Bajo licencia de Creative Commons.
Lenguajes distintos
La crisis económica, tema que nos desborda, se ha convertido en una ola de pronósticos apocalípticos y mucha lluvia sobre lo mojado. Sin embargo, si prestamos atención a los comentarios, declaraciones e informaciones que son las gotas de esa lluvia, podremos percatarnos que son pocos los que enjuician el hecho per se, y demasiados los que pretenden culpar a alguien. Es como si en medio de un accidente con una persona atrapada debajo de un camión, lo más importante fuera debatir, sin acuerdo posible de antemano, las técnicas del rescate. Por supuesto, que sea así depende del lugar que uno ocupe en el espacio y el más incómodo es el del pobre tío que está debajo de las ruedas, a quien sólo le interesa salir con vida.
Nuestra política, y el reflejo de ella en los medios de comunicación, parecen tener su foco en el debate entre partidos, que se están desgastando en demostrar que las soluciones tienen un solo color. No obstante, el panorama de hostilidad entre ellos le está restando credibilidad a la política. Primero, porque la gente no es tonta y se da cuenta que es la lucha por el poder. Segundo, porque no es la lucha por el poder lo que salvará al tío que está debajo de las ruedas, sino una tregua fecunda, que lleve a la práctica lo mejor de las fórmulas de cada quien. Pero esa tregua, que respondería a la vieja respuesta humana de unidad ante la adversidad, no está a la vista.
En cualquier caso, la “salvación” que refiero, siguiendo el ejemplo del accidente, sería, apenas, unos primeros auxilios. Es obvio que todos los remedios y proyectos de remedios, vengan de quien vengan, están dirigidos exclusivamente a un fin supranacional: que la supervivencia de la gente en cada país asegure la supervivencia del sistema, que con ligeras modificaciones echará a andar hacia la próxima crisis.
La irracionalidad y la insostenibilidad del orden económico internacional es un mal congénito del sistema, que intenta salir de ésta lo menos dañado posible. Las políticas sociales intensivas que ahora salen a relucir, no son una cura sino un analgésico para las mayorías trabajadoras. No están mal, en lo absoluto, pero no dejan de ser parches.
Lo que está mal, y se pondera, es que los bancos sigan teniendo utilidades multimillonarias y que se reanime la bolsa —léase los grandes capitales— con el dinero público. Está mal que el Estado no tenga potestades extraordinarias para hacer, a la inversa, que los bancos financien las medidas anti crisis y el nuevo modelo de desarrollo económico que se necesita. Está mal que las voces más altas ante la crisis y las contradicciones que genera sean las de aquellos que no están y nunca estarán en paro, porque no forman parte de las clases que en este momentos ya comienzan a pisar el barro de la pobreza.
Tampoco está bien que los políticos y los perros del hortelano de la política, conserven sus remuneraciones de privilegio y no corran la suerte de ver la crisis fuera de las estadísticas. ¿O es menos importante el dinero para los desempleados y los desfavorecidos por la recesión que para los representantes del Estado y los profesionales de la política? Y no me refiero a un igualitarismo vulgar sino al poder moral de un Jesucristo, en comparación con el de un Benedicto XVI. Las pagas de miles de euros y las prestaciones asistenciales de cuatrocientos euros generan lenguajes distintos. Las acciones en baja y la falta de cobertura económica para sostener a la familia generan, también, lenguajes distintos.
Podríamos tener fe en una salida honrosa de la crisis para todas las clases sociales si la experiencia no fuera sólo teórica para los políticos y no fuera solamente una caída de valores para el capital. Y si ellos, por primera vez, hablaran en nuestro idioma.
- No se quien esta en la
hace 11 horas 1 min - Si no tuvimos bastante
hace 12 horas 38 mins - Tu estas bien de lo tuyo?? o
hace 14 horas 13 mins - Estos del psoe no dicen la
hace 14 horas 15 mins - Pues el responsable final es
hace 14 horas 16 mins - Menudo discurso de mierda
hace 14 horas 20 mins - El alcalde no se ha olvidado
hace 18 horas 53 mins - Claro, no íbamos a entender
hace 1 día 9 horas - ¿Acaso usted compara la
hace 1 día 10 horas - Vosotras si les vistéis y
hace 1 día 10 horas
Enviar un comentario nuevo