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Palos porque bogas y palos porque no bogas
La democracia que conocemos y que cada día se nos define con nuevos e insospechados atributos, conlleva el peligro de ir contra sus esencias teóricas en una reafirmación práctica que está poniendo en duda sus valores universales. De aquellos reclamos de Libertad, Igualdad y Fraternidad de la Revolución Francesa, apenas va quedando una idea promiscua, que se debate entre la negativa y la aceptación del liderazgo de los grandes poderes mundiales.
Tal vez por el largo tiempo en que se cree en ella como única alternativa, al menos de las sociedades donde importan tanto los árboles como el bosque --que es lo contrario del totalitarismo en cualquiera de sus manifestaciones de izquierdas o de derechas--, a la democracia comienzan a desgarrársele las costuras que desde siempre se le han visto. Es posible que siete mil millones de personas estén equivocadas, pero lo cierto es que ninguna de las democracias representativas puras y duras son capaces de dar solución a los problemas de la gente. De las propias y las ajenas, en un mundo donde los bosques se marchitan para que florezcan los árboles gigantes que sostienen la sartén por el mango. Ya sean países o personas.
Cuesta creer que la democracia, la de las naciones que determinan el rumbo del resto, sea tan ambivalente y resulte tan claramente apegada a los factores estratégicos que determinan su supremacía. Ellas actúan sin tomar en cuenta a quienes afectan. Actúan y punto. Y las estamos viendo actuar conformando los diferentes escenarios que ya van dibujando el feo mundo que nos espera.
La democracia, uno de cuyos principios es la libertad de conciencia, una de las columnas que durante mucho tiempo ha sostenido la no injerencia en los asuntos internos de otros países, se convierte hoy en gendarme de sus ideas. Acabar a la fuerza con las dictaduras es un concepto geoestratégico novedoso. Que se sepa, por ejemplo, ni los Estados Unidos ni el Reino Unido intervinieron en la Guerra Civil Española ante el hecho más que notorio de un Caudillo fascista haciendo de las suyas. Actuaron con una neutralidad común e igualmente cómplice. ¿Y qué lograron? Que Franco les pagara con la misma moneda, cerrando a Hitler y Mussolini la estratégica Península. Hubo una ganancia.
Ejemplos de esta naturaleza no son la excepción, y si alguna diferencia hay entre el derrocamiento del gobierno constitucional de Salvador Allende en Chile y los bombardeos a Libia, es que a aquel se le quitó de en medio por medios encubiertos y que a Gadafi se le va a quitar de en medio a bombazos. No es preciso cuestionarse si tenían o tienen razón en los dos casos, lo que hay que cuestionarse es que la democracia –esta vez entre comillas— no cuenta la sangre numerosa que se derrama en su nombre.
Pero, cualquier duda que tuviésemos sobre la naturaleza perversa de la democracia que se impone por la fuerza y que al imponerse deja las cosas peores de como estaban, se despeja con la proclamación de gendarmes del “Mundo Libre”, que acaban de hacer público los Estados Unidos y el Reino Unido para una cruzada armada contra los países con regímenes que no fueren democráticos a su usanza. No hay que ser estratega político para comprender que los países poderosos se están ganando el pan de mañana con las armas: el petróleo y los recursos naturales que sostendrán su supremacía. Y no hay que ser ni inteligente para poder apreciar cómo ambos países no se contentan con declararle la guerra al terrorismo sino a todo lo que vaya en contra de sus intereses. Sea lo que sea, incluso si fuere democracia. Y tampoco hay que ser demasiado sagaz para comprender que hasta las "otras" democracias, en un futuro que ya está aquí, serán buenas si los siguen y malas si les dieran la espalda.
En tanto, un movimiento espontáneo y popular como el 15-M está dando en qué pensar. ¿Será posible que dentro de la misma democracia haya personas que crean que ésta va por mal camino? Los palos de Barcelona podrían ser equivalentes a los de Trípoli. La democracia, despejada del peligro de otros sistemas socio-económicos, no tiene que rendirle cuentas a nadie. Ni a Gafafi ni a la Spanish Revolution. Vive una fase terminal, donde tendrá que convertirse en otra cosa mejor o, paradójicamente, en una dictadura mundial concertada, hasta el día del Armagedón.
Juan Pablo II dijo que el diálogo es el lenguaje de la paz. Y aquello de “palos porque bogas y palos porque no bogas” es lo contrario. La coexistencia pacífica, el derecho a la autodeterminación de los pueblos y las personas, la libertad de pensamiento, las soluciones a los problemas acuciantes de la humanidad, no están en la agenda de los que hablan con la voz de los cañones. Ni de las porras.
- Si, eso dijo. Está grabado
hace 22 horas 8 mins - Eso se lo dijo el Alcalde a
hace 22 horas 25 mins - Olga, tú no dijistes en un
hace 1 día 28 mins - Claro que el tiempo pone a
hace 1 día 13 horas - El tiempo pone todo en su
hace 2 días 1 hora - Yo también fui socio de
hace 2 días 1 hora - Por lo que yo recuerdo fue
hace 3 días 5 horas - Tengo mis serias dudas de
hace 4 días 1 hora - pues que eso ya es historia
hace 4 días 2 horas - ¿Que tiene que ver el
hace 5 días 5 horas
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