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Llamada a la acción sobre el cambio climático
Boletín de la Warthon University
El cambio climático y la polución han sido objeto de numerosos debates en las últimas semanas debido a una advertencia papal, a una sentencia judicial y a un informe gubernamental. El día 18 de junio, el papa Francisco convocó un diálogo y una acción de ámbito mundial sobre el cambio climático y pidió a las empresas que miraran más allá del beneficio y pensaran en el impacto que sus acciones tienen sobre los pobres. El 22 de junio, la Agencia de Protección del Medioambiente de EEUU (EPA) analizó los beneficios de una iniciativa del país para combatir el cambio climático, así como los costes de la inacción. El día 29 de junio, en una decisión judicial muy ajustada de 5 votos contra 4, la Corte Suprema de EEUU anuló una reglamentación de la EPA cuyo propósito era el de frenar las emisiones de mercurio y de otros productos tóxicos de las centrales eléctricas movidas a carbón.
Las consecuencias de tales medidas para las empresas consistieron en una acción proactiva en anticipación a la curva regulatoria. Para el consumidor, se trata de una convocatoria colectiva de cambio de estilo de vida, evalúan los profesores de Wharton y miembros de la iglesia católica. “El papa analiza la cuestión del cambio climático desde el punto de vista espiritual y religioso”, dijo el padre James Martin, sacerdote jesuita y jefe de redacción de la revista católica América. Al recordar el mensaje “Cultivar la tierra y guardarla”, en Génesis 2, “constatamos que hicimos un buen trabajo de cultivo, pero no cuidamos [la tierra] como deberíamos”.
“Muchas veces, creemos que los problemas medioambientales son competencia del Gobierno. La advertencia del papa tiene un carácter más amplio porque se preocupa por nuestro comportamiento”, dijo Eric W. Orts, profesor de Estudios jurídicos y Ética en los negocios de Wharton. Si tiene como resultado un cambio del comportamiento del consumidor y de sus preferencias, esas acciones afectarán la demanda, lo que obligaría a las empresas a responder a la misma, añadió. “Se trata de un cambio impulsado por el mercado, donde el consumidor decide lo que desea”.
Si el debate sobre el cambio climático estimula cambios en el comportamiento del consumidor, las empresas tendrán que replantear su modelo de negocios, tal y como explica Erwann Michel-Kerjan, director ejecutivo del Centro de Gestión de Riesgo y de Procesos de Decisión de Wharton [Risk Management and Decision Proceses Center]. Según Michel-Kerjan, las empresas comenzarían a analizar de qué manera sería posible aumentar los ingresos con el cambio de la manera de hacer las cosas. “Hay dos elecciones”, dijo él en relación a las empresas en general. “O esperamos que los órganos reguladores vengan a nosotros, o trabajamos juntos para cambiar los patrones”.
Martin, Orts y Michel-Kerjan comentaron la importancia de los eventos responsables del cambio climático y la polución durante el programa de Knowledge@Wharton en Wharton Business Radio, canal 111 de SiriusXM.
Llamamiento a un público mayor
Según Orts, el papa Francisco tiene claramente en mente un público más amplio que los católicos con el mensaje de su encíclica (carta del papa a los obispos). “Aunque haya partes dirigidas evidentemente a los fieles, hay también numerosas cuestiones importantes relativas al estilo de vida del consumidor”, dijo. “No se trata simplemente de un llamamiento al cambio social, sino también un llamamiento a la conversión personal”, añadió Martin. “Él está apelando a las personas de forma personal para que cambien la manera que tienen de tomar decisiones, de tal forma que cambien la manera de tratar el medio ambiente y recuerden cómo nuestras decisiones afectan a los pobres”.
No hay duda de que el pontífice está dirigiéndose a las empresas. Su encíclica está repleta de exhortaciones como, por ejemplo: “El cuidado de los ecosistemas requiere una perspectiva que se extienda más allá de lo inmediato, porque, cuando se busca obtener sólo una ganancia económica rápida y fácil, ya nadie se preocupa realmente de su preservación”, dice el papa Francisco en su encíclica. “Conviene evitar una concepción mágica del mercado, que tiende a pensar que los problemas se resuelven sólo con el crecimiento de los beneficios de las empresas o de los individuos”.
Al pedir a las empresas que se replanteen su propósito de maximización de los beneficios, el papa les pide que piensen de qué manera sus acciones afectan a los pobres, dijo Martin. “Ellos [los pobres] también son participantes de la creación del mundo, ¿por qué no podemos invitarlos a la mesa?”, es la pregunta que, según él, el papa está haciendo a las empresas.
Orts destacó que, según el papa, el comercio de carbono tal vez no sea ético o eficaz y pidió que se volviera a replantear el asunto. Él espera que el llamamiento del papa tenga un efecto sobre el debate ético “y así, quien sabe, liberarlo del ciclo vicioso de izquierda frente a derecha en que, desafortunadamente, nos metemos”.
Orts espera que el papa Francisco toque el asunto en su visita a EEUU a finales del año, principalmente en el discurso que pretende hacer en una sesión conjunta del Congreso. “Él va a hablar sobre cambio climático y los pobres, derecho a la vida, economía y cultura del consumidor”, dijo. “Imagino que los representantes de ambos puntos de vista se van a retorcer en sus butacas, pero es eso lo que se espera de la iglesia. Como dice el antiguo dicho ‘Confortad a los afligidos y afligid a los cómodos’”. Michel-Kerjan dijo que el momento del llamamiento de Francisco es importante, ya que la conferencia sobre el cambio climático de la ONU está marcada para noviembre-diciembre de este año en París.
Una decisión “preocupante”
En el caso de la decisión judicial de la Corte Suprema sobre polución con mercurio, Orts dijo que encontró “un poco preocupante” el hecho de que la EPA haya sido considerada culpable de haber decidido regular las emisiones antes de proceder a un análisis de coste-beneficio. “La EPA hizo diversos análisis de coste-beneficio y concluyó que la regulación de las emisiones de mercurio habrían generado US$ 90.000 millones en beneficios anuales, salvando más de 11.000 vidas condenadas a la muerte por enfermedades respiratorias, 4.700 víctimas de ataques cardíacos y 3.000 niños menos en los hospitales afectados de asma”, dijo. “El tribunal declaró simplemente en su intervención: ‘Actuaron demasiado tarde; debían haberlo hecho antes’”.
Los dos puntos de vista del caso tenían también “interpretaciones muy diferentes de los costes y beneficios involucrados”, según información de New York Times. Aunque los grupos industriales hayan declarado que el Gobierno había impuesto costes anuales de US$ 9.600 millones para llegar a US$ 6 millones en beneficios, la EPA dijo que los costes rindieron decenas de miles de millones de dólares en beneficios, señalaba. “¿Cómo es posible que haya habido cinco votos contrarios?”, se preguntó Orts sobre las regulaciones de la EPA en el caso. Para él, el caso indica un debate más amplio sobre “regulación frente a ausencia de regulación” en lo tocante a problemas medioambientales de mayor envergadura como cambio climático y otros asuntos. “No hay efectivamente un buen debate y un buen diálogo en marcha entre ambas partes. Esa es una de las razones por las cuáles se observa un conflicto tan grande en el sistema político de EEUU”, dijo Orts.
Regulación: motivo de división
Al referirse al informe sobre los beneficios de la acción global para combatir el cambio climático, Orts dijo: “Tenemos evidencias claras de que el cambio climático representa un gran riesgo y costes elevados y no hay manera de evitar eso”. Es imperativo que las empresas “se posicionen”, añadió. En ese sentido, las empresas tienen que reconsiderar su perspectiva en relación a la regulación medioambiental, dijo Orts. “Tradicionalmente, existe la idea de que las empresas deben hacer aquello que hacen mejor —es decir, maximizar sus retornos— descubrir cómo hacerlo y hacerlo dentro de los límites de la regulación”, dijo, añadiendo que las empresas, por norma, son contrarias a la regulación. “Ante los problemas medioambientales, esa posición se vuelve insostenible. Es preciso que haya algún tipo de respuesta regulatoria y muchas empresas de vanguardia están intentando adelantarse a la cuestión: ‘Reconocemos que se trata de un problema, pero vamos a actuar racionalmente de una manera que no destruya nuestro negocio’”.
Para reforzar su punto de vista, Orts apuntó un aspecto de lo que podría significar el cambio climático si no hubiera una acción correctiva. “Según las previsiones, la temperatura podría aumentar 12,8º C en 2100 si no hacemos nada”, dijo. “Piense en lo que eso significa: en un día normal de verano de 32º C la temperatura será de 37º C. A las personas no les gusta pensar en el asunto, pero el riesgo de que eso suceda es muy real”.
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hace 12 horas 31 mins - Lo que diga Esther va a
hace 2 días 11 horas - POr cierto Esther.¿ Que
hace 3 días 6 horas - Y a AYUSO.
hace 3 días 6 horas - Gracias Esther por decir hoy
hace 3 días 12 horas - Ya no cuela este tema. Que
hace 4 días 8 horas - Aquí el caso es poner pega
hace 4 días 8 horas - Aquí huele a Koldo
hace 5 días 4 horas - La PSOE es como la gata
hace 5 días 10 horas - También había
hace 5 días 12 horas
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