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Estampas japonesas 5: El cementerio de Okuno-in en Koyasan
Los espíritus vagan por este bosque repleto de tumbas en las que el musgo ablanda la piedra. La bruma teje su telaraña algodonosa entre cedros de copa inalcanzable. Aquí yace un shogún, aquí un anciano que estuvo 103 años vivo, aquí un grupo numeroso de empleados dedicados en vida y muerte a la empresa tal o cual, mirad sus fotografías alineadas y enmarcadas por toda la eternidad, aquí una hormiga que representa a todas las hormigas muertas y por morir, cuántas serán, aquí está Buda presente en múltiples formas y posturas, en unas placentero, en otras jocoso, displicente, serio o melancólico, allí se adorna de ropas multicolores, quizá se trate de algún discípulo suyo, por acá se viste de piedra húmeda, brillante en las pupilas. Pilastras y dinteles en equilibrio precario, puertas que conducen a otras puertas, abiertas al más allá, finalmente abandonadas o caídas, umbrales desmontados, piedras funerarias rotas, gastadas, pirámides romas, túmulos de puntas desmochadas, escalones hundidos, líquenes gigantes ocupando lápidas, senderos, árboles y el mismo aire.
Suena una salmodia en la boca de viejos peregrinos, semeja en la distancia un canto llano, al modo gregoriano, roto rítmicamente por un desgarro en la voz, un grito agudo, con un punto de desesperación.
El inmenso cementerio de Koyasan, el monte santo, se abre paso en la neblina, se torna aparición, pesadilla sosegada, iluminación interior. Todas las almas juntas murmurando por encima de pasos sigilosos, aquí estamos, dicen con palabras claras. Si abres los ojos nos verás. Si alzas la mano tocarás nuestro rostro. Tantas voluntades y la fuerza que segó la muerte. La montaña de huesos crece. Permanecerá el silencio.
El monte Koya o Koyasan constituye el emplazamiento budista de la secta Shingon (palabra verdadera) más venerado de Japón, al que acuden más de un millón de peregrinos al año. Su fundador fue Kukai San, quien estableció allí un monasterio en 816. En la época Edo llegó a albergar cerca de mil templos, si bien en la actualidad cuenta con 117. Cruzando la inmensa necrópolis se llega al Okuno-in (santuario interior) y al mausoleo de Kukai o Kobo Daishi, el santo fundador. La necrópolis, con unas quinientas mil tumbas, acoge los restos de importantes figuras históricas y está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Junto al mausoleo de Kukai se localiza el Toro-do o pabellón de faroles, donde unas 11.000 linternas lucen noche y día, algunas encendidas de forma permanente desde el siglo IX, si queréis creerlo.
- jajajajajajajaja, y el jefe
hace 10 horas 27 mins - pero que digas que que han
hace 10 horas 29 mins - Piensas que estan prigadas??
hace 11 horas 21 mins - Esto bonitas en lo juzgados.
hace 11 horas 46 mins - Que cansina eres , no para
hace 11 horas 48 mins - Lean, no tiene desperdicio:
hace 15 horas 18 mins - Mientras que la policía
hace 16 horas 33 mins - Venga mas madera a ver quien
hace 18 horas 23 mins - Por cierto Esther, que
hace 1 día 9 horas - Nada que añadir a la
hace 1 día 13 horas
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