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El cantón de Béjar (artículo publicado en el diario La Vanguardia en la edición del 10/11/2015)
Reproducimos, por el interés que tiene para nuestra ciudad, el artículo aparecido en la edición impresa del diario La Vanguardia del 10 de noviembre, así como en su edición digital lavanguardia.com
http://www.lavanguardia.com/politica/20151110/54439705063/canton-bejar-e...
Enric Juliana
El cantón de Béjar
Mariano Rajoy responde al pronunciamiento catalán desde una vieja ciudad castellana que se sumó en 1873 a la revuelta de los federalistas 'intransigentes', arrollando al pactista Pi i Margall
El presidente del Gobierno de España escogió ayer una vieja ciudad cantonal castellana como escenario de su primera respuesta al pronunciamiento catalán. Béjar, catorce mil habitantes, antiguo centro textil de la provincia de Salamanca, no muy lejos de la frontera con Portugal. Fabricaban buenos paños, pero les faltó el tren para poder competir mejor con los tejidos catalanes. Béjar no tuvo corredor ferroviario. Al estallar la Guerra Civil, la ciudad quedó en zona nacional y tejió para los vencedores. Nomenclatura local bien relacionada con el Régimen. China despertó y el eco de los telares bejaranos se fue apagando. Quedan en la memoria recuerdos de las viejas revueltas obreras. El cantón de Béjar.
Veintidós de julio de 1873, revuelta federalista con acento proletario. Hay prisas para construir un nuevo orden desde abajo. Béjar es un eslabón más de la cadena de pronunciamientos que recorre las principales ciudades andaluzas, con el potente foco cartagenero y levantino, excitado por el motín libertario de Alcoy. Los federales intransigentes se han alzado contra el gradualismo del venerable Francesc Pi i Margall, presidente de la Primera República, en urgente sustitución de Estanislau Figueres, fugitivo en París después de presentar la dimisión ante el Cafarnaún madrileño. (“Señores, estoy hasta los cojones de todos nosotros”). Pi i Margall, padre del federalismo hispano, es arrollado por los que tienen prisa y deciden acelerar el “proceso”, exigiendo la proclamación inmediata de la República Federal, sin esperar a que concluyan las Cortes Constituyentes. Fiebre federal para acelerar el proceso desde abajo, frente a la templanza de los pactistas y la resistencia de los republicanos unitarios. Cae Pi i Margall, le sustituye Salmerón y comienza la represión, que rematará Castelar. Agotada la República, llegarán el general Pavía y su caballo. Después vendrán el escarnio y la fenomenal campaña de demolición moral del federalismo, asociado para siempre en la mentalidad media española a la caricatura cantonal y al descarnado grito de “¡Viva Cartagena!” Béjar tuvo prisa y proclamó su DUI. Rajoy estuvo ayer en la ciudad para poner en escena una respuesta constitucional y comunal castellana a la circunstancia catalana. El presidente hizo una declaración institucional en el Ayuntamiento y después mitineó en la plaza, mientras Artur Mas aceleraba el procés e imploraba la presidencia de la Generalitat a la Candidatura d’Unitat Popular.
El momento español contiene ironías finísimas y un toque fantástico que amortigua el vértigo. Pero no atribuyamos a La Moncloa filigranas historicistas. Béjar es hoy símbolo del PP resistente. En las municipales de mayo, la derecha bejarana consiguió retener casi el 50% de los votos. La línea Maginot azul: ciudades y pueblos de pequeño y mediano tamaño con mucha gente mayor, ante la España de las grandes ciudades, que quiere gresca y se está enamorando de los nuevos partidos. El tranquilo cantón de Béjar.
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Curioso que traigáis a colación la revolución cantonal como ejemplo de "no se qué". La revolución cantonal de la que Béjar fue parte, no fue mas que una enorme, monumental, fantástica muestra de la estupidez humana en general y española en particular.
Esa revuelta, solo así se puede denominar un movimiento político de múltiples direcciones, es decir un pollo sin cabeza, no deja de sorprender hoy a propios y extraños, en cuanto arañas un poquito el barniz "proletario" ese que cita.
El colmo de la estupidez de la que Béjar se libró por la escasa duración de la aventura, fue que unos cantones se declararan la guerra unos a otros....normal.
Así la nación (cantón) de Granada declaró la guerra a la de Jaén y la de Jumilla amenazó a la de Murcia: “La Nación Jumillana desea vivir en paz con todas las naciones vecinas y, sobre todo, con la nación murciana, su vecina; pero si hoyara su territorio, Jumilla se defenderá, como los héroes del Dos de Mayo, y triunfará en la demanda, resuelta completamente a llegar, en sus justísimos desquites, hasta Murcia, y a no dejar en Murcia piedra sobre piedra.”
¡Hala!...como decimos en mi casa,,,tócate los c.....
Luego el cantón de Cartagena le declaró la guerra al de Murcia...por animar un poco el asunto...¡están locos esos murcianos!...que diría Obélix.
¿Se imagina usted a Béjar amenazada de guerra por Guijuelo? ¿o Ledrada contra Sorihuela por motivos fronterizos?....hombreeeee...si no hubiera muerto de por medio podría resultar hasta gracioso.
Lo que ya no me parece tan gracioso es que no hayamos aprendido nada de la historia y rememoremos ciertos capítulos como si fueran para sentirse orgullosos cuando son muestra de una estupidez supina, y sin embargo otros como la colonización de América hoy se denostan como genocidio, y otras lindezas faltas de rigor semejante, todo aderezado con lo políticamente correcto y un complejo de no se qué...
El señor Enric Julia barriendo para casa (estereotipo del catalán) ya apunta con bala a la muy noble muy leal heroica y ahora tambien pepera ciudad de Béjar. Como si los bejaranos no supieramos votar otra cosa.
Ya que estaba nos podía haber llamado "ciudad croata", total, ya que se ha puesto a falsear nuestra adscripción regional...
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