Vista parcial del públicoEl Casino Obrero, lleno hasta la bandera, presentó esta noche el audiovisual “365 miradas a una ciudad”, que recoge fotografías de Béjar –una por cada día del año— realizadas por cinco bejaranos profesionales de la cámara: Julián Mateos, Ángel Elices, Eloy Díaz, Luis Martín y Jesús Arana sobre una idea del director del Ateneo Cultural, el Dr. Luis Rodríguez.

El público asistente fue la prueba más elocuente del interés prestado por los bejaranos a la proyección del audiovisual, un sencillo montaje de fotos dividido en cuatro tiempos o lo que sería casi lo mismo, en las cuatro estaciones del año.

Esa amplia muestra de cinco autores podría valorarse como un documento gráfico sobre el transcurso del presente año en la ciudad y un legado de Béjar a sus futuros habitantes, tal como expresara el Dr. Rodríguez. En ella se mezclan las fotografías netamente artísticas y de gran vuelo formal con las informativas de contenidos puntuales y referidas a absolutamente todo lo que fue noticia en Béjar durante el año 2010. Es, por tanto arte y periodismo enlazados por su único tema. Las primeras, exquisitas, imaginativas, técnicamente impecables, presentan al espectador una imagen de la ciudad y su entorno natural ya procesada como arte y no como simple realidad. Las segundas, a veces en secuencias, tienen el dinamismo y el “ojo” del fotógrafo para la noticia sin palabras, siguiendo la máxima de que una imagen vale más que mil de ellas.

Una muestra tan extensa no puede dejar de tener sus altas y sus bajas a pesar de la excelencia del conjunto. En general, las imágenes reiteradas o demasiado parecidas en algunas de las diferentes partes del audiovisual fue lo más notable en ese sentido. Tampoco resultaron muy felices algunas de las secuencias, llamémosles informativas, por la edición de fotos excelentes con otras menos logradas que las complementaban. Por otra parte, la masividad acentuó las diferencias formales y conceptuales de la muestra, que pudo ser mucho más homogénea... si el año fuera más corto.

No obstante el mérito de esas 365 miradas a Béjar es innegable, así como el trabajo de los fotógrafos para lograr verla desde todos sus ángulos. Es el regalo de Navidad del Casino Obrero que los asistentes, y los bejaranos en general, quisieran conservar en sus casas para los que, por no haber llegado, aún no tienen noticias de ella.