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Visiones de Béjar (18): Béjar y sus múltiples posibilidades. ¿Una ciudad en crisis?
Vuelvo a la carga con otra nueva visión sobre Béjar y lo bejarano, vamos, lo divino y lo humano de esta pequeña ciudad sin ley, algunas veces. Ciudad, por otra parte, de la que estoy enamorado, y no me duelen prendas por decirlo.
¿Es Béjar una ciudad en crisis?, ¿más que otras de similares características, (me refiero, sobre todo, en cuanto al número de habitantes, es decir sus moradores, o en cuanto a su patrimonio, su historia, su economía, su turismo o su futuro, etc.), de esta singular y a la vez plural piel de toro que es España?
Por comenzar por algo, miremos y escudriñemos en lo cultural y su patrimonio museístico. Disponemos de cinco museos (el Sacro en la iglesia desacralizada de Santiago, el museo Judío próximo a la iglesia de Santa María la Mayor, el museo-legado de Valeriano Salas en el convento de San Francisco, el museo de Mateo Hernández, junto a la torre y ábside de San Gil, y el museo taurino, aunque exiguo y mediocre, está entablado en el marco incomparable de la plaza de toros mas antigua del mundo); se puede pedir más “pa un pueblo”, y dense cuenta, estimados/as lectores/as, que solo he entrado a enumerar museos y sus enclaves a cuál más característico, bonito, pintoresco y cargado de historia, de esa historia que rebosa esta ciudad ubicada en la parte suroriental de la provincia de Salamanca. No quiero dejar de lado otro museo y por su, esperemos, puesta en marcha pronto, me refiero al museo Textil que pretende ser un referente en este sentido, si los señores “mandatarios” de la ciudad lo permiten.
Sólo con estas premisas sería más que suficiente para atraer y sacar tajada de todo ello en cuanto al turismo, ofertando, podríamos decir, un paquete turístico para visitar nuestra ciudad, ya de por sí bastante atrayente. Dense cuenta del potencial turístico que tendría, valga la redundancia, y me he limitado solo a enumerar lo referente a lo museístico y su ubicación, unido casi siempre a las tradiciones y lo religioso.
Hecha esta primera pincelada de algo de lo que Béjar tiene en lo cultural y su patrimonio museístico, en lo taurino, lo religioso y lo cultural en sí, sin quererme olvidar por supuesto de otros patrimonios como puedan ser las murallas, la iglesia de San Juan, Palacio Ducal, Teatro Cervantes, y la iglesia del Pilar y San José en un entorno, esta última, para mí, privilegiado. En lo institucional, Béjar también dispone de cuatro fundaciones o instituciones para mí dignas de destacar, de distinta índole y ya centenarias, como son La Cofradía de la Santa Vera Cruz, (con varios siglos de existencia), el Casino Obrero, la Escuela de Ingenieros y, por último, la Agrupación Socialista. Sólo me queda reseñar otras características, patrimonio e infraestructuras que Béjar también posee afortunadamente.
Si seguimos por su característico entorno paisajístico natural, y dentro de lo que es la propia ciudad, Béjar tiene y dispone de cuatro parques; el de la Antigua, enclavado en un marco incomparable, junto a las murallas del medioevo; el parque principal de la Plaza de España –Corredera -sin duda, pulmón y lugar de asueto y respiro para los meses del estío-, el parque de Santa Ana, y el parque, para mí no sabría cómo calificarlo, quizás coqueto e innovador, que es el recientemente construido e inaugurado de la Aliseda. No quisiera olvidarme de otro parque, aunque enclavado en la loma o faldas de lo que empieza a ser el monte o sierra bejarana, me refiero al de Monte Mario, los Pinos o el Tomillar, que de las tres formas puede denominarse o determinarse, donde, como decía antes, está enclavada la iglesia del Pilar y San José y que dispone, junto a esta iglesia, de zonas de ocio y juego para los niños más pequeños, al igual que en los otros cuatro parques enumerados más arriba. Aunque, si bien creo que es suficiente en cuanto a estas últimas infraestructuras, es todavía mejorable, ya no sólo pensando en los niños sino en las personas mayores, que son unos grandes demandantes de este tipo de instalaciones.
Sin duda podríamos complementar estos parques y naturaleza con lo dicho anteriormente de los museos, haciendo que el paquete turístico sea más atractivo tanto para los turistas como para la gente de Béjar, sobre todo en los meses estivales; completándolo con esa buena y amplia gama de bares, restaurantes y zonas de tapeo, ya no sólo para el disfrute de mayores y pequeños, sino pensando en el público en general.
¿Y qué me dicen de la finca de El Bosque?, ¿está suficientemente explotada?, creo modestamente que no, casi siempre está en obras y por ello cerrada y no se le acaba de dar un uso razonable a la par que una mejora integral que está pidiendo a gritos (habría mucho que hablar al respecto). Pero este patrimonio está ahí, solo es cuestión de saberlo explotar. Podemos salir de la crisis en que estamos sumidos, ya no general sino particular de este “pueblo”.
Fíjense, apreciados/as lectores/as, que no he hecho otra cosa que pergeñar o tratar de escudriñar en dos temas, el del patrimonio y el de los parques aderezados con otros componentes como sus restaurantes y su oferta hotelera. Suficientes en sí mismos para sacar de una crisis segura a cualquier “pueblo” que se precie como Béjar, sabiéndolo vender bien, claro está.
Pero aún tenemos más, gozamos de un entorno envidiable en cuanto a naturaleza, lugares para realizar todo tipo de deportes, ya sea en infraestructuras creadas para ello (Instalaciones de Mario Emilio, Instalaciones deportivas de Roberto Heras en Palomares.); o en la propia naturaleza (senderismo, montañismo, escalada, zonas de baño -Canalizo, Garganta del Oso, piscinas como la Cerrallana y Llano Alto-, etc.), todo dentro de un marco incomparable que es toda la comarca de Béjar, con sus numerosos hoteles, casas rurales y albergues, capaces de albergar, promocionar y proporcionar al mismo tiempo todo lo referente a Béjar y lo bejarano; sus tradiciones, cultura, idiosincrasia, etc.
¿Está Béjar en crisis? Sí, es posible, estamos rozando ya los 1.800 parados, para una población activa reducida y pensando que apenas llegamos a los 15.000 habitantes, así hay que pensar por desgracia. Haciendo un reflexión, ¡se puede salir de dicha crisis!, siendo optimistas, realistas y con mucha voluntad. No sólo en lo turístico, que es donde me he centrado un poco en párrafos anteriores, sino en cuanto a industria de todo tipo, por lo menos intentando mantener lo que tenemos e innovando en cualquier aspecto, que, si hace falta copiar algún modelo que funcione en otros sitios, ¿por qué no trasladarlo a las empresas bejaranas?, o simplemente crear algunas, emprendiendo, que aunque ya se está haciendo en algunos casos, creo que se debería hacer más de lo que se hace.
Si Béjar no tiene potencial que venga DIOS y lo vea, sobre todo con sus gentes y me refiero a sus gentes de todo tipo pero, sobre todo, y aquí me gustaría puntualizar, con personas emprendedoras, nacidas en Béjar y que en muchos casos han tenido que salir fuera de ella por variedad de circunstancias. Si estuviéramos todos juntos (emigrantes bejaranos y residentes en Béjar), otro gallo nos cantaría. Todos juntos remando en una misma dirección, tirando del mismo carro. Ya sé que es difícil, pero no imposible, por eso pediría a esos “bejaranos ausentes”, que arrimen el hombro, que no se limiten a venir a ver a sus padres ancianos, o en el mejor de los casos, a pasar unos días de vacaciones. Que se impliquen más en lo bejarano, en sus fábricas, talleres, hoteles, que compren en nuestros comercios, en definitiva que se cree un modelo de CIUDAD dinámica, práctica, fresca, con más servicios de los que tiene y de los que se mejorarían sin duda. Que se cree más competencia con lo que todo ello implica; mejores servicios, diversidad a la hora de elegir, abaratamiento de los costes en el comercio, propiciar que venga gente de fuera para comprar aquí y no hagan el “puente” Plasencia – Salamanca. Serian componentes sin duda que llevarían a Béjar a lo más alto, donde ya estuvo otras veces y que nunca debió abandonar en todos los sentidos (sanidad, educación, infraestructuras, turismo, industria, etc.)
Y es que puestos a ver, apreciados/as lectores/as, es que lo tenemos todo, o casi todo, aunque mermado y sin explotar debidamente, ¡si estamos de acuerdo, no?; sencilla y llanamente, pensándolo bien, nos falta solo la playa. Un saludo y hasta la próxima.
Paulino Aliseda Hoya,
Paalho68@hotmail.com
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Totalmente de acuerdo Paulino. Punto por punto. Enhorabuena
Si Paulino si. tenemos todo eso y más pero todo nos lo bamos dejando morir porque en este bendito "pueblo" no sabemos sacarle partido a todo ello como hacen en cualquier otro lugar.
Es mejor que lo bueno de unos lo destruyamos los otros en vez de continuar y mejorar la labor de los antriores para salir adelante.
Solo tenemos que darnos un paseo por nuestras queridas murallas árabes para ver que las tapan los árboles crecidos allí , las hierbas que ya tapan los caminos aledaños, las hierbas que crecen entre sus piedras, etc. etc.esa no es buena imagen para nosotros, quiza si lo es para nuestros gobernantes que ignoran el potencial que tenemos y como sacar probecho hasta de una mísera piedra si se pudiese.
O la plaza de toros, otro lugar para explotar como tantos y tantos......
No debemos vivir el el mismo sitio ¿Cuanto se ha escrito, en cuantos años, sobre el turismo, posiblemente nuestros nietos, seguirán oyendo las mismas letanías? Todos absolutamente todos los pueblos, venden sus encantos para el turismo, cualquier lugar dispone de maravillas para vender turismo. Lo que cada vez es más difícil oír, es quien va a tomar la iniciativa para sembrar, preparar arboles, levantar talleres y fabricas, a producir en definitiva riqueza, para después gastársela en "turismo". Nuestro subconsciente debe de huir de cualquier idea de proyectos a largo plazo, por el trabajo y los problemas que nos crean, aunque son en definitiva los que tienen futuro,(simplemente mirando a Guijuelo) lo que queremos son resultados para mañana, y si puede ser mirando como el "turista" nos suelta la panoja sin mover un dedo. Fredi
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