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Visiones de Béjar (109): Dónde andaré, dónde andarán, dónde andaremos los bejaranos ausentes…!
Hoy no les voy a hablar de deporte. No, hoy voy a hablarles de otro tema, aunque relacionado con Béjar, eso no lo duden. Sigo viviendo en Salamanca, desde donde escribo esta enésima “visión”, por circunstancias que no vienen al caso explicar en este momento, aunque quisiera que la trayectoria de mi vida discurriera por senderos más halagüeños.
Quizás durante la segunda quincena de agosto vaya por el pueblo-villa-ciudad y me deje caer unos días por allí, mientras tanto me conformo con leer la prensa digital mayormente, estos días de la primera quincena de agosto, para informarme de noticias que se generan en Béjar, al amparo de sus gentes y/o su entorno privilegiado. Evidentemente es allí donde me gustaría estar ahora escribiendo este artículo.
Pero: ¿Dónde están mis excompañeros ausentes del colegio, dónde están mis excompañeros ausentes del Instituto de secundaría Río Cuerpo de Hombre, dónde están mis excompañeros ausentes de carrera en la E.T.S.I.I. (USAL) de Béjar, incluso dónde están algunos de mis amigos ausentes de Béjar?
Estas y otras preguntas me las hago al hilo del llamado Día del Bejarano Ausente, celebrado, eso cuentan, el pasado 9 de agosto, y donde la asistencia de ausentes, permítanme el juego de palabras, brilla por su ausencia. Ojalá pueda decir que durante los días en los que estaré de asueto por Béjar, tenga la suerte de coincidir, si no con la gran mayoría, sí con algunos ellos.
Como ven, apreciados/as lectores, les estoy hablando esta vez de una celebración con “arraigo oficial” y perpetuada en el tiempo en Béjar. Sigue congregando a gente de nuestro terruño, que se sienten seguro muy identificadas con él y que celebran este día, y también con la sensación de representar a una masa de personas muy superior en número a la que constituyen ellos mismos en ese día del día del bejarano ausente; y todo ello, por la escasa convocatoria que tiene esta celebración, menos mal que este año (verano 2014), ha habido más personas que en otros años, concretamente 33. Yo no sé si es una cifra significativa, teniendo en cuenta que aproximadamente en 2 años han emigrando de Béjar unas 2.000 personas más o menos, pero todo parece indicar que no.
Me vuelvo a hacer otra pregunta, esta vez más corta: ¿es un fiasco, un fracaso, la celebración de dicho día que organiza el ayuntamiento de nuestra localidad?
Evidentemente, gracias a que tal día se sigue celebrando, pero tendríamos que tener presente que éste podría ser más importante en el calendario y en la agenda del ayuntamiento bejarano, y cuando menos celebrar varias jornadas (un fin de semanas al menos) y no circunscribirse a unas visitas guiadas, o no tan guiadas, y a compartir “mantel” con conocidos y amigos de distinta procedencia que confluyen en este día que, a mi juicio, debería servir para hermanar a nuestros paisanos emigrantes y no emigrantes.
Ojalá que este día se siga celebrando en Béjar pero con más participación. Además, por qué no, que reúna a personas de toda condición, y no se vea única y exclusivamente relegado y organizado para personas mayores o ya jubiladas en su gran mayoría. Es seguro asimismo, que personas que han emigrado a otras partes de España y del Orbe terrestre, desde esta tierra bejarana, se reúnen en verano para rememorar amistades en torno a Béjar y recordar las caras de viejos amigos y conocidos, y que en muchos de estos lugares, estoy seguro, se reúnen, más personas que los 33 (cifra por cierto redonda) “presentados” este año en la celebración oficial. En sitios en los que yo tenga conocimiento, tal es el caso de Valladolid, Madrid o Mallorca, constituyéndose auténticas colonias bejaranas en dichos lugares. Quién sabe si podrían surgir, al tiempo de estos encuentros, propuestas e ideas y proyectos de vida, que sirvieran para que en común saquemos a la maltrecha “ciudad serpenteante” y su comarca del asedio en que se encuentra sumida; llevándola a mejor puerto, con ideas más frescas, ideas provenientes de los bejaranos ausentes, que éstos encuentran a su paso por otras tierras, donde han sido ya adoptados por ellas prácticamente también como sus hijos.
Y como no quiero caer en reiteraciones, quiero expresar solamente, en voz alta, que algo falla en esta celebración.
Y es que, dónde andarán, dónde andaré, dónde andaremos los bejaranos ausentes…
Atentamente,
Paulino Aliseda Hoya
Paalho68@hotmail.com
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