El jardín de la Solana está formado por dos terrazas rectangulares, orientadas longitudinalmente en sentido este-oeste, comunicadas entre sí por ambos extremos, está emplazado en la ladera sur de Béjar, lo que le permite gozar de una temperatura menos rigurosa y de una vista amplia y total del paraje al que se orienta: el monte del Castañar. El jardín está delimitado por un muro perimetral de mampostería, que alcanza distintas alturas según la cota del terreno, y que le separa del espacio del que forma parte, la antigua Huerta del Pino. Este espacio exterior mayor está también aterrazado, si bien la zona más oriental, en la que había huertas y alguna construcción, se encuentra hoy parcialmente cubierta de escombros (zona 3 de la Figura 1 y fotos 12 y 13).
Foto 12. La zona más oriental de huertas

Foto 13. La zona más oriental de huertas (3)
Figura 1. Plano del entorno y del jardín de la Solana (2)
La línea azul señala su muro perimetral. La cota 925 es el límite entre las dos terrazas.

El acceso al espacio dentro del que se ubica el jardín de la Solana, se efectúa por un portalón situado en el número 2 de la calle Colón, señalado con el número 4 en la Figura 1.

A través de dos tramos de una escalera con una balaustrada, se desciende hasta un descansillo situado más abajo, aunque en el mismo eje del portalón de la entrada, que coincide con el nivel de la terraza más alta del jardín. En esta parte del muro perimetral del jardín, que corre en sentido norte-sur en uno de los lados del descansillo, se abre un vano con una cancela hecha con bandas de hierro simulando una celosía. Al lado derecho del vano, en su parte exterior, hay una fuentecilla de piedra adosada al muro. Ver fotos 14 a la 17.
Foto 14. Muro con el acceso al jardín.
Foto 15. Vano de acceso al jardín.
Foto 16. Cancela de entrada al jardín.
Foto 17. Fuentecilla al lado de la entrada.

Pasando la cancela se entra en el extremo este de la primera terraza, situada en la posición más alta del jardín. La entrada, por su parte interior, queda cubierta por una cúpula vegetal formada por un gran ejemplar de laurel (Laurus nobilis) de muy amplia copa cuya guía está truncada por el peso de las nieves invernales.

Al lado izquierdo de esta entrada se inicia un camino escalonado, limitado por parterres laterales sobre muretes de obra, con ejemplares de boj recortados formando grandes bolos. El camino conduce a la segunda terraza inferior, ver foto 19.
Desde la entrada sólo se intuye la primera terraza del jardín hacia el frente, cuya longitud real es de aproximadamente 35 m. La profundidad queda falseada porque, desde la segunda mitad de ella, a lo largo de la pared norte, hasta el extremo final opuesto en el lado oeste, se ha alzado una pérgola metálica cubierta actualmente por enredaderas (Hedera helix y Lonicera sp.), formando todo ello un pequeño paseo, que además impide apreciar el tamaño total con claridad para sugerir un espacio mayor. El paseo, según se aproxima al límite opuesto, se convierte en una rampa que queda oculta por la pérgola y que conduce suavemente a ese lado de la segunda terraza, que, como ya se ha dicho, se encuentra a menor altura.

A través de estos dos caminos, que sirven también de elementos decorativos al añadirles una pérgola, un seto y unos parterres de obra, está organizada la circulación del jardín.
Foto 18. Camino longitudinal terraza 1ª.
Foto 19. Camino a la terraza 2ª.
Otro elemento muy significativo de la primera terraza es un pilón de granito con dos vasos de distinta capacidad. Está situado a la derecha de la entrada, pegado a la pared norte del jardín. Sus dimensiones son considerables con respecto al tamaño del jardín, aproximadamente 9 m de longitud por 1,5 de ancho y 0,80 de altura. En uno de sus ángulos se ha situado un surtidor-columna coronado por una copa, todo ello del mismo material, ver fotos 20 y 21. El vaso mayor sirve de aljibe para recoger el agua de riego del jardín y el más pequeño se utilizaba antiguamente de lavadero. El pilón se alimenta(ba) de las aguas de un manantial local que cuenta con una pequeña leyenda sobre las propiedades medicinales de sus aguas.
Foto 20. Pilón de granito de doble vaso.
Foto 21. Columna surtidor.
En esta primera terraza se encuentran plantados varios ejemplares de chopo (Populus sp.), un cedro (Cedrus atlantica) de unos 30 años, un acebo (Ilex aquifolium) de gran porte, un durillo (Viburnum tinus) y un seto de evónimos (Euonimus japónicus), que discurre paralelo a la pared norte, delimitando el camino a lo largo de esta terraza hasta llegar al tramo en el que discurre apergolado.

Al entrar, el conjunto es umbroso, de recogimiento, calma, serenidad y un cierto misterio. A ello contribuye el color del lugar, que viene dado por los distintos tonos del verde de las hojas de los árboles y arbustos, el tamizado de la luz directa del sol por los árboles, el verde del césped que cubre el suelo de la terraza y el gris obscuro de la piedra de la fuente, así como la quietud de su lámina de agua.