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Editorial n°386: ¿Tiene Béjar futuro sin el textil?
El reciente y al parecer aún no completo, cierre de Hijos de Rafael Díaz vuelve a poner de actualidad la interminable crisis del textil, que se arrastra ya desde hace más de 30 años.
Recomiendo a los lectores que lean la Historia de Bejar tomo 2, del Centro de Estudios Bejaranos que dedica a este tema varios capítulos.
Lo primero a reseñar es que el Asunto es complejo y poliedrico, esta crisis es endémica y estructural, se arrastra desde hace muchos años y alcanza a casi todo el textil de Occidente. En Europa apenas queda tejido industrial del textil salvo en Italia, que haya sido capaz de competir con Asia.
Por todo ello, los pocos que quedan en Bejar, apenas media docena de empresas son auténticos héroes, Quijotes luchando contra molinos de viento y con el viento en contra.
El artículo de Cañamero, que reproduce Bejar biz no aporta nada nuevo, si acaso se limita a describir una decadencia que hemos vivido de primera mano ilustrada con una buena dosis de nostalgia, pero en lo referente a profundizar en las razones del desastre nada y en recetas para el futuro menos.
Lo que si sirve y ha servido es para hablar de las emociones y ponerlas encima de la mesa y una parte de las soluciones pasan por ventilar el tema emocional.
La pregunta es
¿Tiene futuro Béjar sin el textil? o ¿tiene futuro Béjar?
Nadie conoce la respuesta a estas preguntas, al menos Bejar biz reconoce que no tiene una respuesta clara, ni positiva ni negativa. Lo que si podemos aportar es una reflexión sobre estas preguntas y sus posibles respuestas.
Lo primero será decir que si hay alguna solución solo puede salir de la ciudad y de sus ciudadanos. Nadie va a venir desde fuera con una receta mágica, con una solución llovida del cielo.
Lo segundo sería decir que el textil es parte de la solución o sea que en nuestra opinión no será posible que la ciudad salga adelante si no hay un aporte importante del textil.
Y el textil solo puede prosperar partiendo de lo que queda, de lo poco que queda; son las empresas que quedan las que con ayuda de la Administración y la sociedad las que pueden salir adelante.
¿Como? Pues no lo sabemos, con trabajo, inversión y apoyo de la sociedad. Desde luego no con este Ayuntamiento que al parecer solo tiene ojos para la Covatilla donde estamos enterrando un pastizal.
¿Que fortalezas tenemos?
Tenemos la Escuela de Ingeniería que puede colaborar en el diagnóstico y en la solución, tenemos las empresas que resisten como valientes y tenemos el resto de la ciudad, que también puede aportar su grano de arena.
Se habla de innovación, de nuevas fibras, de tejidos inteligentes, de tejidos de calidad, de abrirse al mundo....los lectores interesados pueden echar un vistazo al excelente artículo sobre Tejidos inteligentes del actual Director de la Escuela de Ingeniería, Javier Ramón Sánchez.
Los datos de partida son desastrosos, no creo que sea difícil mejorarlos.
- Por fin el ayuntamiento
hace 12 horas 31 mins - Y yo le paso este enlace,
hace 12 horas 33 mins - Parece una noticia del Mundo
hace 13 horas 26 mins - Y a los verdaderos
hace 15 horas 5 mins - Lo de la guía de
hace 20 horas 2 mins - Sííí, apuntandonos a este
hace 22 horas 3 mins - Curso para aprender a poner
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hace 23 horas 25 mins - Igualmente, el pueblo que
hace 1 día 55 mins - Ya les pega mucho a los
hace 1 día 1 hora
La principal solución es apostar por la calidad, siempre habrá menos competencia y se trabajará en un entorno más fiable en todos los aspectos; trabajando en varias lineas de artículos, para si falla una tener un colchón; sin depender de un único cliente grande, o sea, teniendo muchos pequeños y medianos; olvidarse de los contratos públicos y asegurar en lo posible el apartado financiero.
Luego después ya hablamos de experimentos e internacionalización directa.
Conste que esto son ideas para industrias del tamaño de las que tenemos aquí. Sin mirar atrás pero aprendiendo de los errores.
¿Tiene Béjar futuro sin el textil? La respuesta es clara y sencilla: NO.
Puede que tenga futuro otro Béjar, pero no el que todos hemos conocido.
Seguramente el problema mas importante que tenga Béjar sea el emocional porque vaya hostilidad en los comentarios del señor Cañamero. Por nuestro pueblo han tenido que pasar cosas muy graves o quizas sea parte de la forma de ser que todo el mundo habla.
Desde luego es icompatible cualquien inversion seria en ese estado. Los empresarios huyen de esos estados y de cualquier discriminación como de la peste.
Y Por supuesto mas textil y menos Covatilla.
¿Más textil y menos Covatilla? ¿Acaso tiene la Covatilla la culpa de la crisis del textil en Béjar? Mejor más textil y más Covatilla.
La Covatilla, o mejor dicho los que fomentaron su instalación, no tienen la culpa del estado del textil, pero sí de haber despilfarrado esfuerzos y dinero en un proyecto inviable con un impacto economico positivo mínimo en la ciudad.
Yo más que más textil y menos Covatilla, diría: Menos Covatilla y más inversiones contrastadas y viables
Algo extraño ha sucedido en mi ordenador que me ha impedido acabar mi comentario.
Decía, que tenemos la obligación de conservar lo poco que nos queda de aquella abanderada ciudad textil, pero también, darle una salida urgente a todo ese patrimonio industrial que se está cayendo a pedazos e intentar darle otros usos diferentes, porque dentro de la diversidad industrial se puede en tiempo de crisis sectoriales, mantener los puestos de trabajo, que sin duda fue el gran defecto que provocó el hundimiento de nuestra industria textil.
El partido en el Gobierno de nuestro consistorio, así como los partidos que ejercen la oposición, parece ser que no se enteran de estos problemas, por lo que habrá que recordarles que a unos y a otros se les votó pàra dar soluciones a estas dificultades. ¡Así que manos a la obra!
Espero que se pueda recuperar la parte anterior a este comentario. Gracias.
Sería bueno tratar de comprender los problemas económicos de nuestra ciudad (y de la comarca) con un poco de perspectiva histórica. No siempre han vivido los bejaranos de su industria, de hecho es un recurso relativamente reciente; tampoco han vivido de la nieve, salvo la que se acumulaba en los pozos y se vendía por media España (era un recurso que el duque se reservaba). Las tres patas de la economía de Béjar en la Edad Media y buena parte de la Edad Moderna, bien documentadas en las Ordenanzas de 1577, venían del sector primario: subsector forestal (castaño, roble y otras especies), subsector ganadero (de cerda, principalmente) y subsector agrícola de tipo hortofrutícola (producción de huertas y de castaña para engorde del ganado en montanera y para consumo humano). Esa economía agropecuaria y forestal se complementaba con un sector secundario incipiente que permitía transformar algunas materias locales: industria harinera (molinos), textil (batanes, tinte, hilatura y tejido en obradores caseros), industrias de la piel (curtidurías o tenerías, etc.), así como un comercio y arriería de poca importancia como sector terciario. Con el tiempo, el sector primario fue perdiendo peso ante los beneficios económicos que generaba la producción textil-lanera (eso ocurrió en el siglo XVIII y tuvo su auge a mediados del XIX, con otros buenos períodos en el siglo XX). En estos momentos, tras la crisis del textil, la única apuesta parece ser el sector terciario de carácter turístico, como si no hubiéramos aprendido nada de nuestra propia historia de fracasos: jugarse el futuro a una sola carta es suicida, y esto también sirve para la buena gente de Guijuelo, apegados a su industria chacinera como si no hubiera un mañana. El gran error es aferrarse a un sólo recurso, por bueno o rentable que sea, pues en algún momento acabará fallando y se irá todo al carajo. La misma perspectiva histórica nos da buenas pistas sobre los recursos locales o comarcales que pueden seguir teniendo posibilidades de ser explotados (ojo, desde criterios de sostenibilidad), pero sin renunciar a lo que todavía pueda ofrecer el sector textil (mejor si pudiera vincularse al mundo de la moda, siempre necesitado de novedades) ni al sector turístico (basado principalmente en el patrimonio cultural y natural, esa riqueza que seguimos despreciando y maltratando con la dejadez de la ruina o con intervenciones horteras y erradas). Esa apuesta múltiple, diversa e integradora es la que inspira el proyecto de Izquierda Unida y el Grupo Cultural San Gil para El Bosque, pensado para sacar adelante el mantenimiento de este BIC, pero también como muestra de buenas prácticas para el futuro de nuestra tierra. Dicho queda, pero ya sabemos que todo esto no le importa a nadie lo más mínimo, sobre todo a los bejaranos y a sus gobernantes. José Muñoz Domínguez / DNI nº 08.104.629-G
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