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La Coca Cola del Olvido
Somos tan tontos que nos lo creemos: ¡Coca Cola pretende hacer feliz a toda la humanidad! Alguien tendría que hacer ver que una empresa multimillonaria sólo se debe a la felicidad de sus accionistas. Por tanto el 1er Congreso de la Felicidad que sesiona en Madrid (con amplia publicidad callejera identificada con los símbolos de Coca-Cola) no es sino una bien estudiada acción de marketing que procura aumentar las ventas en el mercado europeo.
Molesta, y mucho, que una transnacional se vista de Teresa de Calcuta para que no la perdamos de vista en la gruesa marejada de la competencia con sus rivales. El Congreso en sí es una buena idea para difundir ideas que los hombres deben tener presentes en una competencia que es más dura que la de Coca Cola y la Pepsi: sobrevivir y pasar por la vida dejando algo útil, sobre todo ahora en tiempos difíciles. El asunto comienza a oler mal cuando uno sabe de sobra que los objetivos de esa gran empresa no son filantrópicos sino comerciales.
Algunos nombres se han enredado en las patas de los caballos de ese Congreso para ser feliz a la sombra de Coca Cola; pero debe ser por lo que les toca del presupuesto. No hay inocencia alguna en ese evento, donde la prensa reporta que Coca Cola, al igual que su mítica fórmula, tiene el secreto para una vida feliz; lo que encaja como anillo al dedo con su eslogan para España y varios países iberoamericanos: “Destapa la felicidad”.
Este asunto, esta campaña (que no es sólo el Congreso de Madrid) guarda una relación directa con dos temas trágicos para el mundo y, por esas ironías del destino, providenciales para Coca Cola: la Crisis Económica y los efectos del cambio climático.
La relación entre la publicidad de la empresa con la nueva realidad creada por la crisis, que no es preciso explicar, se manifiesta en un mensaje que le confiere a Coca Cola un poder oculto, mágico, para que la gente deje de sufrir. Para ser preciso, sólo en España, a partir de 2008 Coca Cola emitió los siguientes mensajes: “Desde 1886 repartiendo felicidad”, “El lado Coca-Cola de la vida” y “Destapa la felicidad”.
Pero eso no es más que una ley de marketing. Lo importante es saber que los analistas de mercados han concluido que los efectos del cambio climático en los últimos años han disparado las ventas de Coca Cola. De acuerdo a un despacho de la agencia EFE “La compañía Coca-Cola anunció que cerró los nueve primeros meses de su ejercicio con un beneficio neto de 6.075 millones de dólares, el 14% más que en el mismo periodo de 2009 cuando ganó 5.328 millones de dólares”.
Esta y otras fuentes señalan los elevadas tasas de crecimiento de Coca Cola en varios países como Rusia (34 %) y Brasil (13%). En el resto del mundo, el crecimiento de las ventas también fue muy positivo, aunque para la Comunidad Europea los análisis indican apenas una mejoría y en el caso de España en particular no se refieren índices positivos sino solamente un aumento de las ventas de la Coca Cola Cero.
¡Por supuesto que Coca Cola desea que seamos felices! Y lo desea con toda la fuerza de la marca. El Congreso de la Felicidad de Madrid ha llenado de vallas la capital y hay que acercarse a la letra pequeña para percatarse de que no es una publicidad sino el cartel de un Congreso. Pero hay más, lo que hace más claro el sentido publicitario del evento.
Otro despacho de EFE informaba para el 14 de este mes una extraña exposición en Valencia que haría más tarde un recorrido por toda España: “La moda española tomará las calles de Valencia para acoger una exposición de botellas gigantes de Coca-Cola Light, creadas por ocho diseñadores españoles, entre ellos el valenciano Francis Montesinos (…) Después de Valencia, 'Coca-Cola Light Fashion Tour' recorrerá ciudades como Oviedo, Bilbao, Barcelona, Ourense, Salamanca, entre otras. Este tour arrancó a finales de septiembre en Madrid con motivo de la inauguración de la Calle Serrano, donde las botellas estuvieron expuestas durante una semana y posteriormente se trasladaron al Corte Inglés de la Castellana”.
Tanto una cosa como la otra (y también la siguiente) son acciones para vender. Y no hay nada reprochable en ello si no fuera por el oportunismo censurable de hacer dinero con la desgracia ajena. Sin embargo, para que esa idea no prolifere, Coca Cola ha previsto convertirse en España en una defensora del medio ambiente y convertir a sus funcionarios en agentes del bienestar social. El pasado sábado, unos cien empleados de Coca Cola, acompañados de activistas de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza, se desplazaron hasta la localidad guadalajareña de Riba de Saelices para plantar más de 2.000 árboles de especies autóctonas de la zona.
Una información de E.P. precisaba que “con esta acción, Coca-Cola España pretende recuperar dos hectáreas del Parque Natural del Alto Tajo en Guadalajara, zona que sufrió en julio de 2005 uno de los incendios más devastadores de la región y donde se vieron afectadas cerca de 5.000 hectáreas de espacio protegido, ha informado la empresa en nota de prensa”.
Los bien pensados que crean lo que les parezca, pero que no venga la Coca Cola en plan de desinteresada, filántropa y activista de Green Peace a hacernos creer que hay fórmulas secretas para vivir mejor en medio de una vida peor. Sería darnos a beber la Coca Cola del Olvido.
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