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Antes del "primer paso" del diálogo entre Cuba y Estados Unidos
Cualquiera que conozca de Cuba sólo lo que reportan las agencias y medios de prensa extranjeros podría realmente creer que el “primer paso” fuera del marco cerrado del estado capitaneado por Fidel y Raúl Castro acaba de darse con el inicio del proceso de diálogo entre los Estados Unidos y Cuba.
Nada más lejos de la realidad. El “primer paso” se dio mucho antes y no fue el resultado de una medida sensata del presidente de Barack Obama ni de la “disidencia” identificada en parte a lo largo de su historia con la “contrarrevolución”. El paso del tránsito hacia otra Cuba ha sido un proceso interno del pensamiento político de los cubanos, capaces de separar el trigo de la paja e identificar los aciertos y los desaciertos de un gobierno absolutista.
En la actualidad, y desde hace ya muchos años, la homogeneidad ideológica de los cubanos comprometidos con la Revolución no existe. Ningún gobierno juicioso podría pensar por una sociedad entera ni confiar en seguir conservando la unidad nacional sobre la base del aislamiento y la propia capacidad para mantenerla en vilo aludiendo a la amenaza de los peligros y el mundo injusto más allá de sus costas. Las ideas no se pueden contener de modo alguno y los cubanos que apoyaron y trabajaron por la Revolución en que creían comenzaron a pensar que tal vez no estaban actuando a favor de los suyos sino todo lo contrario.
Entonces, comenzaron a manifestarse nuevas corrientes de pensamiento político “con todos y para el bien de todos”, reviviendo el ideario de José Martí, el Héroe Nacional. No eran ecos de voces externas ni de voces internas comprometidas con posturas políticas foráneas sino el reclamo de los propios protagonistas de otra Cuba sobre principios universales, próspera y de cara el mundo.
Los que han expresado sus desacuerdos, enjuiciado los resultados de medio siglo de socialismo autoritario y puesto en entredicho la capacidad de sus dirigentes para impedir el derrumbamiento material y moral del país, no lo han hecho en secreto o embozados en el anonimato. Han difundido sus propias ideas abiertamente y enviados sus mensaje a la prensa oficial y al propio Gobierno. Son personas reales que dan la cara para exponer sus puntos de vista sobre el pasado y se comprometen en la construcción de un futuro con todos y por el bien de todos.
“Demanda ciudadana por otra Cuba” es uno de los primeros mensajes expresamente enviados al Gobierno
Como cubanos, hijos legítimos de esta tierra y parte esencial de nuestra nación, sentimos un profundo pesar por la prolongada crisis que vivimos y la demostrada incapacidad del gobierno actual para realizar cambios de fondo. Esto nos obliga desde la sociedad civil, a buscar y demandar nuestras propias soluciones.
Los ingresos miserables, la escasez de alimentos y vivienda, la masiva emigración por falta de oportunidades, la discriminación del pensamiento diferente, la ausencia de espacios de debate público, los arrestos arbitrarios, la falta de garantías ciudadanas, la corrupción y la inamovilidad de la elite gobernante son algunos síntomas de la difícil realidad que enfrentamos.
Queremos debatir públicamente sobre la doble moneda, las restricciones migratorias, los derechos del trabajador a un salario digno, el derecho de cualquier cubano, viva donde viva, a fomentar iniciativas económicas en su propio país, la crisis demográfica, el libre acceso a Internet y a las nuevas tecnologías. Queremos debatir sobre el ejercicio de la democracia.
La Constitución de la República de Cuba establece:
Artículo 3: En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo del cual dimana todo el poder del Estado.
Artículo 63: Todo ciudadano tiene derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley.
Demandamos al gobierno cubano que ponga en práctica de inmediato las imprescindibles garantías legales y políticas concebidas en la Declaración Universal de Derechos Humanos y que ratifique el Pacto de los Derechos Políticos y Civiles y el Pacto de los Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, firmados por el Gobierno cubano el 28 de febrero del año 2008 en la ciudad de Nueva York. Esto garantizaría el pleno respeto a los ciudadanos sin importar cuáles sean sus ideas o su accionar político-social y que sean restaurados sus derechos a todos los que por sus opiniones, discrepen del gobierno.
Consideramos estos derechos esenciales en la formación de una Cuba moderna, libre y plural, que nos acoja a todos por igual e inserte nuestra soberanía en un mundo dinámico y cada vez más global.
Nos sentimos comprometidos con una transformación democrática, donde todos puedan aportar sus visiones y contribuir a su materialización. Invitamos a todos los cubanos dentro y fuera de la Isla, identificados con estas demandas, a sumarse a este reclamo justo y necesario. Nuestra esperanza de ser escuchados por el Gobierno está casi agotada; aún así decidimos hacer llegar a las autoridades esta demanda, como un recurso impostergable para lograr un entendimiento eficaz. Estamos decididos a no aceptar el silencio institucional considerando como respuesta a esta demanda la ratificación de los pactos mencionados.
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