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Asistimos diariamente impasibles al final de la cultura occidental
Por Antonio Sobral
En esta sociedad llamada occidental, en un proceso acelerado de integridad multicultural, trata de crear la Aldea Global. Con un modelo económico basado en el libre mercado de la oferta y la demanda, que a su vez mantiene el llamado estado del bienestar, donde los servicios sociales están garantizados para sus ciudadanos, y para quienes desde otros continentes se trasladan en una trashumancia humana sin precedentes y sin mecanismos eficaces para su control, que limite su afluencia en lo que un país puede acoger, no en el plano de la “buena voluntad” sino en la vulgar necesidad de subsistencia para nativos y foráneos, entendiendo que si se agota la riqueza, se termina para todos.
Quienes vienen ante la hambruna y necesidades vitales que tienen en su país, no necesitarían hacerlo si, en primer lugar, no les robáramos su riqueza en materias primas. Si no les vendiéramos armas para que los cafres de sus mandatarios los tengan bajo su dictadura. Si los ciudadanos de estos países lucharan por cambiar el sistema que los oprimen. Si los países que forma Naciones Unidas, la ONU, etc. no tomaran las decisiones por lo que les dictan los países con intereses en ellos.
Los elementos y componentes que hacen funcionar cualquier orden colectivo están en el equilibrio de las distintas fuerzas que intervienen en él, cuando este precepto se altera, el resultado se trastorna y desemboca en el hundimiento de cualquier orden.
La interrelación o simbiosis entre estructuras organizadas actúan entre sí, intercambiando lo que unos necesitan de los otros, sin esta premisa es quimérico cualquier plan, así funciona desde una estructura viva, por pequeña que sea, hasta la organización del cosmos.
No es humanista ni solidario plantear esta teoría, porque se entiende que debemos atender a todo aquél que necesite ayuda, sin otro planteamiento o consideración, y como nadie quiere pasar por insolidario o desaprensivo, se pide a los organismos públicos
(deben pensar que esos fondos vienen del cielo) que los atiendan, siendo descalificados aquéllos que muestran rechazo de estas actuaciones, entre otros por los medios de comunicación que nos bombardean diariamente con mensajes subliminales de lo que somos, podemos y debemos hacer, entendiendo que nuestras capacidades como sociedad son infinitas, pudiendo atender cualquier necesidad, siempre que salga de los presupuestos generales, eso sí; lo de cada ciudadano es limitado y, por lo tanto, no susceptible para ayudar al necesitado.
Con estas y otras consideraciones estamos caminando hacia el caos de una sociedad que, como el Avestruz metiendo la cabeza en la arena, piensa que no viendo el peligro éste no existe. Y así, sin ser conscientes de este caminar sin rumbo, el futuro parece que no tiene una perspectiva positiva, más bien un agujero negro.
Los recursos que tenemos los utilizan para fines políticos, como crear Fundaciones, Asociaciones, Empresas semi-públicas, …. para colocar personas afines a su partido que mantengan su tropilla de adeptos, aunque éstos sean unos inútiles e ineptos potenciales en los cometidos que hipotéticamente les encomiendan sus mentores.
Analizando su trayectoria, observamos cómo han dilapidado cientos de millones de euros durante años, en obras que después de varios años están sin concluir, y que en la mayoría no tienen utilidad alguna, que salieron de las mentes calenturientas de unos necios, que como fin tenían ganar las elecciones.
Proyectos, Cursos y Actuaciones que, más que enseñar, terminan por crear una mentalidad donde se mezcla el concepto del trabajo con pasar el tiempo.
Cursos de lo más variopintos, que por su definición podrían pertenecer a un chiste de Forges, como; “Curso para Expertos en Explotaciones Caprinas en Béjar“.… y otros que se tienen en cartera, como “Estudio para el Análisis de la Capacidad Reproductora del Macho de la Rana del Río Cuerpo de Hombre” y como no es posible cuantificar estas prácticas y necesarias actuaciones, después de décadas aún estamos esperando sus resultados, seguiremos intentando creer en sus bondades con cara de idiotas, esperando unos puestos de trabajo cómodos y remunerados al igual que el de los que organizan, todo esto, con comidas, saraos y otras actividades lúdicas, muy necesarias para entender todo lo que nos han enseñado.
Y a la vez, centros de auténtica investigación sin presupuesto. Estudiantes brillantes sin medios económicos para poder estudiar con garantías. Hospital desmantelándose por falta de fondos. Empresarios que no reciben de las administraciones públicas el dinero que se les debe, arruinando sus actividades, etc.
Estamos rodeados de miles de hectáreas fértiles sin actuaciones para ponerlas a producir, como ejemplo, las miles de hectáreas de castañares que nos rodean desde La Hoya hasta Hervás, pasando por la zona de Montemayor, El Cerro, Lagunilla y Peñacaballera, que producirían millones de kilos de castañas, alimento básico, y a la vez producto muy apreciado como “delicatessen”, que a su vez necesita mano de obra e infraestructuras para su transformación, sin contar con el beneficio para la apicultura, el ecológico y el turismo, (Imaginan toda esta superficie con la floración de las candelas) algo que tienen en el Valle del Jerte, con las Cerezas, que para quien desconozca cifras y datos, les damos los siguientes: Una hectárea dedicada a los Castaños produce económicamente aproximadamente 2,5 veces más que la del Cerezo, entre otras cosas por ser un producto menos perecedero, un periodo dilatado en el tiempo para su comercialización y ser más limitado el suelo donde se ubica.
Quien recibe parte del beneficio de la riqueza que genera la cereza es la cabecera de la comarca, Plasencia, lo que ocurriría en Béjar, con la Castaña.
Todo ello necesita voluntad, pidiendo a los políticos que se impliquen en proyectos donde los resultados serán a largo plazo y el trabajo arduo.
Las administraciones públicas, cuando les hemos propuesto ocuparse de estudiar estos proyectos, se escudan en que estos terrenos pertenecen a particulares, evadirse de esta forma tan simple demuestra la pobreza de espíritu y la capacidad de negociación de nuestros mandatarios, porque si ello es una fuente de riqueza, los primeros en recibirlo serían los propietarios.
Todo ello necesita de personas con capacidad de gestión, con dotes negociadoras, técnicos agrónomos independientes, ayudas de las administraciones públicas, y cómo no, propietarios con mentalidad abierta en pertenecer a un colectivo que desarrolle un proyecto común.
Nuestros hijos tendrían futuro, así como las generaciones venideras.
Nota: La mayoría de los castaños que nos rodean son los brotes del castaño original, no útiles para la producción de la castaña.
Próximamente presentaremos un estudio pormenorizado de todo el proceso que necesitaría esta actuación.
UPS
Agrupación Independiente Béjarana.
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