Rodríguez-Arias Yagüe (1890-1919) y no en la de su padre.
4. Mesas y bancos
En sentido estricto, estas piezas serían los verdaderos elementos de mobiliario de jardín, casi desaparecidos en la actualidad. Gracias a las fotografías antiguas y a otras más recientes, pero anteriores a la etapa pública de El Bosque, se puede hacer un mínimo inventario de estos elementos y aventurar alguna idea sobre su origen.
Las imágenes de ca. 1905-1913 y ca. 1935 permiten identificar al menos dos bancos de madera con estructura metálica de fundición y diseño rústico en sus perfiles, de inspiración vegetal (figs. 41 y 42), que podrían ser los mismos que flanquean la pérgola de la Fuente del Cisne y son tan semejantes a los modelos de Brousseval que cabe asegurar su procedencia en esta fonderie francesa, como tantas otras piezas de El Bosque. Otro banco diferente, situado pocos metros más al sur, muestra con claridad el aspecto leñoso de esos perfiles y el montaje curvo de la parte de madera (fig. 43). Los dos tipos de banco son casi idénticos a los modelos de Brousseval que figuran en las planchas 123 y 124 del catálogo de 1886 (figs. 44 y 45); puesto que sólo conocemos los catálogos de 1886 y 1904, las pequeñas diferencias en el corte de las tablas o en la filigrana de los perfiles metálicos se podrían explicar por tratarse de un encargo realizado a partir de catálogos de años anteriores.
Este mobiliario debió de ser completado antes de 1935 por otro tipo de bancos más ligeros, así como por varias sillas y una mesa de madera sobre estructura metálica, pintadas de verde, que estuvieron en uso hasta los primeros años de la etapa pública del BIC (figs. 46 y 47). También tenemos noticia de un banco de madera de trazado octogonal que estuvo instalado alrededor de un viejo árbol, posiblemente un cedro del Atlas abatido por el temporal del 22 de enero de 1966, lo que permite fechar la fotografía de la figura 48. Por motivos que se nos escapan, muchos de estos elementos han desaparecido del jardín, aunque todavía quedaban algunos restos desguazados en julio de 2018, durante las obras de reconstrucción del invernadero (fig. 49): ¿se han recogido en alguna parte o han sido despreciados como chatarra?
5. Columpio
Probablemente sea la pieza más controvertida del jardín romántico por su aspecto reciente y sus formas poco afortunadas (fig. 50), pero lo cierto es que los columpios y balancines formaban parte de la oferta lúdica de los jardines privados del siglo XIX, como queda documentado en el de la Quinta de Vista Alegre, con la que ya hemos detectado más de una analogía con la parte romántica de El Bosque; en las figuras 51, 52 y 53 se muestra la ubicación de los tres columpios que se disfrutaban en esa quinta madrileña en torno a 1845, ocupando pequeñas plazuelas entre las características eras recurvadas de la época.
El armatoste bejarano podría haber sustituido a un columpio de madera anterior o ser de novísima implantación. Por su forma de barca se asemeja al segundo mobiliario lúdico que tuvo el Parque Infantil de Montemario, ya en la década de 1960, mientras que el soporte de factura industrial sobre plintos hormigonados recuerda a obras realizadas por el taller local de B. del Teso (como la mencionada puerta norte del Parque Municipal de la Corredera, instalada en 1942); por otra parte, la fotografía de Montagut anterior a 1966 ofrece una fecha ante quem indubitable (fig. 54). Estos extremos temporales permitirían situar la instalación del columpio del jardín romántico, aproximadamente, entre la cuarta y la sexta década del siglo XX, un intervalo demasiado amplio que coincide en su mayor parte con la etapa de 1948 a 1984 en que su propietario era Vicente Oliva Rodríguez, bisnieto de Cipriano Rodríguez-Arias, y ya bajo la protección de El Bosque como Jardín Artístico Nacional. Así pues, y a la espera de datos más precisos, el columpio debió de ser instalado en los últimos años de la etapa de María Rodríguez Rodríguez-Arias (1919-1948) o bien en la siguiente de su hijo, Vicente Oliva, entre 1948 y 1966.
6. Piezas funcionales y ornamentales de fundición
El repertorio es muy escaso, pero significativo, constituido por la espadaña de la capilla (fig. 55), fechada en su inscripción de 1871, y por cuatro búcaros de hierro fundido que también procederían de Brousseval.
Estas últimas piezas corresponden a dos modelos diferentes que figuran en los catálogos de 1886 y 1904, planchas 132 y H (figs. 56 y 57), cuyos ejemplares bejaranos se conservan parcialmente: dos copas del tipo Medici se mantienen en su emplazamiento original, sirviendo de remate a los machones centrales de la Puerta de la Justa (fig. 58), y son similares a las que coronan la casa bejarana de Jerónimo Rodríguez Yagüe, yerno del propietario de El Bosque (fig. 59). Las otras dos, de un modelo menos esbelto y con asas, quizá procedían de los otros machones de esta puerta –ostensiblemente vacíos– o bien de la puerta norte antes ser sustituida por la actual, exactamente como se reconoce en las dos puertas del Parque Municipal de la Corredera (figs. 13 y 17). Hasta los primeros años de la etapa pública de El Bosque, ambas copa se encontraban malamente incrustadas en los plintos superiores de la escalera de acceso a la Huerta de los Bojes, con un solo asa cada una, (fig. 21). Allí seguían en octubre de 2008, aunque ya habían sido desmontadas en agosto de 2009. A día de hoy, una de las copas ha desaparecido y la otra, rota y oxidada, sirve de inapropiado remate al mascarón de la ría (fig. 60), otra muestra más del trato expoliador y desidioso de las administraciones propietarias contra el patrimonio de este BIC-Jardín Histórico.
NOTAS
1. En torno a 1999-2004, este portillo fue sustituido por una desmesurada puerta de hierro de doble batiente cuya funcionalidad no se explica.
2. La reseña de prensa en Anónimo, «Paralelos», El Porvenir. Revista semanal política, literaria y de intereses morales y materiales, nº 57, Béjar, 16 de agosto de 1874, p. 1. La referencia a las obras de la calleja y el nuevo acceso en AMB, Libros de Actas de Sesiones Consistoriales del Ayuntamiento de Béjar correspondientes a los ejercicios de 1877 y 1878.
3. Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), Archivo Histórico Planos, Archivador 2, Cajón 2, Carpeta 22, Croquis del jardín de la finca El Bosque que fue del Duque de Béjar. Siglo XVI, escala 1 : 1000 (aproximada), Madrid, junio de 1943. El machón recuperado se mostró al público el 31 de julio de 2020, durante un acto institucional, ubicado en el ángulo del palacete con la nave de las caballerizas, aunque se conservan más restos en el Prado Chiquero.
4. Los batientes de la puerta principal del Parque de la Corredera y parte de la rejería de su perímetro fue desmontada en la década de 1970 y reinstalada en el cerramiento del Parque de la Antigua dos décadas después. De excepcional calidad era la rejería de la Fabril Militar, propiedad de José Rodríguez Yagüe, aunque no recordamos que sus puertas lucieran ninguna peineta como las mencionadas.
5. El informe se dio a conocer en medios de prensa a mediados de marzo de 2022, como se puede comprobar en https://www.i-bejar.com/noticias/bejar/icomos-paralizacion-obras-bosque-....
6. La eliminación de la pérgola norte estaría justificada por el interés de recuperar la Huerta de los Bojes en la forma más próxima a su estado original, un objetivo prioritario que no se vería comprometido si se hubiera conservado in situ el cenador, con su forma inspirada en ejemplares de madera del siglo XVI y, por tanto, perfecto umbral entre el mundo renacentista y el ambiente romántico del XIX. La última referencia a los restos de este cenador coinciden la obra de reconstrucción del dique del estanque, con sus hierros amontonados entre maquinaria pesada (vid. foto denuncia nº 49, publicada el 9 de agosto de 2021: https://bejar.biz/bosque-bejarfoto-denuncia-n49-bosque-hierros-que-s).
7. El templete fue restaurado por la Junta de Castilla y León en 2003-2004, aunque ya en 2021 la veleta se encontraba en mal estado y cayó al suelo ante el peso de uno de los cormoranes que anidaban en El Bosque temporalmente (vid. foto denuncia de la PDBB en https://bejar.biz/bosque-bejarfoto-denuncia-n49-bosque-hierros-que-s). Acerca del templete original al que sustituye el de 1896, vid. Muñoz Domínguez, José, «El antiguo cenador en el estanque de El Bosque. Hipótesis de reconstrucción», en Estudios Bejaranos, nº 19, Centro de Estudios Bejaranos, Béjar, 2015, pp. 181 a 214.
PIES DE FOTO
Fig. 1. Las cuatro puertas de El Bosque en la Vista de Béjar de Ventura Lirios, 1726-1727 (fragmentos): Puerta de la Justa, Puerta Nueva, puerta norte y Puerta del Palomar (colección duques de Béjar).
Fig. 2. Portillo en el tramo norte de la cerca perimetral antes de ser sustituido por la desmesurada puerta actual (foto de José Muñoz Domínguez, 1994).
Fig. 3. Restitución gráfica hipotética de la Puerta de la Justa entre los siglos XVI y XVIII (croquis de José Muñoz Domínguez, 8 de abril de 2015).
Fig. 4. La Puerta de la Justa en su estado actual y desde ca. 1874 (foto de José Muñoz Domínguez, agosto de 2003).
Fig. 5. Planta y alzado de la Puerta de la Justa en el Plan Director de El Bosque, con algunos errores en la representación de los búcaros y acanalados de los machones (2000).
Fig. 6. La puerta norte de El Bosque en el croquis de Anselmo Arenillas realizado en junio de 1943, con el norte invertido (IPCE).
Fig. 7. Uno de los machones de la puerta norte, reconstruido en 2020 a partir de piezas abandonadas (foto de José Muñoz Domínguez, 2022).
Fig. 8, 8 y 10. Tres modelos de puertas similares a las de El Bosque en el catálogo de la Fonderie de Brousseval publicado en 1886 (vid. https://www.fontesdart.org/).
Figs. 11 y 12. Catálogo de la Fonderie de Brousseval (1886). Piezas ornamentales de tipo «archivolte» para cierre de arcos de medio punto (plancha 75) y detalle de la misma plancha con el modelo que pudo inspirar los diseños de forja realizados para El Bosque de Béjar.
Fig. 13. La puerta principal del Parque de la Corredera en una tarjeta postal de ca. 1905-1913 (Fototipia Castañeira, Álvarez y Levenfeld, editada en Béjar por M. Gómez).
Fig. 14. Puerta de hierro en el balneario de Baños de Montemayor, fechada en 1884 (imagen tomada de Google Streetview, junio de 2021).
Fig. 15. Puerta lateral del Palacio Ducal de Béjar (foto de José Muñoz Domínguez, 2017).
Fig. 16. Puerta de hierro en una vivienda aislada junto a la travesía de Santa Ana de Béjar (foto de José Muñoz Domínguez, 1990).
Fig. 17. Puerta secundaria (norte) del Parque Municipal de Béjar, realizada o reformada por el taller de B. del Teso en 1942 (foto de José Muñoz Domínguez, 2017).
Fig. 18. Puerta de rejería en el acceso a la terraza de la huerta desde la alameda axial (foto de José Muñoz Domínguez, octubre de 2012).
Fig. 19. Planos del arquitecto Valeriano Sierra Morillo con sus inadecuados diseños para sustituir las puertas de forja originales (tomado de su Proyecto de restauración de la Huerta de Abajo de El Bosque de Béjar, Valladolid, 2021).
Fig. 20. Balaustrada en torno al estanque bajo o estanque del Tinte (foto de Julián Mateos Lozano).
Fig. 21. Puerta de paso entre la terraza del estanque y la Huerta de los Bojes, flanqueada por dos búcaros de un solo asa (tomada del Plan Director, 2000).
Fig. 22. Angarilla de paso entre el área de la plazuela alta o rotonda y el Prado Alto, con las jambas puestas del revés (foto de José Muñoz Domínguez, abril de 2015).
Fig. 23. Planimetría de las puertas y rejas de El Bosque en el Plan Director (2000).
Fig. 24. Antepuerta de forja en el acceso al palacete de El Bosque tal como se encontraba en 2000 (fotografía tomada del Plan Director).
Fig. 25. Arco de forja enramado con clemátide, en proceso de recuperación (foto de José Muñoz Domínguez, 13 de mayo de 2017).
Fig. 26, 27 y 28. Cenador de planta dodecagonal en medio de la Huerta de los Bojes: planta y alzado en el Plan Director (2000), vista desde el exterior (foto de José Muñoz Domínguez, 1997) y desde el interior (foto de José Muñoz Domínguez, 1995).
Figs. 29 y 30. Túnel de verdor en la mitad norte de la Huerta de los Bojes, cubierto por enredaderas en una tarjeta postal de ca. 1905-1913 (Fototipia Castañeira, Álvarez y Levenfeld, editada en Béjar por M. Gómez). La estructura de hierro del mismo túnel, parcialmente deteriorada tras la caída de la pícea y el pinsapo en diciembre de 2000 (foto de José Muñoz Domínguez, abril de 2001).
Fig. 31. Los dos arcos de hierro para enredaderas tal como se encontraban en 1995; en la actualidad sólo se conserva el de la parte derecha de la imagen (foto de José Muñoz Domínguez, 1995).
Fig. 32. Plantas y alzados de varios cenadores de El Bosque según el Plan Director (2000).
Figs. 33, 34, 35 y 36. Cenadores de hierro pintado en el jardín romántico: cenador octogonal del ángulo SE (foto de José Muñoz Domínguez, 11 de julio de 2018); cenador octogonal del ángulo SW (foto de Casablanca publicada el 10 de enero de 2021 en el blog Ojo Digital, https://foro.ojodigital.com); cenador eneagonal del ángulo NW (foto de José Muñoz Domínguez, 11 de julio de 2018); y cenador oblongo del ángulo NE, junto al invernadero y a una cierva recién parida (foto de José Muñoz Domínguez, 13 de mayo de 2017).
Fig. 37. Pérgola de planta trapecial sobre la Fuente del Escudo (foto de José Muñoz Domínguez, 2001).
Fig. 38. Pérgola semicilíndrica junto a la Fuente del Cisne (foto de José Muñoz Domínguez, 1995).
Fig. 39. Templete neo-morisco en la isla del estanque mayor de El Bosque, fechado en 1896 (foto de José Muñoz Domínguez, mayo de 2017).
Fig. 40. Planta y alzado del templete de la isla en el Plan Director (2000).
Figs. 41 y 42. Banco de madera sobre estructura metálica en una tarjeta postal de ca. 1906-1913 (Fototipia Castañeira y Álvarez editada en Béjar por M. Gómez) y en una fotografía anterior a 1935 (RJBM, Fondo Winthuysen).
Fig. 43. Banco de fundición en el jardín romántico de El Bosque, una pieza del siglo XIX. Al fondo, el cenador del ángulo SW de la terraza (foto de Julián Mateos Lozano).
Figs. 44 y 45. Modelos de bancos para jardín en el catálogo de 1886 editado por la Fonderie de Brousseval: plancha nº 123 y detalles de las planchas nº 123 y nº 124 (vid. https://www.fontesdart.org/).
Fig. 46. Mobiliario del jardín en una fotografía anterior a 1935 (RJBM, Fondo Winthuysen).
Fig. 47. Mobiliario del jardín en perfecto en los primeros años de la etapa pública de El Bosque (foto de José Muñoz Domínguez, 2000).
Fig. 48. Banco octogonal en torno a un árbol tronchado y mobiliario metálico en el ángulo inferior izquierdo (imagen tomada del expediente sobre El Bosque depositado en el Ministerio de Cultura, ca. 1961).
Fig. 49. Restos del mobiliario del jardín desguazados junto a la rampa lateral del invernadero (foto de José Muñoz Domínguez, 11 de julio de 2018).
Fig. 50. El columpio del jardín en medio de la terraza (foto de José Muñoz Domínguez, 2017).
Fig. 51, 52 y 53. Fragmentos del plano de la Real Posesión de Vista Alegre, 1845, sin nortear, con la localización de los tres columpios del jardín (AGP).
Fig. 54. Fotografía de Miguel Montagut Planas anterior a 1966, incluida en la documentación gráfica del expediente sobre El Bosque depositado en el IPCE.
Fig. 55. Espadaña de fundición sobre el alero de la capilla de El Bosque, con la inscripción casi ilegible «Capilla del Santo Cristo de la Expiración y San Cipriano 1871» (foto de Urbano Domínguez Garrido, 2015).
Fig. 56. Catálogo de la Fonderie de Brousseval de 1886, plancha nº 132, con varios modelos de búcaros o jarrones (vid. https://www.fontesdart.org/).
Fig. 57. Catálogo de la misma empresa de 1904, con los modelos de copa Medici y copa con asas ampliados a la derecha (vid. https://www.fontesdart.org/).
Fig. 58. Detalle de una de las copas del tipo Medici instaladas como remate de los machones centrales de la Puerta de la Justa (foto de José Muñoz Domínguez, agosto de 2003).
Fig. 59. Cornisa de la casa del industrial Jerónimo Rodríguez Yagüe en Béjar, coronada por varias copas de hierro fundido (imagen tomada de Google Street View, 2012).
Fig. 60. Copa de hierro oxidada y rota sobre el mascarón manierista de la ría (foto de José Muñoz Domínguez, 2017).
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