Florentino Hernández Girbal en su despachoLa actividad política que Florentino desarrolló durante la guerra civil cambió, marcó y condicionó durante muchos años su vida, después de que terminara la contienda con la victoria del bando fascista. En la pequeña revisión documental que he realizado, sólo he encontrado escritos que prueban que, antes de la Guerra Civil, Florentino era miembro de U.G.T. y de la Logia Matritense nº 12, pero hay otras referencias que sugieren que además debió militar en el PCE, por lo menos durante la guerra.

La primera “pista” sobre la posible militancia de Florentino en un partido político, la encontré en un artículo de don Antonio Avilés, director del “Museo Judío David Melul” de Béjar y miembro del CEB, en el que escribe que Hernández Girbal fue miembro de la Asociación de Intelectuales Antifascistas y que trabajó para la “Sección cinematográfica” de la revista “Altavoz del Frente” durante nuestra guerra civil.Sierra de Teruel “Altavoz del Frente” fue, como se puede leer en una de sus editoriales, “una revista para el pueblo español en armas, .... tiene el propósito de aportar nuevos elementos de información, de esclarecimiento de los problemas, de educación al frente y a la retaguardia.....”.

La revista dependía del Subcomisariado de Propaganda del Ministerio de la Guerra del gobierno de la República, que creó este “organismo” porque la propaganda fue un instrumento fundamental en la contienda para todas las partes que intervinieron en ella. Baste decir que sólo la Filmoteca Española tiene actualmente censados 889 títulos realizados durante estos tres años de nuestra historia. El “Subcomisariado” produjo documentales, como “España leal en armas” con guión de Buñuel, y películas argumentales, como “Sierra de Teruel” de André Malraux.

La segunda “pista” sobre una militancia de Florentino es el hecho de que formara parte del consejo de administración de la productora “Film Popular” en 1937. Esta empresa fue la productora que creó el PCE en la guerra. En poco tiempo, “Film Popular” se destacó por su labor informativa y propagandística. Realizaba la edición periódica del noticiario “España al día”, con versiones en inglés y francés. También produjo reportajes y documentales propagandísticos y distribuyó producciones propias y ajenas como largometrajes soviéticos, que se exhibían en convocatorias multitudinarias con celebración de mítines y debates a propósito, así como distinto material producido por la Subsecretaría de Propaganda del gobierno republicano.

Si esta suposición sobre la pertenencia al PCE de Hernández Girbal es cierta, resulta curioso que durante la guerra civil, fuesen dos de nuestros paisanos los que estuvieran en la dirección de los aparatos de información y propaganda de este partido; Jesús Izcaray en prensa escrita y Florentino Hernández en cine.

Fuese militante de un partido político o no, la actividad desarrollada por Florentino durante esos años de lucha, causó su detención al final de la guerra. El bando fascista vencedor le juzgó en ese momento por “delito de adhesión a la rebelión” y le condenó a 30 años de cárcel, pena que le fue conmutada hacia 1942 por otra de 12 años. Esta condena la cumplió entre la cárcel de Alcalá y el penal de Ocaña, lugar en el que el señor Avilés cuenta que Florentino coincidió con Miguel Hernández, con el que mantenía ya una cierta amistad porque Alberti los había presentado un año antes de acabar la guerra, durante la participación de ambos en actos organizados por “Altavoz del Frente”. Entre el archivo personal de Hernández Girbal donado al Casino Obrero de nuestro pueblo, se encuentran algunas cartas que se escribieron posteriormente la viuda de Miguel y Florentino.

Los años siguientes de Hernández Girbal, hasta aproximadamente 1955, fueron un sinvivir y un peregrinar entre cárceles y clandestinidad.Expediente FHG Florentino permaneció desde el final de la guerra hasta el 19 de marzo de 1943 en prisión, fecha en la que fue puesto en libertad condicional. De las copias de varios documentos cruzados entre distintas comisarías y juzgados del “Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el Comunismo” que he podido leer, deduzco que después de esa primera salida de la cárcel de Alcalá de Henares en 1943, debió pasar a la clandestinidad porque en octubre de ese año está declarado en “busca y captura”.

Hacia 1944, se le debió detener de nuevo porque, en enero de 1945, una comisaría informa a un juez, que está indagando sobre él, que Florentino se encuentra en ese momento en la prisión de Ocaña. Después de esa fecha, debió salir otra vez o escaparse, ya que en 1946 el “Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el Comunismo” abre una causa contra él para juzgarle de nuevo, esta vez por “masón”, y lo tiene que hacer “en ausencia” porque no le encuentran. De nuevo pasa a estar en “busca y captura”.

En octubre de 1959, la represión aparece en su vida una vez más: una comisaría de Barcelona “localiza” a Florentino, domiciliado en la calle Maragall nº 132 y 134 de esa ciudad y pregunta, al juzgado correspondiente, si todavía le está buscando. El juzgado nº 3 del conocido T.O.P. responde que sí y Florentino es citado finalmente para el 2 de febrero de 1963 en Madrid, ciudad a la que se había trasladado a vivir en noviembre del 59.

Ese día de 1963, Hernández Girbal, confirma en su declaración en el juzgado que efectivamente ingresó en la logia masónica, pero que no tuvo ningún cargo en ella y que había ingresado “..... por su deseo de conocer interiormente esta Secta de tanta preponderancia en la vida española durante el siglo diecinueve por afán puramente investigador y literario....” y que “... antes del Movimiento no pertenecía a partido político alguno, pues únicamente estaba dedicado a la literatura....”. En vista de lo cual, el juez decretó unos días después, en concreto el 11, que “... considerando las circunstancias del caso y la falta de peligrosidad del encartado........ se le declara en libertad provisional, con la obligación de presentarse en este Juzgado cuantas veces fuere llamado.....”. Con este episodio, veinticuatro años después de acabada la guerra, se cerraron las cuentas de Florentino con la “justicia franquista”.

Durante todos estos tristes años, María Iglesias, mujer de Florentino, le brindó su apoyo continuo y le proporcionó soporte económico, animándole constantemente a que reiniciara al menos su tarea literaria. En 1956, Hernández Girbal retomó sus colaboraciones periodísticas con nombre supuesto, escribiendo sobre temas musicales e históricos para las revistas “Ritmo” e “Historia y Vida”.

A la vez que inició la actividad periodística, Florentino reanudó también la investigación biográfica, trabajando en las vidas de diversos personajes que publicó en los años sucesivos. La lista de títulos que sacó a la luz, es la siguiente:

• En 1963 la biografía del Marqués de Salamanca, titulada “José de Salamanca (el Montecristo español)” , y la primera parte de “Bandidos célebres españoles”.
• En 1968 la segunda parte de “Bandidos célebres ......”.
• En 1971 “Amadeo Vives (el músico y el hombre)”.
• En 1979 “Adelina Patti (la reina del canto)”.
• En 1985 “Juan Martín “El empecinado” (Terror de los franceses)”.
• En 1992 “Federico Chueca (el alma de Madrid)” y la reedición de “Los que se fueron a Hollywood”.
• En 1994 el primer volumen de “Cien cantantes españoles de Ópera y Zarzuela”.
• En 1997 el segundo volumen de “Otros cien cantantes......”.
• En 1999 “Personajes, amigos, recuerdos y añoranzas”.

José de Salamanca MayolPara la doctora Josefa Báez, investigadora de la obra literaria de Jesús Izcaray y autora de varios artículos sobre Hernández Girbal, las biografías escritas por Florentino “manejan la peripecia existencial desde una cierta intuición psicológica que admite alguna libertad en el relato, en el tratamiento, la selección y la presentación de los acontecimientos, ..........responden a historias desde la perspectiva de un artista de la palabra .............Procura en ellas claridad, profundidad, documentación – en ocasiones sin la poda indispensable -, establecer el marco ambiental, informar con estilo ameno y aparentemente conversacional; pero la mirada que rige todo este proceso es la un escritor que ama al personaje que estudia”.

El marqués de Salamanca fue quizás el personaje “más amado” por Florentino, la doctora Báez cuenta que una vez impreso el libro, Hernández Girbal llevó un ejemplar dedicado a Carlos de Salamanca y a su mujer, que en ese momento eran los que ostentaban el título del marquesado y los que le habían ayudado previamente en la recogida de material para escribir la biografía del que había sido su abuelo. El matrimonio le invitó a cenar y al final, le pidieron a Florentino el original autógrafo del libro con las correcciones y adiciones que había ido haciendo. Hernández Girbal así lo hizo y la obra desde entonces, quedó colocada en un estuche tallado de madera, que es como pasa a manos del nuevo marqués cuando hereda el título. La familia de José de Salamanca considera que es la mejor biografía escrita hasta la fecha sobre este curioso personaje.

Adelina Patti como "Marguerite" en Fausto. 1875En los últimos años de su muy longeva vida, Hernández Girbal fue recibiendo finalmente homenajes y reconocimientos a su obra, como la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, la del Ayuntamiento de Béjar y la insignia de oro del Grupo Cultural San Gil. Nombramientos como el de “Académico” de la Academia de Bellas Artes de Valladolid, “Socio de Honor” del Casino Obrero de Béjar, “Miembro” del Centro de Estudios Bejaranos e “Hijo Predilecto de Béjar”, y premios como el de la Diputación de Barcelona y el de la Sociedad General de Autores.

El 17 de junio de 2002, cuando Florentino cumplió 100 años, la biblioteca virtual “Miguel de Cervantes”, dependiente entre otros organismos de la Universidad de Alicante, le tributó un homenaje publicando en su página web su biografía, alguna entrevista con él e incluyendo en sus fondos la obra “Los que pasaron por Hollywood”, donde se pueden leer completas las entrevistas que realizó Florentino para “Cinegramas”. Creó además, una dirección de correo electrónico para la recepción de felicitaciones a Florentino, donde se recibieron, y hoy aún permanecen, las que enviaron numerosos catedráticos de las facultades de Ciencias de la Información de distintas universidades nacionales, directores de filmotecas, asociaciones de amigos de la ópera y profesionales del mundo del cine.

Hernández Girbal murió en Madrid, el 6 de agosto de ese año. En su despacho, al lado de la mesa donde trabajaba, tenía una bandera tricolor de la República de España. En su testamento adjudicó su biblioteca, con unos 8.000 volúmenes, a la Casa de la Cultura de Béjar, su archivo personal al Casino Obrero de nuestra ciudad y dos legados; uno para el I.E.S. Ramón Olleros, que lo va a repartir en unas bolsas de ayuda entre sus estudiantes, y el otro, de 60.101,21 euros, a la Agrupación Cultural San Gil de Béjar, “para que conceda un premio anual de 18.030,36 euros más la edición de una biografía de un bejarano ilustre de ayer o de hoy”. Bien estaría que se hiciera la suya para poder devolverle parte de lo que nos dio a todos los bejaranos.

Este artículo no lo habría podido escribir sin la documentación que me han facilitado el Sr. S. Velasco y la Sra. C. Hermosa. A ellos, al Sr. A. Avilés y a la Dra. J. Báez mi agradecimiento.