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El cómic como espejo de La Sociedad Española en los años 40-50 del siglo XX. (I)
María Verdejo Alsina
1 - A modo de Introducción
El cómic surgió en España en el siglo XIX como un tipo de arte que supone la búsqueda de nuevas formas de comunicación por medio de la imagen. Aunque desde el momento de su aparición su evolución ha sido continua, en muchas ocasiones no ha sido considerado una tipología de arte que merezca ser apreciada ni valorada.
En este artículo se quiere plasmar cómo a través del cómic puede conocerse la situación y el modo de vida de una sociedad concreta: la de la España de los años 40-50 del siglo XX, la posguerra.
Profundizar y analizar en detalle la temática y los diversos contenidos tratados en el cómic español de este periodo puede sorprendernos a todos y descubrirnos un completo análisis sociológico que los diversos autores españoles de cómics de este momento histórico supieron hacer de manera encubierta.
Hasta ahora las exposiciones de cómics se han centrado normalmente en analizar la evolución de un autor y el significado de su obra, constituyendo en muchas ocasiones un mero trabajo recopilatorio. En este artículo se quiere mostrar cómo el cómic podía reflejar situaciones y vivencias de la posguerra española en las que se veían implicados todos los miembros de la sociedad.
Para ello hay que tratar la historia del tebeo humorístico con carácter sociológico de los años 40 y 50 del siglo XX, centrándose en los dos focos importantes del momento: la Editorial Bruguera (Barcelona) y la Editorial Valenciana. También hay que explicar los detalles y las características propias de cada “escuela” y de los protagonistas de dichos tebeos, haciendo hincapié en las diferencias existentes entre la Escuela Valenciana y la Escuela de Bruguera, cuyo humor es más ácido y violento que el humor amable, inocente y caracterizado por una ausencia de violencia de la Escuela Valenciana.
Se pretende mostrar una parte desconocida del mundo del cómic. Normalmente el público asocia todavía todo lo referente a los cómics con el mundo infantil y/o humorístico. Los cómics que se muestran van en realidad dirigidos a adultos que saben leer entre líneas el significado de las imágenes y la información que subyace a sus diálogos.
Estos tebeos muestran en clave de humor, porque no pueden hacerlo de otra forma, cómo era la sociedad de la época: los solterones, la familia, la relación entre los jefes y sus empleados, entre los burgueses y sus criados, los vagabundos, etc. Las personas que vivieron esa época se podrán sentir identificados con las historietas narradas, y las personas que no vivieron esa situación podrán descubrir cómo los autores de las historietas contaban veladamente la realidad del país.
Se pretende que personas de todas las edades, a través de la vida de los protagonistas de las historietas puedan captar de modo sencillo y claro cómo era la vida en España en aquellos momentos.
También se pretende defender el cómic cómo parte de nuestro patrimonio cultural y cómo indudable manifestación artística.
2. Visión general
Éste artículo, El cómic como reflejo de La Sociedad Española en los años 40-50 del siglo XX, se centrará en dos puntos concretos: la Escuela de Barcelona bajo la dirección de Bruguera y la Escuela de Valencia. Como ya se ha mencionado anteriormente, ambas editoriales eran las de mayor importancia en dicha época, en cuanto a los tebeos humorísticos se refiere. Sin embargo, se otorgará un mayor protagonismo a la editorial de Barcelona al ser el máximo exponente de esa época.
La historia del cómic español vivió dos etapas fundamentales. La primera etapa (de 1875 a 1939) corresponde al nacimiento del cómic y su afianzamiento en la prensa de humor y en la ilustrada. A partir del año 1917 el cómic se constituye como un producto industrial. Y durante los años 30 se ve influenciado por el cómic norteamericano y empieza a desarrollarse de la mano de diferentes autores.
El cómic de la segunda etapa (a partir del año 1939) revela el modo en que funcionaron ciertas instituciones del gobierno dictatorio español al depender de él. Las editoriales de los tebeos estaban controladas por el gobierno quiénes determinaban los contenidos imponiendo las condiciones y censurando ciertos aspectos cómo la violencia, la ideología, la religión y el erotismo. No obstante, durante los años 40 y 50 la censura no fue tan estricta como a partir de los años 60.
A la hora de publicar una historieta, la editorial debía solicitar un permiso para cada número. Se debía editar como folleto no periódico y cambiar el título de la historieta en cada ocasión. Las únicas once publicaciones reconocidas como revistas infantiles periódicas eran: cuatro de la Falange Española Tradicionalista y de la JONS, una de los Aspirantes de Acción Católica, y seis de tres editores privados relacionados con los medios oficiales.
En este período los cómics de aventuras dominaban el mercado español de tebeos. Aunque no eclipsaron al cómic humorístico - distorsionaba la realidad con contenido crítico, irónico o gracioso- que consiguió subsistir a pesar de la censura existente.
A partir de este cómic de humor surge la historieta de sociedad – publicada en semanarios infantiles- que captó la atención de los adultos al reflejar una serie de situaciones de la realidad, incomprensibles para la infancia.
Los primeros tebeos humorísticos pertenecían a la editorial TBO, en Barcelona, quiénes tendían a presentar los chistes relatados sin personajes fijos de manera tradicional -ridiculizando las situaciones cotidianas- ocupando como máximo una página de extensión. Esta editorial surgió en 1917, y tuvo una gran difusión durante los años 20 y 30 del siglo XX. Llegando a publicarse hasta 1998 de la mano de la editorial Bruguera.
Sin embargo, las editoriales de mayor relevancia en cuanto al tebeo humorístico de los años 40 y 50 del siglo XX se refiere, fueron la Editorial Bruguera, en Barcelona, y la Editorial Valenciana.
La Editorial Bruguera, denominada El Gato Negro desde 1910 hasta 1939, comienza su edición definitiva en 1947 con la revista Pulgarcito, tras dos intentos frustrados en 1939 y 1944. Pulgarcito era una crónica testimonial de las modas y costumbres de la España de la posguerra. En ella colaboraban una serie de autores: Cifré, Peñarroya, Escobar, Manuel Vázquez, Ibáñez, etc. En los años 60 la revista cayó al no saber adaptarse a los tiempos.
En 1951 la editorial lanzó, imitando las fórmulas de Pulgarcito, una primera revista: El DDT. Se dirigía al público adulto capaz de comprender una temática crítica.
En 1957 y 1958 existe un cambio en la editorial Bruguera, algunos de sus dibujantes se separan de la escuela y crean una nueva revista: Tío Vivo. Sin embargo, esta revista no dura mucho tiempo, y entre los años 1960 y 1962 la revista y los dibujantes vuelven a formar parte de la editorial Bruguera. A principios de los años 60 la editorial entra en crisis, pero a partir de finales de la década de los 60 y a principios de los 70 mejora su situación.
La escuela Valenciana ha constituido otra de las grandes empresas productoras de cómics. Se fundó en 1932, pero su actividad de suspendió al comienzo de la Guerra Civil, y se retomó durante los años 40. Esta editorial ha tenido un cierto carácter regional que ha impedido su desarrollo a gran escala.
La mayor parte de sus colaboradores residían en Valencia: Soriano Izquierdo, Karpa, Edgar, Serafín, etc. La revista humorística fundamental de esta editorial fue Jaimito que también tuvo que enfrentarse a la censura de esos años.” .
3. Las Escuelas
Editorial Valenciana :
La primera revista de humor de la posguerra es Jaimito, surgida en 1943 sin conseguir alcanzar una publicación regular hasta 1945. Su fundador y director es Soriano Izquierdo. Durante los años 50 la revista alcanza una gran popularidad, mejora la calidad de papel, del color y afianza la presencia de los mismos personajes.
Obtiene en 1952 el permiso definitivo de publicación periódica y llega a distribuirse por todo el país. Más tarde da lugar a otra publicación ”Selecciones de Jaimito”. En los años 60 encuentra su tono y su lugar. Alejándose, debido a la censura, durante los años 70 de ese humor crítico, y desapareciendo en 1985.
La serie que daba nombre a la revista era Las aventuras de Jaimito o Jaimito y Cía, cuyo autor originario era Liceras y posteriormente quedó en manos de Karpa. Su historieta mostraba a un chico travieso con un padre empleado a punto de ascender en su trabajo. Perico Fantasías (Liceras), también es una serie que se publica en Jaimito, un niño que se convierte con su imaginación en el protagonista de todo tipo de aventuras.
Otra historieta era El conde Pepe (Palop) que mostraba la relación señor-sirviente. Bartolo, as de los vagos (Palop) caracterizado por su pereza , Robertín, el niño millonario (Palop) muestra de la prepotencia económica. Doña Tere, don Panchito y su hijo Teresito (Serafín) ,era el reflejo de una familia de clase media.
Y Cucharito (Rojas) representaba la relación existente entre jefe y empleado. Emilio Frejo no creó ninguna historieta para la revista Jaimito, sin embargo su hermano Nin creó numeroso personajes: Don Espino, Don Meollo, etc. Así como también las historietas de otros muchos autores como Alamar, Sifre, Carbó, Castillo, Salvador, Muro, Gárchez, Reinoso....
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Interesante aproximación al mundo del cómic español, desde una perspectiva sociológica. Con el TBO, DDT y Jaimito se han criado muchos españolitos. A ver cómo sigue.
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