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Carraca y Paciencia
He domesticado una fuente, la asumo como mía y me la quedo sobre la mesita de noche junto a mi corte celestial de libros. Uno al chorrillo constante, el caudal amable de las palabras buenas, de comentarios amigos que nunca saco del corazón ni de la memoria, aunque no siempre lo diga.
Soy de natural cómoda, me cansa reñir, ese susurro del agua me limpia el corazón dulcemente y me aleja definitivamente de carracas absurdas. También soy de natural paciente, aunque a decir verdad, probablemente es comodidad enmascarada, no me empacha asumir mis debilidades...
La tierra se revuelve junto a “la higuerita” con una medida convulsión, planificada en la justa medida del intento por herir, los ecos detractores sobre mi pan de cada día, tardaron relativamente en llegar ( no sé bien si por lentitud de reflejos, o si tendría que agradecer el par de meses de cortesía), el run run se produce tan previsible para mi entendimiento, que no me sorprende en absoluto.
No duele, si una lleva mucho tiempo doliendo,
oyendo carracas y ejercitando paciencia...
pregunto: ¿Acaso otorga siempre quien calla?,porque ¿Tiene algún sentido contar tu verdad cuando hay quien solo está dispuesto a escuchar su propia mentira?.
Sé con certeza que “Un buscador es alguien que busca, no necesariamente alguien que encuentra”, por eso sigo buscando mientras espero relajadamente que el tiempo dé y quite razones.
Me hundo con premeditación en la música regalada...
...Swinging BACH in Leipzig 2000
Leo
“YA NADA ES AHORA” (Ángel González)
Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo
Pero nada ya ahora
-ni siquiera la muerte, por su parte inmensa-
podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras,
Ese amor ya sin ti me amará siempre.
Más a menudo de lo que quisiera, la higuera me reclama ser trasplantada, solicita tierras de arrayanes y fontanas a los pies de Sierra Nevada; pide un rincón en “La roja” para leer despacito los cuentos de Edgar Allan Poe...
Yo , muy mimosa, la voy engañando tiernamente con las manitas manchadas de acariciar romero.
Suerte que mi fuentecilla incorporada no entiende de terremotos y yo que practico tenuemente carraca y paciencia, no deseo otro aroma más que saciarme de Bach y poesía.
Mascaradas infantiles,
ese amor ya sin ti, sin la tierra que tanto amé, quizás me ame siempre.
Gel Borrajo
Enero 18 de 2008
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Como siempre, maravilloso. Y aunque no te lo diga muy amenudo, es encantador leer tus palabras,las cuales, a mi personalmente, me ayudan a reflexionar todo aquello que cuentas.
Pero más agladable es dormir cerquita de tu domesticada fuente y aunque un débil muro me separe de ella, tengo el placer de oír el chorrillo costante y de vez en cuando me llega algo de ese caudal de palabras buenas.
Y es que como tu bien dices, no siempre otorga quien calla, por eso recapacito sobre algunas cosas que a partir de ahora no callaré.
Gracias por enseñarme tantas y tantas cosas buenas y gracias también por compartir ese caudal de palabras buenas que nunca vienen nada mal.
Y como tu bien dices...el tiempo dará y quitará razones... y pondrá a cada uno en su lugar.
Sigue con tu paciencia infinita, pero de vez en cuando es bueno que alguna carraca suene, aunque sea de casualidad...
Marta
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