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El Estado Islámico: lodos de aquellas lluvias
No sería ocioso volver sobre un artículo que publicamos en Bejar.biz hace ya un año. ¿Motivo? Las recientes declaraciones, emitidas desde los propios Estados Unidos, sobre la falsedad de los argumentos esgrimidos por el entonces Presidente Busch para invadir Irak y la forma en que esa guerra, lejos de beneficiar la lucha contra el terrorismo lo ha incentivado.
Al declarar la guerra en Irak, Bush afirmó: "El 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos sintió su vulnerabilidad, incluso a las amenazas que se forman en el otro lado de la Tierra. Decidimos entonces y estamos resueltos ahora a afrontar cada amenaza, de cualquier fuente, que podría traer terrorismo y sufrimiento repentinos a los Estados Unidos". Y, tras ser éste capturado expresó:"En la historia de Iraq, una era tenebrosa y dolorosa ha llegado a su fin. Ha llegado un día lleno de esperanza. Todos los iraquíes ahora pueden unirse y rechazar la violencia y forjar un Iraq nuevo".
Hay una lógica en todo lo que sucede que no es posible desconocer y hoy resulta evidente que aquella medida extrema ha sido como un disparo salido por la culata.
El Estado Islámico: lodos de aquellas lluvias
El surgimiento del llamado Estado Islámico tal vez haga honor a aquel refrán que dice “es peor el remedio que la enfermedad”. Las armas de destrucción masiva de Irak, jamás encontradas, fue el pretexto para colgar a Sadam Hussein y conjurar la amenaza que representaba para el Mundo Occidental; como lo fuera la invasión a Libia y la eliminación de Ghadafi o la lucha contra el terrorismo en Afganistán en su momento. Occidente, en tanto concepto de Mundo Libre, no ha dudado en acudir a la terapia de las guerras a gran escala contra los países árabes en aras de la seguridad nacional, en la creencia de que las guerras convencionales exterminarían o, al menos, alejarían la amenaza terrorista.
La guerras convencionales, con su secuela de destrucción de infraestructuras y de muerte de civiles inocentes, al parecer se libran sin tomar en cuenta cuál sería la reacción de los extremistas del terrorismo islámico, quienes, rebasada la crisis, lejos de desaparecer y disolverse dentro de los nuevos regímenes democráticos de su propio signo religioso, han encontrado un motivo contundente para continuar por el mismo camino y radicalizarlo aún más, encontrar nuevos adeptos movidos por un sentimiento de venganza y nadar en un río revuelto del que han salido fortalecidos. En Irak, desde el año 2003 han muerto 1.2 millones de iraquíes. En Siria, desde el 2011, en encontrado la muerte 210 mil sirios
El terrorismo islámico, hasta ahora subterráneo y fragmentado, no ha renacido de sus cenizas porque es una idea y no una base militar y vuelve a la carga más fuerte y como beneficiario de las guerras libradas en su contra. Así fue en Afganistán, Irak y en Libia y, de alguna manera en Siria, donde los opositores al régimen de Bashar al Assad, que recibieron el apoyo de Occidente, ahora están del lado ocupado por el Estado Islámico.
Ésta es una historia repetida y para la cual el llamado Mundo Libre no ha sacado una conclusión que le impida repetir reiteradamente el error de pretender terminar con el terrorismo exterminado terroristas, uno por uno. Y que tampoco le ha permitido comprender que sus acciones han sido, más que un veneno, un antídoto, que la violencia genera violencia y que en el desorden provocado por las invasiones militares los terroristas, además de argumentos para sus acciones, encuentran dos cosas sumamente importantes: armas y acceso encubierto a los nuevos poderes instaurados.
En esos países de que hablamos, sin lugar a dudas, el terrorismo ha recibido indirectamente entrenamiento de las fuerzas interventoras, han conocido las tácticas y estrategias de las fuerzas armadas de Occidente y las peculiaridades de su manera de actuar. ¿Cómo? Nada sobrenatural, lo más sencillo del mundo: introduciendo a sus hombres en los nuevos ejércitos y cuerpos policiacos formados por los propios invasores. Y, como se recordará en las imágenes de Irak, los depósitos de todo tipo de armas quedaron abiertos al saqueo.
El grave problema del terrorismo islámico tendrá que tener una solución que, por supuesto, no sólo podrá ser para Occidente, aunque es difícil imaginarla; pero queda claro que la violencia contra la violencia sólo engendra más violencia. En el fondo de todo esto subyace un tema religioso que se remonta a siglos atrás y como fuera el Papa Juan Pablo II quien dijera que “el diálogo es el lenguaje de la paz”, quizás tendrían que dialogar los representantes de las tres variantes religiosas de un mismo Dios para sembrar un poco de cordura en esta locura de violencia incentivada por la fe, que cada una de ellas promoviera en su momento. Y avanzar hacia una convivencia pacífica que nunca se alcanzará a bombazos. Ni pagando justos por pecadores.
- Menos mal. Ya era hora que
hace 15 horas 6 mins - No como vosotros, que sois
hace 18 horas 53 mins - Tenemos un nivel educativo
hace 19 horas 25 mins - Los militantes del PSOE no
hace 1 día 1 hora - Sigues de coña? o que te
hace 1 día 15 horas - Y? En otras ocasiones
hace 1 día 21 horas - No lo digo por ti... por
hace 1 día 21 horas - Efectivamente, no dejan de
hace 1 día 22 horas - Busque, busque
hace 2 días 10 horas - Estaras de coña...
hace 2 días 13 horas
Por supuesto. El diálogo siempre ha solucionado todos los problemas. Los egipcios dialogaron bastante con los romanos antes de convertirse en el granero de Roma. Después la propia Roma dialogó bastante con los pueblos germánicos, que al final junto a otras causas, acabaron con Roma. Los mismos visigodos comprobaron los buenos resultados del diálogo cuando los sarracenos llegaron hasta Covadonga. 8 siglos después terminaron el diálogo expulsándolos de la incipiente España.
Más tarde en Francia, un pueblo oprimido inventó un nuevo sistema de diálogo llamado guillotina, que no solucionó sus problemas pero algo mejoraron. Luego en América hubo un diálogo estupendo entre un tal Custer y los nativos americanos que éstos últimos finalizaron de un modo un poco brusco.
Ya en el siglo pasado hubo un muchachito austríaco muy hábil a la hora de dialogar…tanto que una tal Chamberlain y otros hubieron de dejarle que dialogara con medio mundo y terminó el diálogo con un chupinazo americano por todo lo alto.
Sí. La historia de la humanidad es una gran historia de diálogo. ¿Verdad? “La violencia engendra violencia” …que grandilocuencia de cita. Por supuesto que sí. Es mucho mejor intentar dialogar con el lobo. -“Por favor…deponga su actitud…no mate mas ovejas”….y el lobo…destrozado moralmente por la fuerza intelectual de nuestro dialogo y argumentos, dirá…-Sí. Lo siento. Me rindo. No mataré mas”
Pues no. En el mundo real, hay que matar al lobo, o elegir morir como corderos.
Lo que nos pasa….nos pasa por elegir lo segundo.
De acuerdo con el invitado de las 16:02. Solo añadiría que hay que alentar a los franceses a que se unan a la alianza de civilizaciones de Zapatero, a lo mejor así nos les sacuden y, de paso, podrán dialogar todo lo que quieran.
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