Bajo licencia de Creative Commons.
...y 3: El Jardín de la Solana
Finalizamos con esta crónica la descripción del Jardín de La Solana, en la que hemos tratado de demostrar que no se merece el destino de la piqueta y sí la incoación de expediente para ser declarado BIC.
La segunda terraza, situada a un nivel más inferior, está separada de la primera por un muro, de altura variable, entre 2 y 3 m. Está cubierto casi totalmente con hiedra (Hedera helix).
En el extremo más oriental de este muro, cercano a la entrada al jardín, se encuentra un pequeñísimo mirador hecho con una balaustrada de hierro sobre una base circular, tallada, de granito. Es más un elemento decorativo para verlo desde el plano inferior de la segunda terraza que un lugar de contemplación del entorno desde la primera terraza, ver foto 22.
Como ya se ha descrito anteriormente, a la segunda terraza se puede acceder desde la primera, que está más elevada, de dos maneras: a través del camino en rampa apergolado, por el fondo oeste del jardín ó a través del camino escalonado junto a la puerta de entrada, en el lado este.
Al llegar a la segunda terraza el ambiente cambia radicalmente, se llena de luz porque, en este lado sur de la propiedad, el muro perimetral apenas se eleva unos centímetros del suelo, facilitando la exposición completa al entorno de la terraza.
De esta manera, toda la masa impactante y espléndida del bosque de castaños, que cubre el monte situado enfrente, se captura con la vista, se convierte en parte del jardín que ve cómo sus límites se amplian y ensanchan con este artificio, además de conseguir una mayor diversidad de color a lo largo del año.
El diseño también es diferente, es más formal. Hay simetría en la disposición de los elementos y una poda más geométrica de las plantas. En posición central, se ha dispuesto un cenador magnífico con dos parterres elevados a cada uno de sus lados, plantados con vegetación baja recortada. Ver fotos 22 y 23.
Desde esta posición se observa y contrapone el “sin orden” natural del bosque, territorio inquietante, en la ladera opuesta y el “orden” del jardín, dominio placentero y seguro del hombre.
La pequeña vegetación de los parterres laterales sirve para enmarcar una fuente con dos vasos a distinta altura y una estatua. Estos elementos están situados cada uno, a su vez, en el centro de cada parterre. Delante de todo ello discurre un espacio rectangular tapizado de césped que al conectar el paseo del fondo con el camino escalonado, provenientes de la primera terraza, cierra el espacio circulatorio del jardín. La continuidad lineal y cromática creada por el césped sirve además de alfombra suave y de unión de los tres tramos de esta terraza: los dos parterres laterales y el cenador central.
El cenador es el elemento más destacado del jardín por sus dimensiones, por su porticado, por los materiales nobles empleados en su construcción, su emplazamiento central sobre el que pivota el diseño de esta parte del jardín, los ejes de perspectivas que crea dentro de la terraza, por el lugar de contemplación y apropiación del paisaje que genera y por su buen estado de conservación. Evoca en su forma y emplazamiento al de jardines históricos muy reconocidos, ver foto 25, quizás pudiera ser un elemento preexistente al jardín de la Solana.
Otros elementos decorativos destacables en la segunda terraza, son los situados en ambos centros de los dos parterres laterales al cenador:
1. Estatua de bronce, que representa a un muchacho con el brazo derecho en alto para lanzar lo que parece una manzana, mientras que en la mano izquierda guarda otras dos (en cuyo caso es muy probable que sea una representación de Hipomenes lanzando una de las tres manzanas del jardín de las Hespérides que le dio Venus para ayudarle a conquistar a Atalanta), ver foto 30.
El origen de la estatua de bronce está por documentar, pero según la información transmitida oralmente entre las generaciones de la familia que es ahora propietaria del jardín, se cree que procede del Parque de El Capricho de Madrid tras la subasta de los bienes de su propietario, el duque de Osuna que también lo era de Béjar, vínculo que hace verosímil el dato sobre la procedencia. El Capricho fue una finca de recreo de la familia Osuna, que ahora es propiedad del Ayuntamiento de Madrid y está declarada Bien de Interés Cultural.
2. Fuentecilla de granito de estilo italiano. Ver foto 31.
Los elementos vegetales más reseñables plantados en esta zona, por su porte y edad, son dos ejemplares de magnolio (Magnolia grandiflora), uno de la Palma de Fortune (Trachycarpo fortuneii), un durillo (Viburnum tinus) y un pequeño camelio (Camelia japonica).
ANEXO 1. Listado de árboles, arbustos y trepadoras del Jardín de la Solana.
Buxus sempervirens
Camellia japonica
Crataegus monogyna
Cupressus sp.
Euonimus japonicus
Hedera helix
Ilex aquifolium
Laurus nobilis
Lonicera sp.
Magnolia grandiflora
Populus sp.
Rosa sp.
Robinia pseudoacacia
Syringa vulgaris
Thuja orientalis
Trachycarpo fortuneii
Viburnum opulus
Viburnum tinus
- Aplaudo tu iniciativa. Y el
hace 2 días 10 horas - Líbreme San Apapuncio de
hace 2 días 16 horas - El caso es criticar. Yo soy
hace 2 días 20 horas - ¿Es usted un técnico
hace 3 días 6 horas - No hay que quedarse con el
hace 3 días 8 horas - Régimen del 78 y eso qué
hace 3 días 9 horas - El mismo entusiasmo que pone
hace 3 días 14 horas - Un trazado de 1890 en
hace 3 días 16 horas - En lugar de preocuparse por
hace 3 días 16 horas - Desigualdad territorial se
hace 5 días 2 horas
Como dejen que esto se tire no tienen perdón, aunque dicen que la incultura es muy atrevida...
En Béjar creo que hay suficientes personas cultas y responsables como para oponerse a los depredadores del urbanismo que utilizan a los gobernantes locales como marionetas al servicio de sus intereses. Si los alcaldes no defienden los intereses generales, para eso está la sociedad civil. No es necesario que reclamen asociaciones o grupos, pues en materia de urbanismo cualquier ciudadano individualmente puede recurrir a los tribunales en defensa del bien común, y siempre habrá algún abogado de fuera de Béjar que esté dispuesto a ayudar. En El Tremedal fueron los ecologistas los que prestaron ayuda a los vecinos contra los atropellos de Montero, y pienso que en el caso de Béjar también lo harían. Es evidente que cuando no funcionan los mecanismos internos de control, hay que acudir a los externos, que son los tribunales de justicia; primero, al Tribunal Superior de Justicia y si éste no responde adecuadamente por presiones o intereses, está el Tribunal Supremo, el Constitucional o incluso el Europeo, pero no se debe consentir que cualquier especulador que seduzca a los dirigentes locales arrase con el patrimonio colectivo de generaciones.
Lo que no se puede hacer es refugiarse en la pasividad y el victimismo, entreteniéndose en repartir culpas entre el anterior alcalde del PP o de éste del PSOE, pues no hay ninguna diferencia, ya que ambos han hecho dejación de sus obligaciones de defensa de los intereses colectivos. A la vista está La Condesa, que entregaron suelo municipal sin haber cobrado el precio y sin asegurar el cobro inscribiendo la deuda en el Registro de la Propiedad. Tampoco han reaccionado a la vista del error cometido, pues los actuales propietarios, además de no pagar, han conseguido llevarse dinero a costa de las parcelas, mediante un préstamo con garantía hipotecaria que grava dichas parcelas. ¿Cómo piensa cobrar el Ayuntamiento los dos millones y medio de euros, de una sociedad que sólo responde con el capital social y con todos sus bienes hipotecados?
La respuesta es sencilla: no piensan cobrarlos. Si alguna vez hubieran tenido intenciones de hacerlo, habrían hecho bien las cosas desde un principio. Nadie se queda sin pagar un impuesto municipal. Tienen los mecanismos para mandártelo con recargo y con amenaza de embargo y otras posibles consecuencias legales. En cambio, no tenemos noticias de que a esta gente se les haya reclamando por ningún tipo de vía. Conclusión: nos están tomando el pelo. Les han hecho un buen regalo a un par de ellos o tres, no a cualquiera, y eran perfectamente conscientes de lo que hacían; detalles como esos no se escapan así como así. ¿Se les pasa poner multas en la zona azul, por ejemplo? ¿Se les ha olvidado,acaso, este año poner al cobro los "arbitrios"?. No veo yo que, económicamente, al Ayuntamiento de Béjar se le pase el pequeño detalle de cobrar algo. Mucha casualidad iba a ser que no se dieran cuenta de cobrar tan importante suma cuando vendieron.
Puede ocurrir también que Montero esté prometiendo el pago, para que el Ayuntamiento no haga nada, pero a condición de que le faciliten otra cosa, como construir en La Solana, enredando una cosa con otra, y obligar al alcalde a solucionar un error cometiendo otro error mayor, y así sucesivamente. Es muy típico de esta gente, ir encadenando un asunto con otro en una espiral sin fin. Los políticos, en vez de ir resolviendo asuntos, se dejan embaucar por la charlatanería, y al final, los especuladores son los que mandan.
La verdad es que se nos toma el pelo descaradamente y se piensan que somos tontos. Mi propuesta es que las Asociaciones de Vecinos deberían hacer algo, (se me olvidaba que el presidente de las asociaciones de Béjar trabaja en Premisa). Lo tenemos claro en Béjar, todos son los mismos perros con diferentes collares.
Enviar un comentario nuevo