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Bernard Madoff propina un duro golpe a la confianza
Boletín de la Warthon University
Son tiempos difíciles para la confianza. Para que un mercado tenga éxito –de hecho se podría aplicar a todos los sistemas sociales-, es necesario que sus participantes presenten cierto comportamiento ético. El arresto de Bernard L. Madoff, acusado de haber montado una estafa millonaria basada en el esquema Ponzi de más de 50.000 millones de dólares, es tan sólo el último incidente que ha mermado la confianza de Wall Street. Maurice E. Schweitzer, profesor de Gestión de las Operaciones y la Información, y G. Richard Shell, profesor de Ética Empresarial y Derecho, ambos de Wharton, han llevado a cabo numerosas investigaciones sobre el papel de la confianza en los mercados. En una entrevista con Knowledge@Wharton explican por qué incluso los inversores más sofisticados depositaron su fe en Madoff, y cómo sus actividades han hecho mucho daño a los mercados en general.
Knowledge@Wharton: ¿Cómo es posible que incluso inversores sofisticados hayan sido timados por Madoff empleando el esquema Ponzi?
Maurice Schweitzer: El escándalo Madoff es la historia de varios y poderosos principios que han trabaja al unísono y conjuntamente. Son principios de libro de texto. En este caso son cuatro los principios que están presentes. El primero es la escasez, ya que a los inversores se les decía: “El fondo ya está cerrado, pero tal vez te pueda conseguir un sitio”. Se trataba de algo exclusivo, y se rechazaba o echaba a algunos clientes [porque hacían demasiadas preguntas]. El segundo principio clave es la autoridad. Madoff es un individuo que en 1990 era presidente de NASDAQ. Fue el promotor y pionero del comercio electrónico. Era miembro del consejo de administración. Destilaba aire de autoridad. Y sabemos gracias a los experimentos Milgram y otros estudios que las figuras de autoridad ejercen sobre nosotros una enorme influencia. La aprobación social es el tercer principio. Todo el mundo lo aplica … los fondos soberanos Abu Dhabi Investment Authority, Line Capital of Singapore, el director, guionista y productor Stephen Spielberg o el propietario del equipo de béisbol New York Mets. Miras a tú alrededor y todo el mundo invierte. Por tanto, parece razonable invertir. Y el cuarto principio se basa en la coincidencia en aficiones y gustos. Las personas que nos gustan tienen mucha influencia sobre nosotros. En este caso fueron las redes sociales, las reuniones en clubs privados, los eventos benéficos… así es como la gente se enganchó. Estos cuatro principios influyentes pueden trabajar juntos, en concierto. Por un lado está el razonamiento motivado. Y luego están los inversores, que quieren creer lo que ven o escuchan. Quieren creer que pueden obtener intereses del 10 o del 11%. Así que están dispuestos a dejar a un lado su incredulidad. Creo que fracasamos a la hora de darnos cuenta del enorme poder que tienen estos factores cuando trabajan juntos.
Knowledge@Wharton: Si las acusaciones contra Madoff resultan ser ciertas, este esquema ha perdurado más que la mayoría de los esquemas Ponzi. ¿Cómo ha sido Madoff capaz de lograr esto?
G. Richard Shell: Hubo un fallo en la regulación. Parece ser que ahora está siendo investigado en el Congreso. Y este esquema en particular ha sido excepcional, ya que el autor de la estafa ha timado tanto a reguladores como a inversores. La autoridad que este sujeto tenía, tal y como explicaba previamente el profesor Schweitzer, fue en parte responsable de todo esto; Madoff es uno de ellos. Cuando has sido presidente del NASDAQ los reguladores consideran que “perteneces al sistema”. Cuando no existen señales evidentes y visibles de fraude, es muy difícil darse cuenta de ello. Y luego empezó a crecer sobre sí mismo, de tal forma que a medida que fueron pasando los años fue ganando en credibilidad. Creo que en retrospectiva parece muy fácil detectarlo porque era una fórmula secreta. No se lo reveló a nadie. Hubo unas cuantas personas que decidieron no invertir porque no podían ver de dónde procedía el dinero. Ahora pensamos que fueron muy inteligentes. Pero en aquél momento, cuando tuvieron la oportunidad delante de sus narices, posiblemente parecían idiotas. Parecían excesivamente prudentes. Había mucha gente inteligente que estaba invirtiendo. Así, en mi opinión, la magnitud de este caso tuvo que ver con la capacidad de Madoff para engañar al sistema regulador y, al mismo tiempo, estafar a los inversores. Es un doble golpe muy difícil de lograr a lo largo de un periodo de tiempo o en diversos mercados.
Knowledge@Wharton: ¿No recibió Madoff en el fondo cierta ayuda de los resultados que estaba obteniendo el mercado en aquellos momentos, cuando realizaba estas operaciones?
Shell: Sí, bueno, se puede decir que sí pero en diferentes momentos temporales. Los mercados subieron pero también bajaron. Madoff sobrevivió a la burbuja punto-com. Hay cosas que ahora parecen obvias; a sus clientes les informaba sobre intercambios de opciones para un solo cliente, cifras de transacciones que supuestamente él realizaba, que superaban la cifra de las transacciones realizadas durante todo el día. En retrospectiva todo parece muy evidente. Pero los clientes no compartían sus informes entre sí. Y tal y como el profesor Schweitzer comentaba, esta especie de deseo de creer puede ser muy, muy poderoso. No quieres darte cuenta de las evidencias que son contrarias a tus creencias. Debes cuestionar o rechazar tantos supuestos sobre cómo es tu vida o tus amigos que el precio a pagar es demasiado alto, tanto cognitiva como emocionalmente. Así que simplemente recibes el informe, lo pones encima de tu mesa y te olvidas de él.
Knowledge@Wharton: ¿Existe algún modo de que los inversores superen dichos instintos? ¿Existen medidas que la gente pueda adoptar para protegerse a sí mismos de este tipo de desastres?
Schweitzer: Creo que en esto caso existen algunas ideas típicas. Una de ellas es el principio básico de la diversificación. Algunos inversores se olvidaron de esta premisa cuando pusieron todos los huevos en la misma cesta. Obviamente deberíamos diversificar nuestras carteras. La segunda, tal y como señalaba el profesor Shell, es la supervisión, donde existen ejemplos de gestores de inversión –como el gestor de GMAC-, que cobró comisiones a otros para invertir dinero con Madoff sin ningún tipo de supervisión. Y la tercera es buscar señales siempre. A veces, cuando los rendimientos son demasiado buenos como para ser ciertos, efectivamente son demasiado buenos para ser ciertos. El profesor Shell mencionaba la falta de transparencia. Estoy totalmente de acuerdo. Y la falta de independencia de las auditorías, de crucial importancia. Es fácil verte arrastrado, verte arrastrado por la multitud. Pero éstos son los principios básicos que se deberían seguir.
Shell: Toda estafa o esquema Ponzi tiene su razón de ser: la avaricia. Incluso Benjamin Franklin, fundador de nuestra universidad, cuando volvía a Estados Unidos para fijar su residencia en Filadelfia y hacer todas las cosas extraordinarias que hizo; bueno pues Franklin escribió durante el trayecto de vuelta en barco una nota con cuatro principios para que le sirviesen de guía en la vida. Y uno de ellos era: “No ser engañado por estratagemas para hacerse rico rápidamente”.
Esto fue en 1760. Creo que podemos afirmar que existe cierto impulso a superar los resultados del mercado; y además hacerlo de modo que se resuelvan nuestros problemas financieros de un solo golpe -que es el típico esquema Ponzi, con rendimientos del 100%-, o a lo largo de un periodo de tiempo más largo. Pero sin embargo se hace de un modo muy diferente al funcionamiento de los mercados reales, que es lo que Madoff ofrecía. Pero no debes fiarte para nada de dicho impulso. La gente se acostumbra rápidamente al hecho de que existan riesgos, y se acostumbra al hecho de que probablemente el trabajo cree más riqueza que las inversiones financieras.
Knowledge@Wharton: No obstante, al final se trata de la sensación de confianza. La inversión más transparente sigue necesitando que el inversor tenga cierto nivel de confianza con quienquiera que esté haciendo negocios. ¿Van los mercados a verse perjudicados por ésto?
Shell: Creo que sí.
Schweitzer: Desde luego que sí. Se pone en marcha un proceso en el que hay otros inversores que ahora van a confiar menos en los gestores de fondos y de inversiones que son legítimas y honestas. Se producirá una falta de liquidez, así que los mercados efectivamente se van a ver perjudicados por esto.
Shell: La verdadera tragedia en este caso es que existe un amplio conjunto de intermediarios que eran asesores financieros legítimos –que nosotros sepamos-, pero que cogieron el dinero invertido con ellos bajo el supuesto de que iba a ser diversificado. Y lo pusieron todo en manos de Madoff. Así, se han generado dos niveles de desconfianza. Uno es desconfianza en los modelos de fondos de alto riesgo que Madoff estaba gestionando. Y creo que, de todos modos, prácticamente todo el mundo se muestra escéptico ante los fondos de alto riesgo por el modo en que se han comportado los mercados. Pero lo que me resulta más difícil de vislumbrar es cómo vamos a recuperarnos, como Tremont Capital y otros que, aunque con diversos propósitos y objetivos, son gestores legítimos de dinero. Gente que de buena fe les dio el dinero y luego, sin consultarles, lo depositaron en este esquema Ponzi. ¿Cómo saber en qué asesor financiero podrás confiar en el futuro? Existen incluso marcas muy respetadas que están involucradas y que habían sido referencia para el individuo promedio. Así pues, creo que todo esto es un duro golpe para la confianza del inversor medio, que asume que cuando da su dinero a un inversor lo va a recuperar.
Knowledge@Wharton: Como comentaban previamente, ganar dinero normalmente supone trabajo. Así pues, es necesario confiar pero verificar los datos… antes de involucrarse en cualquier tipo de inversión. Se debe prestar atención a la marcha de tus inversiones y ver siempre documentos reales, para lo cual se debe hacer algo más que simplemente rellenar informes.
Shell: Creo que podemos aprender algunas lecciones de las pocas personas que decidieron no invertir con Madoff. Ben Stein escribió una columna en The New York Times hace unas semanas. Le habían ofrecido invertir con Madoff. Creo que … el método que aplicó fue muy bueno.
Es un tipo muy inteligente. Esta oportunidad se le había presentado hace 20 años. La estudió, se la presentó a dos asesores muy sofisticados y les preguntó su opinión sobre si debería o no invertir. Ambos la estudiaron. Como no les movía ningún interés personal –no eran asesores financieros, simplemente personas dando su opinión-, le dijeron: “Esto parece demasiado bueno para ser cierto. No soy capaz de imaginarme cómo funciona del modo que supuestamente funciona, así que yo me mantendría alejado”. Y eso fue lo que hizo. Creo que es un modelo muy bueno. Recibe asesoramiento financiero, pero no de partes que estén involucradas. No confíes exclusivamente en un asesor. Busca una segunda opinión del mismo modo que lo harías en caso de tener un problema médico. Y creo que las posibilidades de verte envuelto y engañado en uno de estos mecanismos disminuirán si buscas más diversificación no sólo en los activos, sino también en asesoramiento.
Schweitzer: Creo que uno de los daños a largo plazo que se derivan de este proceso es la necesidad de supervisión y segundas opiniones. Supone un coste para el sistema. Es una lata pero es claramente necesario. La confianza es como el lubricante. Hace que las transacciones sean más fáciles, rápidas y baratas. Aviva la economía y así podemos realizar intercambios. Hemos perdido parte de esa confianza. Ahora los costes van a aumentar. Hay más fricciones ya que ahora se necesita más due diligence (o auditoría interna). Creo que es necesario. Y de hecho se necesitaba antes de que ocurriese todo esto. Tal vez de todo esto se pueda extraer algo bueno: la vuelta a estos principios básicos de supervisión y diversificación.
Knowledge@Wharton: Mucho antes de que ocurriese todo esto, con los problemas de las hipotecas subprime, ya se había perdido mucha confianza.
Shell: Sí. En los últimos tres meses hemos dinamitado mucha confianza… no sólo en Estados Unidos, sino en todo el sistema capitalista occidental. Y a nadie debiera sorprender que, al final, irónicamente, en Estados Unidos una administración republicana haya sido el catalizador de la “europeización” de los mercados financieros estadounidenses. Y eso no va a cambiar. Ahora en los mercados financieros vivimos una situación europea. Ya no hay más bancos de inversión. Se trata de un nuevo modelo. Ya no hay tanta libertad. Y en mi opinión nos hemos pillado los dedos. Tendrá que pasar bastante tiempo antes de que la gente recupere el humor necesario para asumir riesgos. Volviendo a lo que apuntaba el profesor Schweitzer, un sistema social no puede funcionar sin confianza. Así pues, estamos condenados a, de algún modo, confiar los unos en los otros. Ahora bien, la cuestión es qué instituciones conseguirán que recuperemos esa confianza. Creo que las agencias de calificación van a cambiar. El modo de evaluación de las acciones e inversiones va a cambiar. La transparencia va a cambiar. Y las personas que tienen dinero para invertir van a ser más precavidas, vigilantes y van a cuidar de sus propios intereses.
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