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19 Bejaranos ilustres: Doña Reparada Nieto Peral. Maestra.
Doña Reparada Nieto Peral nació el 14 de octubre de 1914 en Gallegos de Solmirón, un pueblo pequeño de la comarca de Alba de Tormes, cuyo territorio se extiende al sureste de la provincia de Salamanca en el límite con la provincia de Ávila. Los pueblos cercanos mayores son Piedrahita a 14 km, Guijuelo a 22 km, Puente del Congosto a 8 km y Armenteros a 8 km. Salamanca capital se encuentra a 60 km y Béjar a 39.
El entorno de este pequeño pueblo, la actividad y número de sus habitantes son totalmente diferentes al de nuestra ciudad. Gallegos está enclavado en una zona agrícola cerealista más bien llana, cuyos campos de labranza se consiguieron hace siglos por la roturación del encinar, del que aún quedan bosquetes aislados, testimonios de la antigua fronda. Los rasgos físicos comunes entre ambos pueblos los tenemos en la altura de los dos territorios (1.107 m Gallegos y 960 m Béjar) y, por tanto, en el frío del invierno.
Al final de la guerra, en 1939, se reunieron en Béjar, al amparo de una población que no les conocía, pero que les resultaba cercana y en donde había posibilidad de trabajo para todos. María y Reparada vieron la oportunidad de abrir un colegio privado para párvulos y, de esta manera, nació doña Repa y su escuela, figura y entidad muy respetada en nuestro pueblo al que todavía muchos de los bejaranos recordamos en la actualidad.
Esta población tiene actualmente 182 habitantes, pero como tantos pueblos castellanos ha sufrido una fuerte emigración desde la época en que Reparada nació y vivió en él. Según los datos del INE, en 1910, Gallegos de Solmirón tenía 1.078 habitantes de derecho reunidos en 338 hogares; es decir casi seis veces más que ahora. En 1939, año en que Reparada se trasladó a Béjar, todavía registraba una población en torno a los 1.000 habitantes. Béjar tenía en ese momento unos 10.000.
No tengo datos directos sobre la infancia y adolescencia de Reparada, pero por recuerdos de sus familiares debió transcurrir tranquila y feliz en Gallegos. Sus padres, don Wenceslao Nieto y doña Pilar Peral, formaron una familia numerosa como era habitual en esos años. Tuvieron ocho hijos, de los que ella era la segunda. Únicamente puedo contar de esta etapa en Gallegos que su padre era secretario del Ayuntamiento, al menos en 1936, y que, hacia 1932, envió a sus dos hijas mayores a Salamanca para que cursaran estudios superiores.
Hasta 1920, fecha en la que los secretarios se convirtieron en funcionarios del estado, eran agentes privados que desempeñaban funciones públicas, aunque estaban pagados por los ayuntamientos. Al igual que ahora, su responsabilidad era revisar la legalidad de lo que hacía este organismo, por ejemplo: preparar, incluso redactar, sus documentos legales (certificaciones, minutas, expedientes, actas...), anotar y firmar las resoluciones tomadas por esta institución, asistir a sus plenos para que se desarrollen conforme a derecho, etc. En los pueblos muy pequeños solían (y suelen) encargarse también del archivo y la contaduría.
El ejercicio de esta función no requería entonces diploma oficial, sólo estudios primarios. Por otra parte he constatado que en esa época, el puesto de secretario en este tipo de poblaciones, a falta de una persona de leyes, solía ser estar ocupado de forma interina por el farmacéutico, algún militar de carrera retirado o bien un artesano, negociante o hacendado del lugar. De esta “imagen” de los secretarios y del hecho de que don Wenceslao enviara a sus hijas a ampliar estudios fuera, deduzco que probablemente era una persona con formación académica, de mentalidad abierta, amante y creyente de la necesidad de educar a todos y con más recursos económicos que la mayoría de sus vecinos.
Así pues, hacia 1932, tenemos a Reparada y su hermana mayor María en Salamanca estudiando Magisterio en su Escuela Normal. Entre 1930 y ese año de 1932, se había producido en nuestro país una reforma universitaria, que fue trascendental al menos para Magisterio. Marcelino Domínguez, maestro, periodista y Ministro de Instrucción Pública de la II República, sustituido en 1931 por Fernando de los Ríos, junto con Rodolfo Llopis, pedagogo y Director General de Primera Enseñanza desde 1931 a 1933 (posteriormente secretario general del PSOE, al que desplazó Felipe González en el famoso congreso de Suresnes de 1974), diseñaron y pusieron en práctica un plan de estudios para los maestros, se les exigía el bachillerato superior más cuatro años de universidad, cursados en las Escuelas Normales.
El nuevo plan entró en vigor mediante la publicación de un Decreto el 29 de septiembre de 1931. Para estudiar en estas Escuelas Normales, además de tener el bachiller superior y un mínimo 16 años, se tenía que pasar un examen de ingreso específico con “numerus clausus”. Éste dependía de las vacantes de maestros que se producían ese año en la provincia donde se iban a cursar los estudios, de esta manera los alumnos tenían asegurado el empleo al terminar. Si se era admitido en la Escuela, se cursaban tres años, posteriormente se pasaba una reválida, cuya nota condicionaba el orden en la promoción, y luego se realizaba un año de prácticas. Después de estos cuatro años, si querían ingresar en el Cuerpo de Maestros del Estado, los ya titulados tenían que realizar un “Curso de Selección” de tres meses. En nuestro país, se pasó de 35.680 maestros en 1930 a 60.000 en 1936, porque los gobiernos republicanos tuvieron como objetivo prioritario aumentar el nivel de instrucción de la población.
El plan de estudios de 1931 para las Escuelas Normales comprendía las siguientes materias:
Primer curso
Elementos de Filosofía, Psicología, Metodología de las Matemáticas, Metodología de la Lengua y la Literatura, Metodología de las Ciencias Naturales y de la Agricultura, Música, Ampliación facultativa de Idiomas, dibujo, Trabajos Manuales y Labores, Trabajos Manuales, Prácticas.
Segundo curso
Fisiología e Higiene, Pedagogía, Metodología de la Geografía, Metodología de la Historia, Metodología de la Física y Química, Música, Ampliación facultativa de Idiomas, Dibujo, Trabajos Manuales y Labores, Trabajos Manuales, Prácticas (2).
Tercer curso
Paidología, Historia de la Pedagogía, Organización Escolar, Cuestiones económicas y sociales, Trabajos de Seminarios (1), Enseñanzas del Hogar, Trabajos de especialización (2), Prácticas (3).
Debido al inicio de la guerra, sólo salieron entre 2 y 4 promociones, según la provincia, que realizaran este nuevo plan de estudios. Por las fechas, Reparada debió pertenecer a una de esta escasas y selectas promociones. Además de esta reforma del plan de estudios de los futuros maestros, se les aumentó el sueldo a los que ya ejercían, convirtiéndolos en los mejores pagados de Europa, 3.100 pesetas al año en 1931 y 4.188 en 1936. Estos hechos contribuyeron a que gran parte de los maestros fuesen fervientes adeptos de la República; quizás, por eso, al final de la contienda, más del 33% del total de este conjunto de profesionales (maestros en ejercicio, profesores y estudiantes de las Escuelas Normales) fueron depurados, desde una simple sanción hasta la separación definitiva de la profesión, incluso algunos fueron asesinados, muchos encarcelados y otros forzados al exilio.
En julio de 1936, Reparada y María se encontraban realizando su “Curso de Selección” para incorporarse al Cuerpo de Maestros, pero tuvieron que dejarlo porque la sublevación militar que tuvo lugar el 18 de julio, repercutió de forma inmediata en sus vidas. Un día del siguiente mes de agosto, su padre, junto al alcalde de Gallegos de Solmirón, fue sacado a la fuerza del Ayuntamiento por gente que, al amparo de la barbarie y sinrazón generada por esta sublevación, se los llevaron a las afueras del pueblo donde los fusilaron. A día de hoy, sus familiares creen haber localizado el lugar donde sus asesinos los enterraron y reposan aún sus restos.
En muy poco tiempo y de forma violenta, la familia Nieto Peral pasó de una vida tranquila y normal, con unas expectativas de futuro prometedor para sus hijos, a ser unos proscritos en su ambiente y con su subsistencia sin asegurar. En estas circunstancias, las dos hijas mayores, con la carrera terminada, asumieron la responsabilidad de mantener al resto. Pidieron plaza en las escuelas del frente de guerra, a donde nadie quería acudir y, por tanto, nadie tampoco les iba a pedir mayores detalles sobre sus circunstancias personales.
Durante la guerra civil, Reparada y María estuvieron ejerciendo el magisterio de forma interina en las escuelas públicas de Lucillos y Santa Olalla en la provincia de Toledo, cerca de Talavera de la Reina, pudiendo trasladarse después a la de Horcajo de Montemayor. En esos mismos años, tres de los cuatro hermanos varones participaron en la guerra, dos en el lado sublevado y otro en la parte republicana. Las otras dos hermanas más pequeñas, se fueron a Béjar para trabajar en su industria textil y la madre, junto al hermano menor, permaneció en Gallegos.
Al final de la guerra, en 1939, se reunieron en Béjar, al amparo de una población que no les conocía, pero que les resultaba cercana y en donde había posibilidad de trabajo para todos. María y Reparada vieron la oportunidad de abrir un colegio privado para párvulos y, de esta manera, nació doña Repa y su escuela, figura y entidad muy respetada en nuestro pueblo al que todavía muchos de los bejaranos recordamos en la actualidad.
Ambas hermanas, con la ayuda de don José Hernández Manzanares, un abogado amigo de la familia, consiguieron la licencia de apertura de un colegio en una casa vieja de Barrio Neila, tan vieja que se les derrumbó en muy poco tiempo; pero de este mal trance también salieron adelante, al conseguir el traspaso del colegio de doña Irene Montánchez, en la calle de las Armas, por el que abonaron 2.000 pesetas. Alrededor de 1940, se trasladaron a su domicilio definitivo, la Plaza Mayor, donde permanecieron hasta 1979, año de la jubilación de doña Repa. María dejó la enseñanza mucho antes, al casarse al poco tiempo de llegar a Béjar. A partir de la fecha de su retiro, doña Repa se dedicó a disfrutar de su familia y a viajar con alguna amiga. Murió el 10 de octubre de 1993 de una cardiopatía. Ejerció el magisterio durante 40 años en nuestra ciudad.
El colegio de la Plaza tenía dos aulas con balconadas que daban al río, eran las habitaciones mayores de la casa donde vivía la familia. En ellas estaban dispuestos unos pupitres de cara al escritorio donde doña Repa se situaba, detrás había unas pizarras, colgadas de la pared. En el recreo, los niños bajaban a jugar a la Plaza. El horario de clases era el mismo que el de los obreros en las fábricas, al igual que el pago de su tarifa, que se realizaba de forma semanal después de que se cobrara el sueldo en el trabajo. Era un colegio mixto para párvulos, doña Repa les enseñaba a leer, escribir, los rudimentos de las primeras reglas de cálculo y nociones básicas de caligrafía, ortografía, geografía e historia. Poco a poco, fruto de los resultados que fue consiguiendo, se labró fama de muy buena maestra, lo que hizo que llegase a tener 50 alumnos. El nivel de preparación que consiguió que tuvieran, fue reconocido también por los colegios de enseñanza primaria de Béjar, en donde éstos ingresaban sin problemas ni pruebas para evaluar sus conocimientos.
Poco he podido saber de los métodos de enseñanza que utilizaba en su colegio doña Repa y del ambiente escolar que pudiera haber porque los antiguos alumnos, con los que he podido hablar, no recuerdan prácticamente nada debido a que eran muy pequeños (hasta los seis años) cuando asistieron a su centro. Podemos suponer que aplicó, en la medida de lo posible, todos aquellos conocimientos pedagógicos y nuevas teorías que recibió durante su formación en uno de los momentos más efervescentes y brillantes de nuestra historia cultural, pero no dejan de ser especulaciones. Lo que está fuera de dudas es que la sociedad bejarana se benefició del buen hacer de doña Repa y de que fue una persona emprendedora, esforzada, trabajadora y capaz de superar circunstancias muy adversas, razones que justifican su presencia en esta sección.
Por último, invito a los lectores que fueron alumnos de doña Repa, a que se animen a contar los recuerdos que conservan de ella, del ambiente del colegio y de sus enseñanzas. Quizás, entre todos, cubramos este vacío.
Doy las gracias a los familiares de doña Repa que de forma tan amable se entrevistaron conmigo para facilitarme datos, contarme sus recuerdos, a pesar de que algunos son muy dolorosos, y dejarme las fotografías que aquí se reproducen.
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ANA , mi enhorabuena una vez más, trataré de reavivar mis recuerdos...
Fui alunmna de Doña Repa desde los cinco a los siete años....tengo recuerdos del portal de madera (yo entraba llorando, no me gustaba dejar mi vida de campo!!) y las escaleras de entrada, así como de las aulas con balconadas,una de ellas daba al río pero la otra rodeaba la vivienda sobre el patio de la tienda de ultramarinos del bajo...tengo idea de que había gallinas porque yo les tiraba migas del bocadillito que mi madre me mandaba, pues yo subía andando con mi cartera,desde los "PICOZOS" .
Además de doña Mary recuerdo a su madre y a doña Pili; cantabamos la tabla, los verbos, y en Semana Santa el Via-Crucis...los encerados de fondo verde o negro de buen tamaño, algunas estanterias con libros..., las cartillas y la primera enciclopedia de Alvarez que creo que aún está guardada...y es posible que tambien estén las notas, aunque fui una alumna bastante torpe; por tanto me enteré de primera mano de dónde estaba el cuarto de la bruja...arriba,( supongo que era el desván).
Los recreos en la plaza, el kiosko de la "SRA. Aurora" y los melones junto a las acacias... al lado del muro del instituto haciamos tesoros escondidos en la tierra , con un trozo de cristal,y los papeles de los caramelos que Doña Repa nos daba de premio...recuerdo su voz como si la escuchara ahora mismo, era un timbre muy caracteristico, tenía una de las primeras televisiones y alguna vez nos lleveba a ver programas por la tarde,sentados en fila sobre cojines en el suelo; ella defendía siempre el progreso.
Nunca había oido su historia particular , pero según la traza de sus métodos siempre sospeché que era maestra vocacional, una mujer culta y de mentalidad abierta. Me ha emocionado conocerla.
Segui teniendo buena relación con ella y con doña Mary hasta su fallecimiento.
Años después leyendo a Machado, se me venía la imagan retratada de mi primera escuela...
DESDE AQUI MI PARTICULAR HOMENAJE A LA PERSONA QUE ME ENSEÑÓ MIS PRIMERAS LETRAS. GRACIAS.
Gracias Gel por enviarnos tus recuerdos.
Nunca deberiamos hacernos mayores
Al igual que a Gel me ha emocionado leer la historia de Doña Repa. Yo fui al colegio desde los 3 a los 10 años. De aquí pasé en directo al Instituto Ramón Olleros, sin hacer ningún examen de acceso. Me acuerdo que todos los días leíamos, hacíamos dictados, cuentas. Fue una buena base para los estudios posteriores. Por las tardes venía Dña. Mari y estaba con los más mayores. Recuerdo también cuando empezó un programa de enseñanza por las mañanas, e ibamos todos a verlo y nos sentábamos en cojines en el suelo. En la época de Semana Santa leíamos el Vía Crucis y los hacíamos de nuevo, en cuadernitos pequeños. En el verano sólo teníamos clase por las mañanas. Son recuerdos amontonados pero recuerdos felices. A mí sí me gustaba ir al colegio, lo pasaba bien. Había un día en ¿junio? que subíamos al Corazón de Jesús (en la Carretera del Castañar)porque era la fiesta del colegio. Me llamo Teresa Parra.
Soy mayor y al leer la intensa vida, muy bien argumentada por Ana Verdejo, me ha traido recuerdos de mi niñez. No estuve con esta maestra (creo que tan solo unos días, pues me escapé y no volví),pero la he conocido en la Plaza Mayor, llegamos a ser vecinos, y siempre me pareció una persona educada y excelente. Me ha entusiasmado su vida, los sacrificios que tuvo que hacer, y que yo desconocía.
Estas vidas son las que tienen mérito, personas sencillas, de clase humilde y que desgraciadamente no se las valora. No son "famosas", "ni deportistas", son simplemente personas que su paso por esta vida ha sido darse a los demás y nada mejor que impartir enseñanza, me imagino, a los niños de clases humildes.
Sirvan estas letras de mi agradecimiento a personas como ella y a Ana Vedejo, por darlas a conocer.
Un alumno más de entre los muchos que pasamos por las buenas manos de Doña Repa. Comencé con ella a los cuatro años (1958)y salí, para ir a Los Salesianos, al tomar la comunión (1962), al menos a los chicos, no los tenía por más tiempo.
Alumnos de aquella época,entre otros: Valentín Viñas, Alejandro Serrada, Juan Pedro Sánchez,Juan Blazquez,José María Hernandez, Cecilio "El CHECHI" (nuestro apodo cariñoso), Jesús Ignacio Vela, Pedro García (sobrino de Doña Repa).
Con los primeros, me encuentro alguna vez, sobre todo cuando está en Béjar "Valen".
Hace años, viviendo yo en Madrid y en vida de Doña Repa, propuse hacer una cena homenaje a la que, naturalmente, podrían unirse todos los antiguos alumnos que quisieran o pudieran. Se necesitaba una persona que coordinara desde aquí el asunto y con el tiempo la cosa se enfrió.
En fín vaya desde aquí mi homenaje personal para ella y un abrazo para todos los que pasamos por su escuela.
P.D. .- Gel, efectivamente había gallinas y por más señas, la terracita que está enfrente de ese balcón, pertenecía al domicilio de la familia Viñas, aunque quizá cuando tu fueras, ya no vivían en Béjar.
José Manuel Crisóstomo Sánchez
Yo también fui alumna de Dª Repa,(de tres a siete años aproximadamente) y recuerdo como si fuera ahora mismo cada una de las cosas que habeis comentado, el portal ancho y oscuro, las escaleras, la escuela con sus pupitres de madera que lijábamos y encerábamos al llegar el final de curso, la balconada al río, las gallinas del patio, la mecedora de Dª Pilar, que estaba en un cuarto al lado y en la que nos sentábamos a escondidas al entrar o salir, y hasta el baby de Dª Mari en tonos morados que hacía daño al mirarlo. También esa televisión en "color" que conse´guía Dª Repa poniéndole papel de celofán encima, y muchas cosas.......que de repente me ha emocionado recordar. Gracias a todos por estos comentarios.
Mª del Castañar García Rodríguez
saludos yo fui alumna de Doña Repa varios años, hasta que tuvimos que emigrar a Madrid. Eramos mi hermana Monica y yo Maria jose Maillo Aguadero. Mi hermana era una de sus niñas mimadas, yo como era mas traviesa estaba siempre castigada, recuerdo perfectamente todo lo que contais ,las flores en primavera que ella siempre tenia por toda la clase,los pequeños pupitres y las niñas todas sentaditas cantando. Pero mi recuerdo mas preciado es los librillos del via crucis que me encantaban y al ser de las pequeñas no podia tenerlo, consegui quitarle uno y lo guarde durante muchisimos años entre mis mas queridos tesoros, despues en una mudanza desaparecio pero podria cantar el via crucis entero.
Gracias a ella consegui pronunciar la erre, pues me decia que como no la llamara Repa me iba a quemar la lengua con cal y entre el miedo y mi querida tia Justi consegui hablar perfectamente. Mª del castañar creo que eramos amigas de pequeñas, te llamabamos Mari Casti y vivias por la parte de abajo del colegio de los salesianos., preguntale a tus padres por la familia de cipri el pozo.
Fuí alumno de Dña. Repa (a veces también estaba Dña. Mari) junto a un montón de amigos, de los cuatro a los ocho años; de estos amigos puedo citar a su sobrino Pedrito(Los Chocolateros),a Viñas, Serrada, Juanpe, Crisóstomo, Ceci,Ina, Juan, su primo Angelito (los nombro, como nos llamábamos entre nosotros) y seguro que alguno más que ahora se me escapa de la memoria. También pasaron por allí mis hermanas, Mari Carmen y Beita, junto a un montón de chicas que fueron luego al Colegio de las Salesianas (todas ellas vestidas con aquel "precioso" traje negro con collarín blanco y cinturón rojo)
Fueron unos primeros años de nuestra infancia qué, pienso yo, ninguno de nosotros puede olvidar y mucho menos a Dña. Repa y Dña. Mari.
De allí fuimos a los Salesianos y recuerdo que mi madre comentaba con orgullo, que a Dña. Repa le dijeron los curas que les enviaba "un precioso ramillete" de muchachos bien preparados.
Gracias por esta página que me hace rememorar tantos buenos momentos pasados junto a nuestras maestras.
Chema Hernández Sendín.
Es un placer volver la vista a atrás y compartir recuerdos de nuestra infancia, hemos tenido en nuestra vida muchos profesores pero maestras solo una "Doña Repa", eramos muy pequeños pero lo que bien se aprende nunca se olvida... varias generaciones de personas bien educadas, nos enseño a leer, a escribir y las cuatro reglas bien aprendidas que nos siguen sirviendo actualmente.
Saludos: Juan Luis González
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