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El Bosque de Béjar y su jardín romántico amenazado (3)
PARTE 3
La fuente que vino de París
A veces no sólo los niños, sino también las fuentes, vienen de París. Y a veces la figura de un niño o niña y de un cisne sobre pedestal conforman una fuente de hierro fundido que, llegada de la capital del Sena, acaba siendo instalada en cierto jardín romántico entre Castilla y Extremadura. Esta es la curiosa historia de la Fuente del Cisne (fig. 1), colocada sobre la pila oval de El Bosque de Béjar en el último cuarto del siglo XIX.
Antecedentes
En la Fuente del Cisne se aprovecharon restos significativos de una pieza acuática anterior, la mencionada pila o fuente oval (figs. 2 y 3), que se ajusta con precisión al esquema compositivo del antiguo jardín de cuadros, la segunda terraza del sistema en sentido oeste-este, que debió de adquirir su forma y dimensiones definitivas en torno a 1565-1567. A partir de una probable superficie cuadrada de 250 pies castellanos de lado (es decir, de 69,50 m, idéntica a la terraza inmediata de la huerta), quedó configurada con su actual proporción rectangular de 250 x 200 pies (69,50 x 55,60 m) por efecto de las obras de refuerzo y recrecido del dique del estanque y la consiguiente ocupación de los 50 pies de fondo (13,90 m) que desde entonces constituyen la Huerta de los Bojes, situada en un nivel más alto (1).
La composición renacentista del jardín se reconoce de forma muy sumaria en la Vista de Béjar de Ventura Lirios, demasiado imprecisa para acometer su reconstrucción real a costa del trazado romántico, pero suficiente para un intento de restitución gráfica a partir de los vestigios conservados. Lo que resta de aquella primera ordenación del espacio son los muros que delimitan la terraza, la posición de la Fuente del Escudo en un extremo del eje transversal de simetría, el tramo de escaleras desde el nivel superior (y, por tanto, su correspondencia con el tramo siguiente sobre el eje longitudinal del sistema), las acequias y demás dispositivos de riego y la posición de otras dos fuentes originales (la fuente circular y la fuente oval que aquí analizamos). La pintura de Lirios muestra un elemento acuático central, un tanto emborronado en la obra, que probablemente sea el que se conserva en un patio bejarano, inicialmente situado en el punto de corte de los ejes principal y transversal de la terraza (trataremos de esa posibilidad en otra entrega de este artículo). La pequeña fuente circular se encuentra en el centro del cuadrante sureste del jardín, en una posición que se repetiría en los otros tres cuadrantes con igual número de fuentes, idénticas a la conservada y desaparecidas en fecha ignota. Finalmente, el centro de la fuente oval y el límite inferior de la escalera resultan equidistantes del eje transversal de la terraza, lo que permite trazar una circunferencia que pasa por el centro de dicha fuente, por la base de la escalera, por el centro de la fuente circular y por los centros de las otras tres fuentes desaparecidas, según se muestra en la fig. 4. Tales serían las líneas básicas, generadoras de la composición de aquel jardín ya perdido, cuyo trazado viario se puede completar por simetría y repetición, aunque con diversidad de diseños dentro de cada cuadrante.
Además de la coherencia compositiva de su ubicación, la pila de la fuente oval no fue dimensionada conforme al Sistema Métrico Decimal (lo que remite a una etapa anterior a la de Rodríguez-Arias) y muestra una fábrica de cantería y una molduración compatibles con la etapa renacentista del jardín de cuadros, si bien nada conocemos del probable motivo ornamental o escultórico al que sustituyen las figuras de niña y cisne sobre pedestal, objeto de esta tercera entrega de nuestro artículo.
Una fuente viajera: de Brousseval a París...
Como ya hemos visto en entregas anteriores, en diciembre de 1869 se produjo la compraventa de El Bosque a favor de Cipriano Rodríguez-Arias, punto de partida para la renovación ecléctico-paisajista del jardín. Poco o nada se haría durante aquel invierno, pero lo cierto es que el trazado actual ya se habría introducido entre esa fecha y el verano de 1874, como hemos documentado en las entregas anteriores.
Un año antes, en 1873, se había instalado una fuente casi idéntica a la de El Bosque en la localidad francesa de Saint-Thiébault, en el departamento del Haute-Marne (figs. 5 y 6), una zona industrial especializada en altos hornos. Se trata de una pieza de fundición formada por dos partes distintas, aunque seguramente coetáneas: una pileta utilizada como jardinera, fundida en esa fecha por la Fonderie Colas de Montiers sur Saulx, departamento de Mosa (fig. 7), y la propia fuente con las figuras de la niña y el cisne sobre el pedestal que alberga los surtidores. No consta el fundidor de la parte figurativa, pero tampoco hay duda sobre su procedencia, pues el modelo aparece en los catálogos de la Fonderie de Brousseval (también en Haute-Marne), concretamente en su edición de 1886, que mostraría pocas variaciones comerciales respecto de las ediciones previas, de 1873 o anteriores (2).
El hecho de que el modelo se publicara en los catálogos de esta fundición permite descartar que pudiera proceder de otras, pues las empresas del sector competían por ofrecer al público un repertorio parecido, pero nunca idéntico. Por tal motivo se pueden encontrar variantes de este y otros temas en los catálogos de diferentes fundiciones, como la de Jean-Jacques Ducel (en Pocé-sur-Cisse y París) o las situadas en el departamento de Haute-Marne, como Val d'Osne (en la localidad homónima), A. Durenne (en Sommevoire), Ambonville Frères & Cia (en Joinville) o Desforges, Brochon & Festugière Frères (en Brousseval), sin que se repita la pose de las figuras, su tamaño, la forma del soporte, etc. Una de las primeras versiones del tema se inspiraba en la reproducción de una escultura de mármol exhumada en 1793 junto a la Vía Apia de Roma (Villa de los Quintili) que representa a un niño jugando con una oca (fig. 8), obra del siglo II d. C. que se expuso muy pronto en el recién inaugurado Museo del Louvre (3). la reproducción más temprana de esta pieza fue realizada en 1853 por Jean-Jacques Ducel, propietario de la fundición del mismo nombre, que se ocupó de comercializar réplicas en hierro del modelo y fue imitado muy pronto por las fundiciones de Durenne, Val d'Osne y Tusey (figs. 9, 10 y 11); el número de ejemplares conservados, uno de ellos en el Paseo del Espolón de Burgos (fig. 12), puede dar idea del éxito que tuvo en la sociedad de la época, principalmente entre la burguesía y las élites dirigentes (4).
Otro tanto ocurrió con la fuente del Enfant au cygne de Brousseval (en rigor, Fille au cygne), con ejemplares en las localidades francesas de Voillecomte (departamento de Haute-Marne), Espezel (en Aude, regalo del señor Léon Moulins al municipio en 1874), Fumel (Lot-et-Garonne) y la mencionada de Saint-Thiébault (figs. 13, 14, 15 y 5). En España se conservan piezas idénticas en el Paseo del Empecinado de Burgos (fig. 16) y en El Bosque (fig. 17), pero sin duda habrá otras no localizadas todavía, todas ellas comercializadas por la Fonderie de Brousseval. El modelo se encuentra en la plancha 145 de su catálogo, identificada con el número 3798 (fig. 18), y coincide en sus formas y dimensiones con la que se instaló en Béjar y en Espezel.
Las mismas figuras se ofrecían sobre distinto pedestal en la plancha 144, nº 2924 (fig. 19), que fue la combinación encargada para los ejemplares de Saint-Thiébault, Fumel, Voillecomte y Burgos.
La Fonderie de Brousseval, con tienda propia en el nº 1 de la Rue du Grand Saint-Michel de París al menos desde 1861, disponía de un gran surtido de piezas técnicas y ornamentales, pero también contaba con el repertorio artístico y figurativo aportado por uno de sus socios, André Brochon, desde 1859; entre sus piezas seguramente ya se encontraba el modelo para la Fuente del Cisne de El Bosque, si bien no hemos podido confirmar esta posibilidad (5).
Además del escaparate de sus establecimientos comerciales, las fundiciones francesas tenían una cita muy importante para su autopromoción: las Exposiciones Universales de París, iniciadas en 1855 como relevo de la de Londres de 1851, así como las que se celebraron en otras ciudades. Hay constancia de la participación de la Fonderie de Brousseval en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 y en las de París de 1889, 1900 y 1925, pero no se puede descartar su presencia en ediciones anteriores.
Y de París a Béjar
Desconocemos en qué momento pudo conocer Rodríguez-Arias algún ejemplar de la fuente o tener acceso al catálogo, aunque nos inclinamos por el año 1878, cuando se verifica su estancia en París con motivo de la exposición universal de aquel año. De hecho, la embajada de fabricantes bejaranos fue numerosa, según lo publicado por Umbert en su informe sobre la presencia española en aquel evento:
Fueron premiados muy justamente los fabricantes de Béjar, señores Rodríguez Arias, Campo; Díaz é hijo, Gómez Rodulfo, Manuel y Natal, viuda de Ollero[s] é hijos, Petit, hijos de Rodríguez, Corrales, García Herrera, González y Gómez... (6)
El contacto con el repertorio de Brousseval pudo ser anterior o posterior a ese año, desde luego, pues ya en la exposición universal anterior, celebrada en París en 1867, había participado su propio padre, Bonifacio Rodríguez Arias, con unas manufacturas de cera, pero la fecha de 1878 coincide con la exhibición de otra fuente cuya réplica también se llevó hasta el Jardín Romántico de El Bosque: el grupo de Paul et Virginie bajo un paraguas, obra del milanés Andrea Boni, que tanto éxito cosechó en aquella edición parisina y que estudiaremos en la siguiente entrega.
Datación de la Fuente del Cisne
Se conserva una tarjeta postal que permite una datación aproximada para la instalación de esta fuente, al menos en su límite ante quem (fig. 20). La fotografía pertenecía a la firma Castañeira y Álvarez (ca. 1906-1915, antes de asociarse con Levenfeld) y fue publicada en Béjar por M. Gómez (socio de la firma Hijo de Daniel R. Arias) en una colección previa a la serie de fotocromos que publicitó en 1913. Puesto que la fuente de Saint-Thiébault documenta la disponibilidad del modelo en un catálogo anterior a 1873, el ejemplar bejarano hubo de ser encargado e instalado entre 1873 y 1913, un intervalo demasiado amplio todavía. Hasta disponer de documentación más precisa, nos inclinamos por una fecha temprana dentro de ese lapso, entre los años en que se realizaba la transformación del jardín (ca. 1871-1874) y el de 1878, pues coincidiría con la datación de la gran sequoia conservada, con las reformas en el acceso a El Bosque por la puerta norte (ca. 1877-1878), y con la fecha más probable para la Fuente del Paraguas, cuando Rodríguez-Arias participaba en la Exposición Universal de París de ese año y sin duda conoció y encargó aquella obra.
Como acabamos de documentar, la Fuente del Cisne bejarana es una pieza de fundición procedente del repertorio habitual que este tipo de industria ofrecía desde mediados del siglo XIX, un producto artístico de inspiración clásica y producción seriada que satisfacía los gustos de una clientela burguesa con cierta capacidad económica (tal era el caso del nuevo propietario de El Bosque desde 1869), sin otra pretensión que utilizarlo con fines ornamentales en sus casas y jardines: arte de factoría para una burguesía industrial que, gracias a la labor de buen número de investigadores y sitios web, está siendo valorado en su justa medida desde hace algunos años.
NOTAS
1. En realidad, la Huerta de los Bojes tiene 68 pies de fondo (19 m), resultado de sumar la anchura de un primitivo paseo de 18 pies (5 m) al módulo de 50 pies restado de la superficie original de la terraza.
2. En este mismo catálogo aparecen otras piezas de fundición presentes en El Bosque, como búcaros o copas de perfil clásico, ramilletes de juncos para fuentes, bancos de hierro con respaldo de madera, etc., y también modelos de rejería para vallas y puertas, susceptibles de ser adaptados a la técnica de la forja, como veremos en una próxima entrega de este artículo.
3. El modelo helenístico original en bronce, no conservado, fue obra del escultor Boeto de Calcedonia realizada (SUPRIMIR) en el siglo II a. C. Además del ejemplar custodiado en el Louvre, se conservan copias romanas en la Gliptoteca de Múnich y en los Museos Capitolinos de Roma, según Eri Kokita (http://kokita-eri-historiadelarte.blogspot.com/2019/01/nino-de-la-oca.ht...).
4. Un tema relacionado, de larga tradición también, es el de Cupido y el cisne, presente en los jardines barrocos y neoclásicos anteriores, que tuvo su auge en el ámbito del arte industrial a partir de los modelos proporcionados por el escultor John Bell (1811-1895) en la Exposición Universal de Londres de 1851 (agradecemos a Jacques Neveu su información y observaciones sobre esta interesante derivación iconográfica).
5. André Brochon era el dueño de una fundición en París (desde 1847) y en Donjeux, Haute-Marne (desde 1855), valiosa por su catálogo de piezas artísticas de carácter tanto profano como religioso. En 1859, después de haberse incendiado su fábrica, se asoció con Émile Desforges y los hermanos Festugière para formar la empresa Desforges, Brochon & Festugière Frères (conocida desde 1873 como Société des Hauts-Fourneaux & Fonderies de Brousseval); tras retirarse en 1862, parece que sus moldes quedaron en propiedad de la empresa recién formada y, entre ellos, posiblemente el de la fuente de hierro con la niña y el cisne, aunque el único catálogo conocido de este fundidor, de temática religiosa, no permite acreditarlo. Agradecemos a Elisabeth Robert-Dehault la información sobre este socio y otros datos sobre la Fonderie de Brousseval, así como las reproducciones digitalizadas del catálogo de 1886 (vid. su blog https://www.fontesdart.org/ y en (SUPRIMIR) la revista Fontes, nº 12, junio de 2017, dedicado a Brousseval).
6. Umbert, Marcelino, España en la Exposición Universal de París de 1878. La ciencia, las artes, la industria, el comercio y la producción de España y de sus colonias ante los jurados internacionales, imprenta de Manuel Minuesa de los Ríos, Madrid, 1879, p. 176. En otra parte de este informe se menciona a un desconocido Tomás Rodríguez Arias, también de Béjar y galardonado con una medalla de bronce por sus hilazas, al que suponemos emparentado con el propietario de El Bosque.
PIES DE FOTO
Fig. 1. Fuente del Cisne en El Bosque de Béjar (foto de José Muñoz Domínguez, 1995).
Figs. 2, 3 y 4. La fuente oval en su hipotético primer estado, en la actualidad y dentro del esquema compositivo del jardín de cuadros renacentista (planos de José Muñoz Domínguez, 2022).
Figs. 5, 6 y 7. La Fontaine de l'enfant au cygne de Saint-Thièbault recién restaurada (imagen obtenida de Google Streetview, octubre de 2019) y antes de su restauración. Detalle de la misma fuente con la fecha de fundición en 1873 (tomadas de https://e-monumen.net/patrimoine-monumental/fontaine-saint-thiebault/).
Fig. 8. Niño con oca, escultura romana del siglo II a. C. (Museo del Louvre, https://collections.louvre.fr/en/ark:/53355/cl010277639).
Figs. 9, 10 y 11. Modelos escultóricos sobre el tema del niño jugando con una oca en los catálogos de las fundiciones de Val d'Osne, 1864 (tomado de https://e-monumen.net/patrimoine-monumental/vo2_pl576-statues/), Durenne, 1868 (https://www.fontesdart.org/catalogue-durenne-1868/), y de (SUPRIMIR) Tusey, 1897 (https://e-monumen.net/patrimoine-monumental/tu_du_1897_pl070-statues-pro...).
Fig. 12. Niño con oca, fuente de fundición en el Paseo del Espolón de Burgos.
Figs. 13, 14 y 15. Fuentes con el tema del Enfant (fille) au cygne procedentes de la Fonderie de Brousseval, situadas en las localidades de Fumel (imagen tomada de https://e-monumen.net/patrimoine-monumental/fontaine-place-du-poste-fume...), Espezel (http://lacasafleurie.eklablog.com/) y Voillecomte (https://www.fontesdart.org/voillecomte-haute-marne-la-fontaine-enfant-au..., fotografía antigua, anterior a la sustitución de las figuras originales por otro modelo de escultura de niño jugando con un pato).
Figs. 16 y 17. Fuente del Cisne en el jardín romántico de El Bosque de Béjar, procedente de la Fonderie de Brousseval (foto de Julián Matos Lozano, 2022). Fuente de fundición en el Paseo del Empecinado de Burgos con las mismas figuras e idéntica procedencia (foto de María Luisa Pardo de Val publicada en http://www.esculturayarte.com/, a quien agradecemos la localización y las imágenes).
Figs. 18 y 19. Modelo de la Fuente del Cisne de El Bosque en el catálogo de la Fonderie de Brousseval de 1886. Modelo de la Fuente del Cisne del Paseo del Empecinado de Burgos en el mismo catálogo.
Fig. 20. Tarjeta postal con la Fuente del Cisne en El Bosque hacia 1906-1913 (Fototipia Castañeira y Álvarez editada en Béjar por M. Gómez).
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