Daba por hecho que el alcalde era Ángel Calvo, recientemente fallecido (de ahí mi reserva "cervantina", justo para no citar a una persona que no puede defenderse), pero ahora la duda me la traslada usted y he estado haciendo memoria. Como seguramente recordará, antes de que se instalaron las reproducciones de la Bañista y la Otaria la fuente estuvo presidida por la estatua del Hombre de Musgo, obra de 1987 realizada por Ricardo Martín Vázquez que fue trasladada a su emplazamiento actual frente al Parque de la Antigua; el autor la donó al municipio en 1988 y estuvo en La Corredera durante varios años, pero no he podido concretar la fecha en que la sustituyeron por las réplicas de Mateo (¿a mediados de los noventa?). Antes de ser ocupada por Hombre de Musgo, la misma fuente estuvo vacía durante mucho tiempo, con sus dos pedestales sin escultura alguna (ignoro si su autor la concibió así o se había previsto colocar algo encima). Antes aún, entre mediados de la década de los sesenta y hasta 1974, el lugar lo ocupaba otra fuente circular u ovalada con jardín de setos alrededor y juegos de agua con potentes chorros cuya hermana pequeña se encontraba en el Parque Municipal, sustituyendo a su antiguo templete y, a su vez, sustituida por el feo templete actual. Volviendo a la plaza, todavía se puede rastrear otra obra efímera en uno de sus centros, la torreta con reloj y publicidad luminosa que puso allí el Ayuntamiento en 1922, derribada en 2024, y que la coña bejarana ya se ocupó de bautizar como "Menumento", "Manolito" y "Torre infiel". Antes de ese engendro, tan sólo una farola. La culminación del proceso, por ahora, es la horrorosa mastaba oblonga –y carísima– que quiso darse Alejo Riñones como homenaje al terminar agosto de 2018. Entonces brindé por que esta nueva aberración fuera su tumba política y así fue: pocos meses más tarde le tocaba bajarse del trono, pero dejando a la bejaranía semejante cagarro. Mas como la sombra alejil es alargada, todavía le dio tiempo para una penúltima maldad: en enero de 2019, su bobierno municipal reinstalaba las réplicas de Mateo en el lugar donde siguen traicionando la memoria del escultor, las escaleras de acceso al museo que lleva su nombre. Y regresando a su duda, que hago mía, sólo puedo decir que recuerdo muy bien la simulación que le encargaron desde el Ayuntamiento a un amigo mío (cuyo nombre no olvido, pero que tampoco diré); fue a mediados de los noventa, cuando me mostró la recreación virtual que estaba realizando con fotos de la Bañista y la Otaria sobre la fuente, pues el Ayuntamiento quería prever el resultado antes de gastarse los duros. Le dije que se estaba equivocando con la escala y que la Bañista resultaría mucho menos llamativa de lo que mostraba (había escalado la imagen de la escultura, de dos metros escasos, al tamaño del Hombre de Musgo, que tiene tres). El prurito del encargo me parece más propio del PSOE de Ángel Calvo que de la improvisación del PP de Alejo, pero no tengo más datos. Desde luego, las réplicas ya estaban instaladas en 2003 (tengo foto de esa fecha) y las recuerdo varios años antes de 2001, cuando me trasladé a Segovia, pero el cambio de Gobierno municipal entre Calvo y Riñones se produjo en mayo de 1995. Si alguien puede aclararlo, que lo diga. En cuanto a la forma de desfacer el entuerto alejil de 2019 (sigo pensando que el anterior lo cometió Ángel Calvo), podría ser la que usted dice, fundir las réplicas, pero costaron un dineral del erario público y tal vez bastaría con no exhibirlas en la calle, sino guardarlas en un almacén municipal: imagine que por un mal sino la Bañista de piedra quedara hecha pedazos (cosas más raras se han visto en Béjar y en Spain); en tal caso, la réplica tendría algún sentido como recuerdo y sucedáneo de la escultura original. Y perdón por extenderme tanto. José Muñoz Domínguez