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¿Por qué las empresas chinas no reindustrializan España?
Expasion.com/ Milán/ Madrid/ Gonzalo Toca
Nuestros puertos quieren ser las bases logísticas de los chinos y el Gobierno busca constantemente fórmulas para atraer a empresas industriales innovadoras como Huawei. ¿Por qué apenas lo consiguen?
Huawei, una de las telecos más poderosas del gigante asiático, lleva 13 años en nuestro país y ha colaborado extensamente con instituciones públicas y grandes empresas privadas de tecnología punta. Los dos grandes pilares de su estrategia son, primero, seguir expandiendo los servicios de redes, almacenamiento y tratamiento de datos que ofrecen a grandes empresas como Telefónica y, segundo, forzar un brinco monumental en la escala de valor para pasar de ‘grandes almacenes’ a proveedores de móviles y software de alta gama directamente al consumidor.
El primer pilar se observa sin esfuerzo con el mapa de España en la mano. Renato Lombardi, vicepresidente de uno de los principales centros comunitarios de investigación que la compañía ha decidido emplazar en Milán, subraya la importancia del laboratorio conjunto que ellos han desplegado con Telefónica, la de otro dedicado más a soporte, movilidad y redes que sellaron con Vodafone y la del que proporciona un servicio de redes a Jazztel y ONO. Así es como la compañía capitaneada por el misterioso Ren Zhengfei está aprendiendo de los mejores jugadores europeos mientras expande su radio de acción hasta que pueda competir con ellos.
Por lo que se ve, España está haciendo un trabajo notable en el primer pilar.... ¿Pero qué hay del segundo? Resulta crucial para nuestro país porque aquí se librará la gran guerra por un mercado de billones de euros (no, no es una mala traducción del inglés) que conecta directamente al consumidor final con la empresa. El año pasado vendieron 52 millones de móviles y esperan rozar los 80 millones en 2014, aunque reconocen que sus terminales de gama alta (antes el Ascend P6 y ahora el Ascend P7) representan una fracción que no llega por ahora al 5% del total. En poquísimos años han logrado sentarse con Apple y Samsung a la mesa de las tres grandes potencias sin dejar de reconocer, eso sí, que sus dos gigantescos comensales devoran diez veces más mercado que ellos.
Para dejar de mirar mientras otros se empachan con alegría, Huawei ya tiene una estrategia y ésta pasa por desarrollar un enorme centro logístico en el corazón de Hungría (rodeado por otros pequeños satélites dentro de sus fronteras) y por desplegar inmensos laboratorios de investigación y desarrollo que le ayuden a comer terreno en calidad, renombre y potencia a los surcoreanos y los aristócratas de Cupertino. Los mayores laboratorios en suelo europeo de la multinacional que dirige Ren con mano firme desde Shenzhén se encuentran en Finlandia (Helsinki), Suecia (Estocolmo, Gotemburgo y Lund), Bélgica (Bruselas), Alemania (Núremberg, Múnich), Italia (Milán), Francia (París, Sophia Antipolis), Reino Unido (Ipswich) e Irlanda (Dublín).
Qué necesita España
La gran pregunta es qué necesita España para seducir a los chinos y persuadirles de que monten un gran laboratorio también en nuestro país que sea parte del éxito del futuro terminal Ascend P8. Sobran motivos para intentarlo: los bolsillos rotos de la I+D pública, la terrible legión de jóvenes investigadores que tienen que hacer las maletas por falta de oportunidades y el entumecimiento de docenas de centros universitarios de investigación capitaneados por un académico estelar y un puñado de becarios que muchas veces se ven abocados a trabajos administrativos, donde tienen que aprender prácticamente por su cuenta y reciben a cambio salarios que no llegan al mileurismo.
Renato Lombardi, vicepresidente del gran laboratorio de Milán, nos dio claves a los periodistas que lo acompañamos en el Innovation Day que celebraron este año en la ciudad italiana. Antes de abrir un gran polo de excelencia en una localización específica se fijan esencialmente en dos puntos: en si hay talento y en si hay empresas de nivel internacional. Necesitan buenas universidades para que formen a los grandes profesionales, que ellos intentarán reclutar, y también buenas empresas para arrebatarles su talento ya formado, cooperar con ellas en centros específicos o sellar una alianza industrial más amplia.
La cuestión de las compañías con altísimos estándares internacionales no parece ser un escollo insalvable como se ve en las profundísimas relaciones y proyectos compartidos entre el gigante chino por un lado y Telefónica, Ono, Jazztel y Vodafone por otro. Al mismo tiempo, Lombardi reconoce que un clúster dedicado a algo específico, como la tecnología microondas, puede decantar en gran medida la elección del emplazamiento como ya ocurrió con Milán. Es posible que aparezcan ejemplos de clústeres similares en regiones como Navarra, Cataluña, Valencia o País Vasco, donde existe una larga tradición industrial y muy especialmente en el ámbito de la ingeniería. Ahora deberán llegar a oídos de Huawei.
La cuestión de las universidades y la formación de competencias entre los alumnos más adaptadas a la realidad laboral resulta más compleja. La educación en España no sólo no destaca por su excelencia en Europa, sino que la rápida desindustrialización ha convencido durante décadas a muchos ingenieros vocacionales de que su futuro aquí pasaba por la construcción o las infraestructuras y no por las telecomunicaciones. Para redondear un panorama algo sombrío, en nuestro país no existen unos incentivos por los que se puede derivar voluntariamente parte del impuesto de sociedades de una empresa cualquiera a la creación de un laboratorio universitario donde pueda formar a sus futuros profesionales y espolear la investigación. Éstas son las ventajas fiscales que sí le ofrecen a Huawei en Reino Unido o Alemania.
En estas circunstancias, la división española de la teleco china intenta hacer de la necesidad virtud. Un ejemplo de ello es su apuesta por un proyecto, en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, que pretende formar a universitarios en tecnologías punteras (LTE/LTE A). Esta iniciativa incluye un curso de postgrado sobre LTE en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UPM, la cesión de licencias del laboratorio virtual de Huawei LTEStar 6.0 a la universidad, prácticas para 10 de los estudiantes del curso y, finalmente, el patrocinio de un estudio en profundidad sobre los retos y desafíos del despliegue de redes de 30Mb LTE en zonas rurales en España.
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