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Abierta al público la máquina del tiempo con la exposición “Iconos” de María Jesús Florén
En la tarde de ayer fue abierta al público en Bizarte la exposición “Iconos” de María Jesús Florén, la cual ha motivado admiración, y hasta la perplejidad, en todo aquel que se detuvo ante la resurrección de la iconografía religiosa medieval y renacentista de las culturas bizantina y rusa, así como aquellas del Beato de Liébana y la iconografía religiosa románica. Es preciso decir “resurrección” y no réplica.
La iconografía cristiana surgió con la propia religión y los más relevantes pintores del mundo cristiano de todos los tiempos fueron sus protagonistas; entre ellos se encuentran los pesos pesados de la pintura: Rafael, Rubens, Murillo, Duero, Botticelli, Tintoretto, Da Vinci… por no dejar de mencionar algunos nombres del talento que la respalda.
En particular, la iconografía cristiana tuvo un notable desarrollo durante del imperio bizantino y en Rusia, posteriormente. De ambas ha tomado las principales referencias María Jesús Florén para desarrollar un arte que no se asemeja a nada que se produzcan las artes plásticas contemporáneas. Y la razón es tan simple como difícil de entender: ella toma los modelos de la iconografía cristiana y… los vuelve a crear.
Su obra emplea los mismos recursos y las mismas técnicas de los artistas que produjeron los originales. La fidelidad de las imágenes no lo es todo y se extiende al resto del conjunto, incluidas las superficies sobre las que se realizaron, los marcos y los pigmentos, todos elaborados por ella misma a base de sustancias naturales.
El resultado, con independencia de las convicciones ideológicas de cada cual, resulta impresionante para todo el que se enfrenta a los iconos cristianos de la Florén. Y no es un decir, porque las reacciones de quienes ya han visto la exposición en Bizarte llegan al asombro y rozan la incredulidad. Estar ante una muestra de arte sacro que luce como debieron brillar sus originales siglos atrás produce una impresión profunda y un goce estético exaltado. Y ésa es la finalidad del buen arte, que, en este caso, parece salido de una máquina del tiempo.
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Con todos mis respetos pero esto no es arte. El arte tiene un componente indispensable que se llama "Creatividad". Esto es una habilidad que tienen muchas personas y que se limita a manejar con perfección una serie de técnicas. Copiar con fidelidad no es hacer arte. Tampoco tengo nada en contra de esta señora y su habilidad para copiar iconos antiguos, pero seamos precisos y no confundamos terminos.
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